Espionaje al independentismo

Aragonès escala en la presión a Sánchez para que depure responsabilidades por el 'Catalangate'

El 'president' tilda de palmaria la implicación del CNI y amenaza con retirar el apoyo parlamentario al Gobierno

Acudirá este jueves al Congreso para amplificar el escaso eco mediático del caso en el resto del Estado

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, comparece junto al vicepresidente de la Generalitat y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, y los demás consellers para valorar el supuesto caso de espionaje a independentistas.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, comparece junto al vicepresidente de la Generalitat y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, y los demás consellers para valorar el supuesto caso de espionaje a independentistas. / Joan Cortadellas

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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Paso a paso. La estrategia de presión de Pere Aragonès ante el Estado a cuenta del 'Catalangate', la trama de espionaje de una sesentena de independentistas, parece cada vez más prevista y estudiada y que no nace en el mediodía del lunes, el Día 1 de la crisis, momento de la publicación de la pieza de 'The New Yorker' que levanta, por segunda vez, la liebre. La primera fue la 'infección' de los teléfonos de Roger Torrent y Ernest Maragall. Si el Día 2 fue el de el "enfriamiento" de las relaciones con el Estado (el entorno del 'president' niega con la cabeza cuando se pone el término 'congelación' en boca de Aragonès), el Día 3, este miércoles, fue el de la escalada de la presión a Pedro Sánchez.

Ante la sospecha de que ese enfriamiento quizá no sea lo suficientemente coadyuvante para que Pedro Sánchez ofrezca, primero, las explicaciones pertinentes de los sucedido y, en un segundo término (paso a paso, con gradualidad) depure responsabilidades, el 'president' elevó el pulso. En una entrevista en RAC-1, ha amenazado con retirar el apoyo parlamentario en el Congreso al Gobierno de PSOE-Unidas Podemos si el Ejecutivo de Pedro Sánchez no da cuenta del escándalo. "Si quieres reencontrarte con alguien, no lo espías. Y si algo bajo tu mando espía, lo investigas y tomas medidas", aseveró.

La apuesta de Aragonès sobre la autoría de la vigilancia se centra en el CNI. "No hace falta ser Sherlock Holmes. Es una evidencia palmaria", afirmó tras conocer que la agencia de inteligencia española cuenta con el software, según publicó 'El País'.

El CNI depende del Ministerio de Defensa. Su ministra, Margarita Robles, no desveló si el CNI dispone o no del software, pero aseveró que el Gobierno y la agencia "siempre actúan con arreglo a la legalidad vigente".

Aragonès ha seguido andando, pues, por el alambre de la tercera vía por él abierta en el angosto espacio entre la voluntad de Junts y Carles Puigdemont de romper toda relación con el Gobierno y la de su propio líder, Oriol Junqueras, que defendió la pervivencia de la mesa de negociación por sus positivos efectos que tiene sobre la comunidad internacional. Así, amenazó con lo uno (la ruptura) y se abrazó a la bandera del diálogo, recordando, incluso, su 'pedigrí'. "Pocos como yo han defendido con más ahínco esa mesa de negociación. Pero hay que aclarar lo sucedido, sino es difícil que se lleguen a acuerdos sólidos".

El 'president' ha recordado que uno de los motivos para la creación de la mesa de negociación es la voluntad del PSOE de aparecer, ante el electorado catalán, como "algo distinto al PP". "Si quieren ser distintos al PP", sentenció Aragonès, "que actúen de manera diferente al PP, que den explicaciones y asuman responsabilidades porque hasta el momento están actuando exactamente como habrían hecho los populares".

La segunda vuelta de tuerca de la presión será la que presida el Día 4 de la crisis, el jueves. Una nueva versión de 'la pica en Flandes'. El presidente de la Generalitat se reunirá en el Congreso de los Diputados con representantes de los partidos que han sido espiados con el programa informático 'Pegasus': ERC, Junts, PDECat, CUP y EH Bildu.

"Para muchos", explicó, "lo que no pasa en Madrid, no pasa. Nos consideran ciudadanos de segunda y para muchos esto no es relevante. Pues bien. Iremos", afirmó. También se verá con Podemos, no tanto que en fuerza de Gobierno (en las áreas en discusión manda más bien poco), sino por su receptividad al diálogo con el independentismo. Habrá que esperar a ver cuándo se produce la ansiada (la solicita desde el mismo lunes) cumbre con Pedro Sánchez,

Según interpreta una fuente del Govern, "los socialistas creían que el eco del escándalo se diluiría en apenas 24 horas y el ruido se circunscribirla a los más allegados a Carles Puigdemont". La misma voz subraya que el “perfil de Aragonès, nada hiperventilado" no ayuda a la salida fácil ,"por la gatera" del Gobierno. Además, prosigue: "No hemos gesticulado como otros [en referencia a Junts] que piden la dimisión de hasta el 'sursum corda' a las primeras de cambio".

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