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Xavier Antich (Òmnium): Un filósofo para repensar la hoja de ruta independentista

Su interés teórico por la desobediencia civil llamó la atención de Jordi Cuixart, que le fichó para la junta cuando él estaba encarcelado por el 1-O

BARCELONA 30 DE JUNIO DEL 2015. CARLES GUERRA, NUEVO DIRECTOR DE LA FUNDACIO ANTONI TAPIES. A SU LADO, XAVIER ANTICH, PRESIDENTE DE LA FUNDACIO. FOTO DE MONICA TUDELA

BARCELONA 30 DE JUNIO DEL 2015. CARLES GUERRA, NUEVO DIRECTOR DE LA FUNDACIO ANTONI TAPIES. A SU LADO, XAVIER ANTICH, PRESIDENTE DE LA FUNDACIO. FOTO DE MONICA TUDELA / MONICA TUDELA

Júlia Regué

Júlia Regué

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El filósofo Xavier Antich (La Seu d’Urgell, 1962) toma hoy las riendas de Òmnium Cultural después del paso al lado de Jordi Cuixart, tras meses clamando por un cambio de liderazgos en el independentismo y a la espera de que el resto de actores predique con el ejemplo. Un relevo tranquilo, meditado desde hace años, con el encargo de pilotar una etapa de distensión en la que se proponen repensar la estrategia soberanista desde la desobediencia civil y librar un pulso en defensa de la inmersión lingüística y de la cultura catalana.

Doctor en Filosofía y profesor de Historia de las Ideas Estéticas y de Teoría del Arte en la Universitat de Girona, Antich tomó asiento en la junta de Òmnium Cultural en diciembre de 2017, cuando Cuixart ya estaba encarcelado de forma preventiva por el referéndum del 1-O. “Tiene dotes de liderazgo y, a la vez, transmite mucha paz y tranquilidad”, explica un allegado, que asegura que Antich aceptó la oferta del entonces vicepresidente Marcel Mauri “sin pensarlo”. “Tiene la confianza total y absoluta de la entidad”, aseguran desde Òmnium y así lo demuestra el hecho de que no haya tenido competidor a la presidencia. Fuentes de la entidad explican que busca promocionar el "poder femenino", con cuatro mujeres a su lado en la dirección, y el "talento joven".

Es una bestia intelectual. Es muy preciso en sus ideas. En las reuniones, siempre interviene el último, primero escucha a todos, toma notas, y cierra con su intervención tomando un poco de cada uno. Es un sabio”, opinan en su entorno. Estas calidades, que podrían desatar una imagen altiva, se interpretan en su círculo como una gran capacidad de tender puentes. “Transmite conocimiento y es una persona muy prudente, algo idóneo para el soberanismo en el momento en el que estamos”, añade otra voz que afirma sentirse impactada por su “autoridad moral implantada con empatía y generosidad”.

El conocimiento en las aulas

En la entidad sobresalió como teórico de la desobediencia civil -algo que le acercó a Cuixart- y fue el impulsor de la escuela de formación Guillem Agulló y el responsable de campañas como la que apuesta por una amnistía para los líderes del convulso otoño del 2017. Presidente de la Fundació Antoni Tàpies, su conocimiento se ha volcado en las aulas de varias universidades extranjeras –como la Universidad de Stanford en California y la Universidad Católica de Lisboa- y en la dirección de máster, como el de Comunicación y Crítica de la Universitat de Girona, o del programa de estudios independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. “Es una eminencia”, destaca un actual dirigente de la entidad sobre su currículum.

En su larga trayectoria en el mundo de la cultura destaca haber sido miembro electo por el Parlament del primer Consell Nacional de les Arts i la Cultura de Catalunya y miembro de los patronatos del Institut d’Humanitats de Barcelona y de la Fundació Enciclopèdia Catalana. 

Asiduo colaborador en varios medios de comunicación, ha escrito varios libros sobre filosofía y arte, y en 1992 ganó el premio Joan Fuster por ‘El rostre de l’altre. Passeig filosofic per l’obra d’Emmanuel Lévinas’. 

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