El tablero electoral

Frenazo del PP en las encuestas tras la guerra entre Casado y Ayuso

Los populares pierden más de 4 puntos en septiembre y ceden la primera posición al PSOE

Gráfico Media de Encuestas

Gráfico Media de Encuestas / Infografia El Periódico

Ricard Gràcia
Jose Rico
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El PP de Pablo Casado llega al ecuador de una semana grande (la de una convención nacional que dura siete días) con la que persigue relanzarse políticamente para afrontar la segunda parte de la legislatura. Sin embargo, el cónclave no pilla precisamente a la formación en su momento más plácido, al menos a nivel interno. Las cuitas entre los populares madrileños y la dirección nacional han tensado el partido en las últimas semanas ante las maniobras de Casado para intentar evitar que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso se haga con las riendas del PP de Madrid.

Esta guerra interna ha tenido una primera consecuencia no menor para el líder del PP. Su progresión en las encuestas se ha frenado en seco y ha propiciado que el PSOE vuelva a adelantarle nada más empezar este curso político. Fue precisamente el influjo de Ayuso y el éxito de su órdago electoral el que catapultó a Casado en los sondeos a partir del mes de mayo, ayudado, eso sí, por el desgaste de los socios del Gobierno por la gestión de la pandemia, las tiranteces entre ambos y los indultos del 'procés'.

El promedio de todas las encuestas publicadas desde que empezó 2021 refleja que el PP ha perdido 4,3 puntos en intención de voto durante el mes de septiembre, en el que se ha desatado la batalla en el PP de Madrid. Si a finales de agosto Casado se situaba en el 27,6% de los sufragios, ahora ese porcentaje ha retrocedido hasta el 23,3%. Y si hace un mes los populares tenían por detrás al PSOE, que obtenía el 26% de las papeletas, hoy el promedio de los socialistas ha escalado hasta el 28%, dos puntos más, recuperando en primera posición.

Los cálculos realizados por EL PERIÓDICO a partir de una fórmula empleada por Ivan Serrano, investigador del IN3 (Internet Interdisciplinary Institute) de la UOC, corresponden a la media ponderada de los principales sondeos publicados. La ponderación se realiza, como en otras fórmulas de este tipo, en función del tamaño de la muestra (cuanto más grande, mayor valor) y de la fecha del trabajo de campo (cuanto más reciente, más significativa).

A las convulsiones internas, Casado tiene que sumar otra batalla: la que libra con Vox y Ciudadanos por volver a aglutinar el voto que va desde el centro a la derecha más extrema. Con la formación naranja, a la que aspira a absorber, tiene bastante ganada la partida, pues las huestes de Inés Arrimadas acaban el mes de septiembre en un 3,6% de intención de voto, según la media ponderada de las encuestas. Pero los ultras de Santiago Abascal aún consignan el 13,3% de los sufragios. Con todo, son dos puntos menos que hace un mes.

El botín de los 10 millones de votos

Entre el 2011 (mayoría absoluta de Rajoy) y el 2019 (las últimas elecciones generales), el PP perdió casi seis millones de votos, prácticamente los mismos que sumaron en esos últimos comicios Vox y Ciudadanos. De hecho, coincidiendo con una bajada de la participación por la repetición electoral, el bloque conservador cosechó la menor cuantía total de sufragios de esta década, perdiendo más de 900.000 votos respecto de los que había obtenido seis meses antes. Casado, Santiago Abascal y Albert Rivera sumaron 10.297.472 papeletas, que se repartieron así: 5.019.869 para el PP; 3.640.063 para Vox y 1.637.540 para Cs.

La sangría de los populares fue profunda: acabaron la década con 5.846.697 apoyos menos que cuando la empezaron, y padecieron fugas tanto por la izquierda como por la derecha. Según un informe elaborado por el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP), entre las elecciones de abril y las de noviembre de 2019, el PP regaló 500.000 votos a Vox y 61.000 a Ciudadanos. Pese a ello, Casado salvó los muebles y acabó creciendo en 556.869 sufragios porque atrapó 962.000 papeletas de Rivera y 128.000 de Abascal. En resumidas cuentas, más de un millón de electores del PP en abril cambiaron su voto en los comicios de noviembre y Vox fue la formación más beneficiada.

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