Ayuso desoye a Casado y mantiene el pulso para que convoque ya el congreso interno

La guerra abierta por el PP de Madrid entró este lunes en su 12ª semana con una entrevista de buena mañana de una de sus protagonistas. La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, fue a TVE a dejar algunos recados a su jefe de filas, Pablo Casado, pese a que él, la víspera, le había lanzado una pulla y había pedido menos actuaciones de "solistas" y menos "megalomanía". Ella, que aseguró que no se da por aludida por ese toque de atención por sus supuestos delirios de grandeza, no aflojó el pulso y llegó a instar a su jefe de filas a moverse: "Debemos parar esto", espetó. Entiéndase "esto" por la lucha de poder más grave que está librando el sucesor de Mariano Rajoy. Si aquel lo sufrió con Esperanza Aguirre, este lo está viviendo con Ayuso. Y por la misma razón: la exjefa del Ejecutivo madrileño empezó queriendo controlar el PP en la autonomía, en 2004, y, en 2008, amagó con moverle la silla al político gallego.

Según la presidenta madrileña, este choque está teniendo un "coste" para el partido y se solucionaría convocando cuanto antes el congreso interno autonómico en el que los militantes deberán decidir quién coge las riendas del PP de Madrid. La cúpula de Casado ha decidido aplazarlo hasta mediados del año próximo, con la esperanza de que ella se desgaste. Y ella lo quiere ya, "pronto", dijo este lunes. "Tener criterio propio no es ser desleal. Y el líder del partido lo que tiene que pedir también es coherencia y unidad", añadió dejándole otro recado más.

Pelota al suelo

"Si fueran bien las cosas en España, esto quedaría en un tema de interinidad de los partidos, ocurre en todos (...) Lo que pasa es que esto sucede en un momento gravísimo para España", continuó antes de citar la elevada tasa de paro juvenil, los problemas en la España despoblada y los cambios en la ley mordaza. "Todo lo que está sucediendo es tan grave para España que nosotros debemos parar esto", pidió. El periodista le preguntó si está dispuesta a sentarse con Casado para poner paz y respondió: "Por supuesto". "Yo prefiero que [el congreso] sea antes, porque la situación está como está en este país y los que nos miran desde fuera nos exigen que paremos ya con esto", reclamó de nuevo.

Y para tranquilizar a los que, en la propia cúpula, la ven como un peligro a corto plazo, volvió a asegurar que apoyará a Casado cuando este se presente a su propio congreso nacional, el año que viene: "Yo no tengo carrera política, porque la Comunidad de Madrid es mi principio y mi final. Yo estoy al servicio de España a través de la Comunidad de Madrid y por supuesto estoy al servicio del PP y de su presidente cuando se presente y tenga su congreso, porque seré la primera que estaré ahí". Según los estatutos de la formación, los conservadores deben celebrar ese congreso cada cuatro años, por lo que toca el año próximo (después del de julio de 2018, en el que Casado fue elegido líder). En el PP, el presidente del partido es el candidato a la Moncloa.

Construir una "alternativa"

En un breve encuentro con la prensa en Vitoria después de visitar el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, el líder del partido rechazó comentar las palabras de Ayuso sobre el desgaste que cree que está provocando este choque interno y se limitó a decir que "están todos unidos" en su partido para construir una "alternativa" y para trabajar por "lo importante". "Y hoy lo importante es reivindicar a las víctimas del terrorismo y exigir al Gobierno que deje de pactar con sus herederos. En eso estamos todos y en eso somos un equipo, vamos todos a una", respondió.