Debate en el Senado

Sánchez eleva la ofensiva para desmontar la imagen de Feijóo

El presidente va al choque con el líder del PP ante su primacía en las encuestas y su fama de buen gestor

El jefe del Ejecutivo anuncia que las grandes industrias también podrán estar protegidas por el tope al gas

Comparecencia del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el Pleno del Senado, para informar sobre el Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización y su perspectiva territorial. En el que participará Alberto Núñez Feijóo, Partido Popular.

Comparecencia del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el Pleno del Senado, para informar sobre el Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización y su perspectiva territorial. En el que participará Alberto Núñez Feijóo, Partido Popular. / JOSE LUÍS ROCA

Pilar Santos

Pilar Santos

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En abril se empezó a hablar del 'efecto Feijóo' pero, cinco meses después, las encuestas señalan que el empuje no cesa. En julio Pedro Sánchez reactivó al PSOE, con nuevos portavoces a los que ha pedido que no dejen pasar al político gallego ni una declaración sin contestar, y ahora ha querido ser él directamente el que lance el ataque.

Para encontrar el cuerpo a cuerpo, el jefe del Ejecutivo propuso un debate en el Senado, donde Alberto Núñez Feijóo tiene escaño. Sánchez planteó abordar el problema de la crisis energética y en ese asunto se centró durante su discurso principal, de una hora de duración, aunque pronto se vio que tenía ganas de que la temática fuera más amplia. Escuchó desde su escaño al político gallego (que habló 18 minutos, tres más de lo que marca el reglamento) y volvió a la tribuna con un tono muy diferente al presidencialista que había utilizado en su intervención inicial.

El jefe del Ejecutivo acusó a su contrincante de utilizar la guerra y sus consecuencias "para intentar derribar al Gobierno de coalición"

El objetivo, según confirmaron después fuentes de Moncloa, era desmontar la imagen de buen gestor de Feijóo. Sánchez aseguró que en los meses que lleva como líder de los populares ha cometido "errores encadenados, reiterados, muy serios", tan "abultados" que se deben a "acusada insolvencia o acusada mala fe". "Me permito recomendarle estudiar un poco más y rodearse de buenos asesores", apuntó.

La deuda pública de Galicia

El jefe del Ejecutivo le recordó pasajes de su etapa como presidente de Galicia, fallos en sus propuestas, los "insultos" que le ha dedicado ("autista", "autoritario", "ególatra", "prepotente", "dictador", relató) y aseguró que, si está en el despacho principal de Génova, es porque así lo han querido los empresarios. Como puntilla para dañar la fama de buen gestor, afirmó que Feijóo empezó a gobernar Galicia con una deuda pública de 3.900 millones de euros y la dejó este año con 11.300 millones de euros.

"Como el señor Pablo Casado con la pandemia, el señor Feijóo está utilizando la guerra y sus consecuencias económicas para intentar derribar al Gobierno de coalición. Pero ya le digo, usted va a fracasar como fracasó el señor Casado", declaró en otro momento visiblemente dolido.

"Sánchez le ha hecho un hombre", se jactaron después en los pasillos los senadores del PP y sus asesores. "Ha dedicado casi una hora a hablar solo de Feijóo y ha mostrado ese tono tan bronco... ¡Pero si hasta ha sacado ETA él y nuestro jefe no había dicho nada!", comentó un parlamentario conservador.

El dirigente conservador se revuelve ante los ataques y ambos muestran su nula sintonía política y personal

Tiempos tasados

Tras la dura intervención del presidente del Gobierno, Feijóo pudo tomar la palabra de nuevo, pero solo cinco minutos. Los reglamentos parlamentarios siempre priman al jefe del Ejecutivo, que puede hablar cuando y cuanto quiera, y esta vez también fue así aunque la presidencia le dejó hasta casi nueve. En esos pocos minutos, el líder del PP empezó revolviéndose contra el comentario de que está en su puesto gracias a los empresarios y pidió respeto a los militantes que le eligieron.

Feijóo acusó a Sánchez de no haber querido un "debate sosegado" y le advirtió de que no le va a "encontrar en eso". "Los españoles se merecen una política mucho mejor", continuó. "Su intervención no es propia de un presidente, para hacer oposición solo tiene que esperar a las siguientes elecciones", acabó el dirigente de los populares. El aplauso de los suyos fue rotundo.

En su turno de cierre con el líder del PP, el presidente rebajó el tono. Según la Moncloa, estaba todo preparado: primero, discurso sereno, "de país"; después, "retratar a Feijóo", para acabar con la energía y una petición de pactos. "Sigo abierto a llegar a acuerdos con el principal partido de la oposición. Lo intenté en la pandemia y ahora, con la guerra. En fin. Actúen de una vez por todas de buena fe y en defensa del interés general y no del interés de unos particulares poderosos. Le tiendo la mano para llegar a acuerdos. El primero de ellos en defensa de la democracia y de la Constitución. Renueve el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Constitucional", afirmó.

Pese a esa frase, el debate de este martes vuelve a mostrar a dos dirigentes muy distanciados y con cero sintonía personal. Ambos están en campaña. El presidente del Gobierno, segundo en las encuestas, quiere echarle el freno para que no se consolide más, mientras que Feijóo mantiene su estrategia de evitar cualquier error.

Nervios al principio

En su discurso de 15 minutos en el pleno empezó nervioso, titubeando. Llevó una petición principal: que el líder de los socialistas rompa sus alianzas con ERC y Bildu y llegue a acuerdos de Estado con el PP. El jefe de los populares centró su intervención al terreno de la política nacional, al impacto de la inflación y orilló la guerra y la política europea. También celebró que el Gobierno "vuelva a copiar" sus propuestas, después de haber asumido la bajada del IVA a la luz y el gas que él proponía. Se refería a que minutos antes Sánchez había lanzado el único anuncio de la jornada: que la gran industria también podrá beneficiarse del tope al gas.

Cuando el debate pasó a Mirella Cortés (ERC), los pasillos y la cafetería del Senado se llenaron de diputados y asesores para comentar el choque entre ambos. Parecía que la jornada parlamentaria hubiera acabado, pero no era así. Sánchez se había empleado a fondo con Feijóo, pero tenía por delante a una quincena de grupos más con los que contrastar opiniones. Varios portavoces le afearon que no haya negociado los planes de ayudas y de ahorro energético y muchos otros le pidieron un debate de política general de verdad.

El presidente del Gobierno insistió en la idea de que las "múltiples incertidumbres" que ha provocado la guerra de Rusia no pueden hundir en el desánimo a los ciudadanos, porque en ese caso costará todavía más salir de la crisis. Aseguró que las medidas de ahorro no serán drásticas y lamentó que PP y Vox alienten el "miedo". El debate acabó a las 22.20 horas de la noche, una jornada larga, igual que la campaña electoral que se ha abierto en España.

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