Los vínculos con Pere Aragonès

¿Quién es quién en la dirección de la ANC y Òmnium?

Las dos entidades independentistas han relevado ya a los líderes que protagonizaron el otoño de 2017 y encaran una nueva etapa en la que acentúan sus diferencias

El presidente de la AMI, Jordi Gaseni; la presidenta de la ANC, Dolors Feliu; el miembro de la Junta de Òmnium, Jordi Arcarons; y el vicepresidente de la ANC, Jordi Pesarrodona.

El presidente de la AMI, Jordi Gaseni; la presidenta de la ANC, Dolors Feliu; el miembro de la Junta de Òmnium, Jordi Arcarons; y el vicepresidente de la ANC, Jordi Pesarrodona. / ACN

Júlia Regué

Júlia Regué

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La ANC y Òmnium Cultural se aparejaron como la pata civil del independentismo, pero ni sus objetivos, ni su trayectoria, ni su posición sobre el 'procés' ha ido a la par. A las puertas de una nueva Diada, el 'president' Pere Aragonès ha anunciado que no acudirá a la manifestación que lidera la Assamblea desde 2012, pero que, en cambio, sí participará en la de Òmnium. ¿Por qué? Por el tono, por el mensaje de la marcha -a su juicio contra los partidos independentistas y las instituciones catalanas, y no contra el Estado- y por su evidente diferencia con la entidad que dirigía Jordi Cuixart en prisión en favor de los "grandes consensos" y sin querer meterse en el día a día de la disputa partidista en Catalunya.

Desde el 1-O han cambiado las primeras espadas varias veces. La ANC está desde dirigida desde el 21 de mayo de este año por Dolors Feliu (Roda de Ter, 1964), pese a que el vencedor de los comicios internos fue Jordi Pesarrodona (Sant Mateu de Bages, 1960), y la entidad cultural por Xavier Antich (La Seu d’Urgell, 1962).

La abogada que defendió el Estatut

Feliu, abogada, llevaba desde 1994 ejerciendo como letrada de la Generalitat ante el Tribunal Constitucional y le tocó intentar blindar el Estatut para evitar el tijeretazo. "Defendí el texto original, pero ya ves cómo terminó: recortado por los tribunales y no ajustado a las correctas interpretaciones constitucionales. Entonces ya intuí que debía buscar la independencia de Catalunya por otras vías, desde el activismo", explicó en declaraciones a EL PERIÓDICO a raíz de su nombramiento.

Licenciada en Derecho, Feliu desarrolló toda su carrera profesional dentro de la administración catalana, cuyos despachos ocupa desde 1989. En su currículum destaca haber sido directora de los servicios consultivos y de coordinación jurídica entre 2011 y 2019. Sus aspiraciones superaban la burocracia, así que empezó a sembrar en el campo de la política. "Consideré que el tripartito no defendía el autogobierno lo suficiente, así que me afilié a Convergència Democràtica en 2008, cuando estaba en la oposición", reveló.

En 2015 formó parte de la candidatura de Junts pel Sí en el número 46 y continuó como militante en la reconversión de la extinta CDC hasta el PDECat, espacio que decidió abandonar en 2018, cuando el 'expresident' Carles Puigdemont firmó el divorcio posconvergente.

El payaso del 'procés'

Pesarrodona, por su parte, saltó a la fama independentista después de que una foto suya plantado, con los brazos cruzados y ataviado con una nariz de payaso, al lado de un agente de la Guardia Civil, empezara a correr por las redes. La fotografía de su protesta en silencio, tomada el 20 de septiembre de 2017 a las puertas de la Conselleria de Economía, se viralizó como un símbolo de aquel largo registro policial en busca de pistas sobre la logística de un referéndum que se celebraría diez días después. En aquel entonces, Pesarrodona no era un manifestante cualquiera, tenía carnet de ERC y ejercía como concejal en Sant Joan de Vilatorrada (Bages). 

Otra vez rodeado de uniformados -esta vez, cargando- en la Escola Joncadella de su pueblo, lugar al que acudieron los efectivos policiales para parar la consulta sobre la independencia: "Comprobé que me habían reconocido porque el oficial del operativo se dirigió a mí y me dijo 'Usted, famosito, venga hacia aquí', y me situó en primera fila", aseguró durante su declaración como testigo en el Tribunal Supremo, en el marco del juicio del 'procés'. Fue condenado a 14 meses de inhabilitación y a pagar una multa de 2.100 euros por un delito de desobediencia grave a la autoridad, al haber cerrado las puertas del recinto para evitar la entrada del instituto armado que perseguía las urnas.

La resaca del 1-O fue acompañada de una ruptura. Pesarrodona deshizo sus vínculos con ERC en 2019 para "poder expresarse libremente". "Milité allí 25 años, pero me di de baja cuando vi que no se iba a cumplir la hoja de ruta hacia la independencia", espeta, y lamenta la "rendición" del partido. Pocos meses después del divorcio, se presentó a las primarias de Junts para las elecciones del 14 de febrero de 2021 y quedó en el puesto número 13 por Barcelona: "A partir de entonces decidí que no quería militar en ningún partido y que lo mío era el independentismo de base", sostiene, y se alistó a la Asamblea de Representantes del Consell per la República del 'expresident' Puigdemont, donde ejerció como vicepresidente.

El filósofo 'desobediente'

En Òmnium optaron por un filósofo, Antich. Doctor en Filosofía y profesor de Historia de las Ideas Estéticas y de Teoría del Arte en la Universitat de Girona, Antich tomó asiento en la junta de Òmnium Cultural en diciembre de 2017, cuando Cuixart ya estaba encarcelado de forma preventiva por el referéndum del 1-O. "Tiene dotes de liderazgo y, a la vez, transmite mucha paz y tranquilidad”, explica un allegado, que asegura que Antich aceptó la oferta del entonces vicepresidente Marcel Mauri “sin pensarlo”. “Tiene la confianza total y absoluta de la entidad”, aseguran desde Òmnium y así lo demuestra el hecho de que no tuviera competidor a la presidencia. “Es una bestia intelectual. Es muy preciso en sus ideas", recalca su entorno.

En la entidad sobresalió como teórico de la desobediencia civil -algo que le acercó a Cuixart- y fue el impulsor de la escuela de formación Guillem Agulló y el responsable de campañas como la que apuesta por una amnistía para los líderes del convulso otoño del 2017. Presidente de la Fundació Antoni Tàpies, su conocimiento se ha volcado en las aulas de varias universidades extranjeras –como la Universidad de Stanford en California y la Universidad Católica de Lisboa- y en la dirección de máster, como el de Comunicación y Crítica de la Universitat de Girona, o del programa de estudios independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

Formó una directiva con caras conocidas: la periodista Mònica Terribas como vicepresidenta, acompañada del 'exconseller' Quim Forn, el exdiputado de la CUP, David Fernàndez y la periodista Natza Farré.

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