Ruptura en la entidad independentista

Dirigentes críticos de la ANC prevén dimitir el sábado por el choque sobre la lista cívica

Miembros del secretariado que discrepan de Dolors Feliu tienen decidido abandonar el cargo y el vicepresidente de la entidad, Jordi Pesarrodona, sospesa qué hacer

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, y el vicepresidente de la entidad, Jordi Pesarrodona, con miembros del secretariado

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, y el vicepresidente de la entidad, Jordi Pesarrodona, con miembros del secretariado / ACN

Sara González

Sara González

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La ANC está a las puertas de abrirse en canal. El riesgo de cisma que avanzó EL PERIÓDICO el pasado 31 de enero por la decisión de presentar una candidatura electoral al margen de los partidos independentistas ha llegado a tal punto que miembros del secretariado -el órgano que gobierna la entidad independentista, formado por una setentena de personas- ultiman su dimisión en bloque en el pleno de este sábado. De la veintena de secretarios críticos, habrá que ver cuántos finalmente abandonan el cargo, pero entre los que se lo está pensando está el vicepresidente de la Assemblea, Jordi Pesarrodona, alineado con los que señalan la falta de debate y el incumplimiento de las resoluciones pactadas por parte de la cúpula presidida por Dolors Feliu.

"Algunos lo tenemos ya decidido y otros están barajando si es más útil quedarse dentro o fuera del secretariado", explica una de los voces que ha planteado el pulso en la dirección. El objetivo de los críticos no es irse de la entidad, sino abandonar el secretariado y, desde la base de la ANC, donde aseguran contar con un significativo apoyo, recoger firmas para lograr la destitución de la cúpula actual y forzar unas elecciones en la entidad.

El grado de crispación interna se disparó en la reunión del pasado 28 de enero, cuando se tumbó -por 29 votos frente a 28- el grupo de trabajo que se pretendía aprobar para empezar a confeccionar la llamada 'lista cívica'. Se necesitaban dos terceras partes de votos favorables en el plenario, que se celebró de forma telemática, y la propuesta de Feliu no llegó ni a la mayoría simple.

Carencias en el debate interno

El cisma interno tiene que ver no tanto con la idea de presentar una lista cívica, sino en cómo esta se ha defendido de puertas adentro y de puertas afuera. Los críticos reprochan a Feliu querer imponer un plan sin suficiente debate y participación de todos los miembros que dirigen la entidad. La presidenta ha sido la voz más beligerante de la ANC a la hora de defender públicamente una candidatura al margen de los partidos, pero sus detractores lamentan que lo haga sin haber tenido en cuenta que esta, en todo caso, tiene que ser debatida en el marco de la estrategia general que la entidad debería detallar en la conferencia prevista en el mes de marzo.

Uno de esos miembros críticos del secretariado aseguró en un blog de 'Vilaweb' que la apuesta por la lista cívica se está haciendo desde una visión "estrecha" en lugar de "amplia" porque no se ha hecho partícipe de esa hoja de ruta a otras entidades y porque se ha acabado "reduciendo" la lista cívica a la creación de un "hipotético cuarto espacio electoral" en lugar de ser un estímulo para "galvanizar" el independentismo. Además, lamentó que se coartara el debate durante el pleno del día 28, donde Feliu asumió ella misma la presidencia.

Antes de ver la dimisión como única salida, los críticos se organizaron en un corriente interno, el Col·lectiu Indesinenter, que la semana pasada emitió un comunicado que venía a ser una especie de ultimátum para que el comité permanente -el núcleo duro de la docena de miembros que comandan la ANC- acceda a remodelarse tras meses actuando con "centralismo y abuso de poder" y con "malas prácticas e irregularidades". De ese comité permanente forman parte Feliu como presidenta y otros miembros fieles a su rumbo, como Uriel Bertran, pero también Pesarrodona, que discrepa de ellos.

Tras ese órdago, parte de los críticos llegan a la conclusión de que no es posible reconducir la crisis interna y que la única salida es su dimisión del secretariado. El pasado 2 de febrero ya dimitió una secretaria, Mònica Batalla, aunque lo hizo a título individual, mientras que las dimisiones del sábado se están trabajando de forma colectiva. El plenario, que arrancará a las nueve de la mañana en el Centre Moral i Cultural del Poblenou y que tiene las seis de la tarde como hora fijada para acabar se prevé largo, además de tenso, y puede marcar un punto de inflexión en el mandato de Feliu.

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