Gemma Ubasart, la politóloga que lideró efímeramente Podem

La politóloga Gemma Ubasart (Castellar del Vallès, 1978) ha sido una de las analistas habituales de la política catalana con columna en EL PERIÓDICO. De hecho, el martes pasado se despedía de una tertulia política advirtiendo de la asignatura pendiente de democratizar y universalizar el acceso a las actividades extraescolares más allá de la enseñanza reglada. Entonces desconocía que, seis días después, dejaría el ámbito universitario y mediático para tomar posesión como 'consellera' de Justicia del Govern. Hasta ahora, en su implicación en política destaca al efímero liderazgo de Podem Catalunya en 2015, proyecto al que llegó de la mano de Pablo Iglesias.

Ubasart tiene una larga trayectoria académica. Doctora en Ciencia Política, hasta su entrada en el Govern ha sido profesora principalmente en la Universitat de Girona. Entre otras credenciales, tiene también un máster europeo en sistema penal y problemas sociales y ha hecho trabajos de investigación y de docencia para universidades de distintos países, como la London School of Economic and Political Science (Gran Bretaña), la Università di Padova (Italia) y la University of Ottawa (Canadà). Sus ámbitos de interés han pivotado en las políticas públicas, la conflictividad política y el cambio social, especialmente en Europa del Sur y América Latina.

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No ha tenido nunca un cargo institucional, pero sí una breve experiencia en política. A nivel municipal, fue concejal durante un año y medio por la candidatura L'Altraveu de Castellar, que simpatizó con la CUP. Se implicó en el movimiento del 15-M y en el nacimiento de Podemos. De hecho, formó parte de la primera cúpula del partido morado con Iglesias al frente y fue él mismo quien le confió el liderazgo de Podem Catalunya a principios del 2015, un cargo al que renunció después de las elecciones del 27 de septiembre, cuando Catalunya Sí que es Pot no cumplió con las expectativas electorales proyectadas. Argumentó entonces que consideraba que el partido estatal había eclipsado demasiado lo que tenía que ser una formación con voz propia en Catalunya.

Con sello de izquierdas, defensora del derecho a la autodeterminación pero no de la vía unilateral y con una visión plurinacional del Estado, en sus intervenciones y análisis mediáticos siempre ha defendido que ERC debía apostar por una mayoría en la que no debía tener cabida la posconvergencia. También se ha exhibido muy crítica con el poder judicial, al que le atribuye un sesgo político de derechas y clasista, y ha denunciado la judicialización del 'procés', así como las condenas a los líderes del 'procés'. Su fichaje es, sin duda, un guiño a los 'comuns'.

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