Manifestación en Barcelona

La ANC aguanta el pulso a ERC en la Diada de la fractura

Unas 150.000 personas, según la Guardia Urbana, y 700.000 según la Assemblea, salen a la calle por la independencia

La entidad desafía al Govern y exige elecciones si no hay avances hacia la desconexión

220911EPC_Sin autor_155925247.jpg

220911EPC_Sin autor_155925247.jpg

Júlia Regué

Júlia Regué

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Del blanco de Òmnium, al negro de la ANC. De la unidad, a la confrontación. De la transversalidad, al unilateralismo. Y ERC, Junts y CUP, enfrentados. La Diada de este 2022 ejemplifica la fractura entre (y en) la calle y los partidos. La desorientación soberanista polariza las dos corrientes –el pragmatismo y el idealismo–, pero en ambas hay temor a que esta riña haga crecer una tercera: el populismo de la antipolítica. 

Los líderes de la ANC y Òmnium se estrenaban este Onze de Setembre marcado por el desafío de la Assemblea a Esquerra y por el consiguiente plante del 'president' Pere Aragonès. Dolors Feliu lidió con su primera gran 'mani' cumpliendo con la expectativa que se marcó -alcanzar, como mínimo, el mismo número de manifestantes que el año anterior-, con la presión añadida de intentar superar el umbral para poder lanzar un ultimátum. Según la Guardia Urbana de Barcelona, acudieron a la cita 150.000 personas, mientras que los promotores contaron 700.000. En 2021, la policía municipal registró 108.000 y la ANC, 400.000. Lejos quedan las masas previas a la pandemia, pero siguen exhibiendo músculo.

La marcha arrancó en el cruce de la avenida del Paral·lel con Drassanes con consignas a favor de la desconexión. La ausencia de Aragonès se contrarrestó a gritos de “Puigdemont, president”, al arranque y al final de la manifestación en la avenida del Marquès de l'Argentera. Esquerra se desplegó en su propio acto y sacó pecho de su apoyo en las urnas, como fuerza más votada en el plano soberanista, ante los abucheos recibidos durante la jornada: "Nadie nos callará. No tenemos miedo", espetó el líder, Oriol Junqueras, mientras Aragonès se reafirmó en que Catalunya "volverá a votar". A tenor de los cánticos en la protesta de la ANC, pocos militantes decidieron acudir. Los titulares de Junts en el Govern se dejaron ver, pero la CUP también pasó desapercibida, centrándose en sus actos de partido.

El independentismo exhibe su confrontación en las calles ante la ausencia de una hoja de ruta

"Independencia o elecciones"

La líder de la Assemblea, cifras en mano, no escatimó los dardos a los republicanos y apostó por construir un cuarto espacio independentista: "No más elecciones con proclamas y sin proyecto para la independencia [...] Si este Govern y este Parlament se ponen de espaldas, hay gente para hacer una lista cívica. Está en nuestras manos, hay que cambiar las reglas del juego". El público respondió a gritos de "Govern, dimisión".

"Hace falta fuego nuevo [...] La ANC pondrá todos sus medios para salir del inmovilismo. No más voto cautivo", continuó, para rematar exigiendo competición en las urnas. "Las opciones son claras: o hacemos la independencia o que convoquen elecciones".

Feliu cargó contra los que buscan "desmovilizar" y "se quedan en casa escondiéndose cuando la gente sale a la calle a pedir libertad". Aliñó la crítica reprochando los "falsos diálogos" y la relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "aquel que saca pecho del 155". Los manifestantes, de negro, exhibieron hartazgo y cabreo. Se repartieron carteles en los que se podía leer "botiflers", "DUI o dimisión" o "ERC habéis perdido las calles". "Sí, sí, todavía estamos aquí", clamaron. 

El plan de Òmnium

Òmnium Cultural sí juntó a la plana mayor. Después de las tradicionales ofrendas florales a Rafael Casanova, la entidad conjuró a los tres partidos independentistas, a los 'comuns' y a los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT). Xavier Antich, con la camisa blanca que solía lucir su predecesor Jordi Cuixart, solemnizó su mensaje en pro de la unidad rodeado de la junta de la entidad en la tarima.

Òmnium apuesta por otro 'estado mayor' para retomar el 'procés'

Insistió en saber leer el nuevo ciclo y recetó una nueva dirección estratégica, otro ‘estado mayor’ con nuevos rostros, para avanzar hacia la independencia, con el fin de poder cerrar el círculo de 2017 y dejar atrás rencores y remordimientos. La líder de la ANC no le aplaudió. Por la tarde, en su discurso en la manifestación anti-partidos, Antich pidió "no buscar culpables" y "no confundirse de enemigo". Fue abucheado por ello. 

La Diada de este año marca un punto de inflexión en el convulso 'procés'. La confrontación cainita se acelera a las puertas de un ciclo multielectoral y la desorientación, a falta de una hoja de ruta compartida, ancla al movimiento en el reproche y, a parte de él, en las tesis de la anti-política. El debate de política general marcará el futuro del Govern, ya que Junts amaga con el descuelgue, pero, en las calles, la fuerza se medirá en el quinto aniversario del 1-O. Diez años después de la primera gran manifestación independentista, reina la discordia. Está por ver si la configuración de un nuevo 'estado mayor' reconduce las relaciones para, como prometen, 'volverlo a hacer'.

Suscríbete para seguir leyendo