Espionaje al independentismo

El cese de la directora del CNI no hace mella en ERC que sigue señalando a Margarita Robles

Los republicanos insisten en la necesidad de que se den prolijas explicaciones de lo ocurrido

El Gobierno destituye a Paz Esteban como directora del CNI

El Gobierno destituye a Paz Esteban como directora del CNI. /

Xabi Barrena
Miguel Ángel Rodríguez
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La destitución de Paz Esteban como directora del CNI no ha supuesto ningún cambio significativo en el tablero político. En primer lugar porque da toda la impresión de que Pedro Sánchez, pese a la insistencia de sus socios en el Congreso, preferentemente por ERC, tampoco pretendía que la medida sirviera de válvula de escape a la presión que está recibiendo. El cese de Esteban se vincula, en todo momento, a la brecha de seguridad que permitió la infiltración de Pegasus en los terminales de Pedro Sánchez, Margarita Robles y, como último ‘fichaje’, del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Ni una referencia a las decenas de independentistas espiados, presuntamente, por el propio CNI.

En la rueda de prensa posterior al cónclave de Gobierno donde se decidió la suerte de Esteban, Robles, a quién el independentismo ha elegido como cabeza a cobrarse, quiso dejar claro que mantiene toda su fortaleza dentro del Gobierno. Esteban era de las ‘suyas’, sí. Pero su sustituta, Esperanza Casteleiro, es, asimismo, una estrecha colaboradora de la titular de Defensa. La silla de Robles no parece moverse.

Ante todo esto, la reacción independentista, singularmente de ERC, ha sido coherente con la que viene mostrando desde el primer día de la crisis. El cese no cambia nada. Y la fortaleza exhibida por Robles, tampoco.

Los republicanos acusaron este martes recibo de la destitución de Paz Esteban, pero, en línea de lo que han venido afirmando estas semanas, consideran que la crisis está lejos de cerrarse. Por un lado exigen prolijas explicaciones sobre los distintos espionajes en sí: cuándo, por qué, qué información se extrajo. Una vez satisfechos los detalles, la asunción de responsabilidades tiene un nombre para ERC: Margarita Robles. 

Los republicanos se muestran inasequibles al desaliento a pesar de los múltiples mensajes que reciben, bien directamente, bien por persona interpuesta, de que Robles no va a caer. En ningún momento Esquerra ha hecho un cálculo posibilista sobre hasta dónde podría llegar en sus exigencias. Consideran de “cajón” que la ministra responsable de los servicios de inteligencia es quien debe de pagar el pato si el entramado de espionaje se descubre. Pasa en todos los países del mundo, empezando por España, donde las ‘escuchas del Cesid’, de los años 90, acabaron con las dimisiones de los homólogos de Robles, Julián García Vargas y Narcís Serra.

Y, además, consideran inaceptables las palabras de la propia Robles, hace unas semanas, en el Congreso, en las que sacó su lado ‘foucherista’ (Joseph Fouché, introductor del manejo de la información policial y de inteligencia de un Estado en la acción política) para defender el espionaje a los 65 independentistas. "¿Qué tiene que hacer un Estado cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia, cuando alguien corta las vías públicas, realiza desórdenes públicos, cuando alguien está teniendo relaciones con dirigentes políticos de un país [Rusia] que está invadiendo Ucrania?", dijo Robles el 27 de abril.

 Y si el objetivo de la dimisión de Esteban era crear un cortafuego que salvara a Robles huelga decir que no funcionó ni medio minuto. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, fue la primera que defendió que la destitución de la directora del CNI “no basta”, por lo que reclamó “todas las responsabilidades políticas que haga falta” además de “transparencia, desclasificación y garantías de que no se vuelva a producir” el espionaje al independentismo.

La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, se movió en las mismas coordenadas. Para el Executiu, el cese de Esteban es insuficiente. “No cierra el tema. Quien piense así, se equivoca. No es suficiente”.

"Paso inevitable"

En Madrid, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, aceptó el cese de Esteban como un paso inevitable. Algo que tenía que pasar sí o sí. Y tanto ERC como los socios de Gobierno del PSOE, es decir, Unidas Podemos, mantuvieron la presión sobre la titular de Defensa.

Así, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, exigió al Gobierno a no cerrar "en falso" la crisis por el espionaje a políticos, en referencia al cese de Esteban. Para Echenique, en línea con lo que también apunta ERC, lo prioritario ahora es que se establezcan garantías para que el espionaje "masivo" a políticos, en este caso independentistas y nacionalistas, no se vuelva a repetir. Entre otras cosas, mediante la desclasificación de la información facilitada en la comisión de secretos oficiales de la semana pasada.

 Los republicanos no cejan en poner la exigencia de explicaciones al mismo nivel que el de las eventuales dimisiones. La razón es sencilla, están convencidos de que, si se desclasifican las autorizaciones para la infiltración en el teléfono de Aragonès, por ejemplo, quedará tan evidente el uso del espionaje con el fin de obtener ventaja política, y no tanto para proteger al Estado de la ‘hidra separatista’, que Sánchez no podrá hacer otra cosa que sacrificar a Robles, pese a su aparente fortaleza. Porque será su cortafuego.

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