Crisis en la Generalitat
Pere Aragonès prepara un Govern con independientes tras la salida de Junts
La posconvergencia rompe con Esquerra cuestionando la legitimidad del Consell Executiu para continuar con la legislatura
Sara González
Periodista
Periodista especializada en Política. Autora de 'Per raó d'Estat' (Ara Llibres), 'Cas Mercuri. La galàxia Bustos' (Saldonar) y 'El part dels comuns. Relat del naixement de Catalunya en Comú' (Saldonar)
Xabi Barrena
Periodista
Periodista de la sección de Política
Júlia Regué
Responsable de la sección de Política.
Graduada en Periodismo y en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado su carrera profesional en la sección de Política, donde se incorporó en 2016. Ha seguido la actualidad política del Parlament de Catalunya y el día a día de varios partidos. También ha colaborado en programas de TV3, Catalunya Ràdio y RAC1.
Pere Aragonès preparó este viernes una respuesta inmediata a la salida de Junts del Govern, justo el día antes de cumplir los 500 días de la coalición. Con gesto grave, el ‘president’ lamentó la decisión de sus ya exsocios, pero vino a señalar que no hay tiempo para lamerse las heridas. Y haciendo oídos sordos a las palabras de la presidenta de Junts, Laura Borràs que puso en duda, pocos minutos antes, la "legitimidad” del republicano como jefe de la Generalitat, anunció la renovación de su Consell Executiu, en el que dará cabida a perfiles independientes.
Es más, según fuentes republicanas, será monocolor, no incluirá a miembros de otros partidos, pero sí señaló el 'president' que su nuevo equipo reflejará la Catalunya del 80%, es decir, la que, por encima de colores políticos, apuesta por una salida al conflicto con el Estado a través de un referéndum de autodeterminación en consonancia con la vía canadiense que propuso una semana antes.
Junts abandona el Govern amparándose en la decisión de unas bases divididas y oficializa la ruptura total en el seno del independentismo. Muestra de ello es el resultado: el 55,73% apostó por romper ya con ERC y el 42,39% estaba por quedarse, con una participación del 79,18%, la mayor registrada hasta la fecha en una consulta interna de JxCat. Pero se va cuestionando la legitimidad del Executiu que compartía con Esquerra y planteando el resultado como un duelo con el 'president': "Junts gana, Aragonès pierde", llegó a decir Borràs.
El ‘president’ replicó que "se trata de que quien gane sea el país", afeó la actitud de sus exsocios, aseveró que "no es momento de eludir responsabilidades" por la crisis económica que se cierne. La respuesta de Aragonès será pasar de un Govern del 52% (la actual mayoría independentista en el recuento de las elecciones) a uno del 80%, es decir, uno que reúna a los partidarios de la celebración de un referéndum de autodeterminación, según encuestas de la propia Generalitat. "Renovaré el Executiu con quienes compartimos una clara vocación transformadora y la voluntad de resolver el conflicto político con el Estado", mediante un referéndum, espetó.
"Se abre una nueva etapa", sancionó el jefe del Executiu tras subrayar que no compartía la decisión de Junts y expresar su satisfacción por el trabajo de los ‘consellers’ posconvergentes, la mayoría de ellos, partidarios de continuar en sus respectivos departamentos y forzados a dimitir tras la decisión de las bases. "Hay que gobernar y seguiremos gobernando. Y para ello buscaremos nuevas alianzas, con los agentes económicos y sociales, así como con la sociedad civil para seguir la senda de los grandes consensos", apostilló.
Sobre la futura relación con los ya exsocios, Aragonès prometió "tender la mano" y "rehacer confianzas". Todo desde un Executiu "compactado al 100%", es decir, aquello de lo que carecía con Junts tras dos ultimátums y la amenaza de una cuestión de confianza que le costó el cargo al ya 'exvicepresident' Jordi Puigneró.
Para continuar y, como dijo Aragonès, aguantar el resto de la legislatura, cuyo final se prevé en 2025 si no hay mayores contratiempos, precisa del apoyo, como mínimo puntual, de los 'comuns' y del PSC, siempre que Junts se descuelgue. Los 'comuns' debatirán si piden asientos en el Consell Executiu, en caso de que ERC se lo ofrezca, pero el PSC por ahora prioriza mantener el liderazgo de la oposición, de forma constructiva. Y es que la primera prueba de fuego serán los presupuestos, porque Esquerra requiere de ambas fuerzas para sacarlos adelante si Junts se planta aunque hayan sido planificados hasta la fecha por su 'conseller', Jaume Giró.
La oposición de Junts
El futuro que le espera a Junts está en la bancada de la oposición -la que compartirá con la CUP si se tiene en cuenta el flanco independentista- y estará marcado por una fractura interna que tanto Borràs como Turull se esforzaron en disimular. Por primera vez en una consulta interna, los 'lauristas' y los afines al 'expresident' Carles Puigdemont ganaron la partida a los que tienen antecedentes en Convergència y el PDECat, favorables de la gobernabilidad.
"Solo le quedan 33 escaños de los 74 que le apoyaron", insistieron los máximos dirigentes de Junts
No se espera que tiendan la mano a Aragonès, sino una cruda batalla contra el Govern. Turull deslizó que el 'president' debía plantearse su continuidad, ya fuera convocando unas elecciones o sometiéndose a una cuestión de confianza, ambas decisiones, tan solo en manos del jefe en el Palau de la Generalitat. "Solo le quedan 33 escaños de los 74 que le apoyaron", insistieron los máximos dirigentes de Junts.
"Hoy el Govern es un Govern fracasado", remachó la presidenta suspendida del Parlament quien desdeñó renunciar a su puesto en la Cámara -cabe recordar que fue elegida gracias al pacto que forjaron con ERC- para acabar con la interinidad que reina en la institución. Tras afear a los republicanos los acuerdos con el PSOE, repitieron que no contemplan someter a consulta su pacto con los socialistas en la Diputació de Barcelona. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, optó por lanzar un alegato en favor de la estabilidad: "La estabilidad de los gobiernos es fundamental", insistió.
El nuevo Executiu
Las próximas horas serán clave para entender cómo será y se organizará el nuevo Executiu. En función del esquema que dibuje Aragonès, con eventuales fusiones entre áreas, se podrán detectar aquellos huecos que el republicano reserva a una futura entrada de los ‘comuns’. Uno de ellos podría ser propiamente el de la vicepresidencia, un cargo sobre el que no pesa ninguna obligación de mantener y que acostumbra a ser requerido dentro de un Ejecutivo de coalición. En uno de monocolor, las funciones de número dos, de coordinador de departamentos ha sido siempre para la Conselleria de Presidència.
Sea cual sea el nuevo Consell Executiu, el independentismo queda completamente roto, con tres partidos con representación institucional reivindicando estrategias confrontadas y con hostilidades abiertas entre ellos.
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