Relaciones tortuosas

La CUP y Dolors Sabater acentúan su disputa a las puertas de las elecciones municipales

La campaña de la exalcaldesa en Badalona y los posibles pactos postelectorales generan tensiones en el grupo del Parlament

La diputada de la CUP y exalcaldesa de Badalona, Dolors Sabater

La diputada de la CUP y exalcaldesa de Badalona, Dolors Sabater / ACN

Carlota Camps

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Un matrimonio por conveniencia más cerca del divorcio que de cualquier reconciliación. Así se podría resumir la tortuosa relación entre la CUP y Guanyem, la formación liderada por Dolors Sabater. Ya costó forjar la alianza para las elecciones catalanas del 14 de febrero de 2021, pero las relaciones han ido de mal en peor, hasta llegar a un punto que parecen irreconciliables. Sin embargo, a ninguna de las partes le interesa romper. Antes de las municipales seguro que no. ¿Después?, ya se verá. 

Voces autorizadas del partido de Sabater dicen que no esta sobre la mesa "en ningún caso", aunque dejan abierto el papel de su líder en función de cómo vayan las municipales –si consiguiera ser alcaldesa de Badalona, difícil a juzgar por las encuestas, dejaría el escaño del Parlament–. Tampoco las voces autorizadas de la CUP quieren hablar de ruptura e intentan rebajar la crisis. Pero dentro de la organización no todo el mundo piensa lo mismo.

Las tensiones vienen de lejos, pero la campaña de las municipales está poniendo en jaque la relación entre la candidata de Badalona y los anticapitalistas. A una parte de la CUP no le gustó que Sabater asistiera al congreso de ERC en Lleida del pasado 28 de enero, y todavía menos que desde allí publicara un vídeo apelando a mayorías amplias y dando la mano a Oriol Junqueras. Tal como avanzó 'Nació', varias asambleas territoriales presentaron al secretariado nacional una batería de preguntas sobre este hecho y pidieron medidas. Desde Guanyem Badalona consideran que se trata de un mensaje con "carácter local", que "en ningún caso confronta" la estrategia nacional de la CUP y creen que ya han dado las explicaciones "que tocaban" y "donde tocaban", por lo que dan este "debate por cerrado". Pero es evidente que se reabrirá a medida que avance la campaña electoral y sobre todo si la aritmética permite forjar un pacto contra el popular Xavier García Albiol.

Voces autorizadas de las dos partes niegan que el divorcio esté sobre la mesa, pero algunos sectores de los anticapitalistas está cada vez más incómodos

La asistencia a la Copa del Rey

Pero hay más. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, en la CUP también molestó que Sabater asistiera el sábado pasado a la Copa del Rey que se celebraba en Badalona, y se lo han hecho saber. Hacia 39 años que el evento deportivo no se celebraba en la ciudad y fue recibido con muchas esperanzas por algunos sectores badaloneses. Además, el Joventut tuvo un papel destacado, aunque se quedó a un palmo de ir a la final. Aún así, hubo recelos. Ya no solo por ser la copa del Rey –aunque Felipe VI no asistió–, también por el hecho de que el patrocinador fuera Endesa. Sabater llevaba una pegatina con el mensaje 'al Rey no lo queremos ni lo necesitamos' y una imagen del monarca con una pelota en la cara. Esto no fue suficiente para acallar estas voces.

Las negociaciones para forjar la candidatura del 14-F ya costaron. Los anticapitalistas querían que Sabater se sumara como una organización más, mientras que ella exigía autonomía. Finalmente llegaron a un acuerdo, pero las tensiones se vieron desde el primer día. Aunque la CUP quiso ir a los comicios con un mensaje de pactos amplios y hasta de replantearse su papel institucional de mantenerse en la oposición, retrocedieron muy rápido. Tres meses después de las elecciones decidieron no entrar a formar parte del Govern y nueve meses más tarde ya habían dejado de ser socios prioritarios al romper las negociaciones de presupuestos. Una decisión que abanderaron los sectores de Endavant y Arran, pero que chocó con la estrategia que siempre ha defendido Sabater.

En el nuevo papel de oposición al Govern de Pere Aragonès, las asperezas se acentuaron en el Parlament. Aunque tiene el cargo de presidenta del grupo parlamentario, Sabater tiene un papel muy discreto en la Cámara. Se limita a intervenciones en comisiones y de los temas de los que es responsable, que justamente no son los más mediáticos. Tampoco es la voz autorizada en las entrevistas o declaraciones públicas, que suelen recaer en Eulàlia Reguant, Carles Riera o Xavier Pellicer.

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