Consell Executiu

El Gobierno promete la ampliación de El Prat en el 2030 mientras Aragonès pone diques medioambientales y pide tiempo

El Ministerio de Transportes da por hecha la ampliación de la tercera pista con la "mínima afectación"

El 'president' asegura que el proceso de decisión será largo, consensuado y buscando reducir las emisiones

Pere Aragonès

Pere Aragonès / EUROPA PRESS / DAVID ZORRAKINO

Fidel Masreal

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Un acuerdo, dos versiones. Veinticuatro horas después del pacto entre el Ministerio de Transportes y el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, sobre el aeropuerto de El Prat en una reunión secreta en Madrid, los dos gobiernos subrayan dos maneras distintas de ver una ampliación que han aplaudido sectores empresariales y que ha enojado por cuestiones de forma y fondo a numerosos actores municipales y políticos implicados en la operación. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla de una operación con la que "estamos sentando las bases para que Catalunya se recupere a mayor ritmo" respecto a años anteriores y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez ya pone fecha a la la ampliación definitiva (2030). Mientras, el 'president' Aragonès ha acotado la satisfacción de su vicepresidente alertando que está por definir cómo se amplía el aeródromo, lo cual requerirá tiempo, consenso y respeto al medioambiente.

En una entrevista en Rac1, la ministra también apelaba a la "mínima posible" afectación al entorno natural pero lo cierto es que la nota oficial de su ministerio apunta explícitamente por la ampliación hacia el este de la tercera pista. Es decir, hacia la zona protegida de La Ricarda. Pero el Gobierno pone la directa y la ministra sostiene: "Nuestra previsión es que durante los primeros años se haga toda la planificación y los informes de impacto ambiental, pero que el aeropuerto pueda ser una realidad a partir del año 2030".

Aragonès pone el freno

Pocas horas después, en una rueda de prensa de final de curso político, Aragonès trataba de apagar el fuego abierto por las críticas de la alcaldesa de Barcelona y el de El Prat, de sus socios de la CUP y de las juventudes de ERC y de colectivos ecologistas, entre otros. Según el 'president' lo acordado este lunes no es otra cosa que el fruto del mínimo común denominador alcanzado en julio por la mesa institucional sobre el aeropuerto: condicionar el acuerdo de ampliación a "garantizar el respeto absoluto a las exigencias medioambientales de la comisión Europea“. Siguen por tanto abiertas las dos cuestiones clave: cómo se logra ampliar el número de vuelos y cómo lograr el sí de la Comisión Europea dado que la zona está protegida por la red Natura 2000.

Eso se decidirá, según Aragonès, con tiempo, en el marco del Plan Director, mediante criterios técnicos y medioambientales por lo que, para el 'president', la situación actual no es el final, sino el principio de un camino de "meses" para concretar el proyecto. El Govern ha aceptado el acuerdo para no perder la inversión prometida por Aena -a la que Aragonès acusa de planteamientos "binarios" de todo o nada- de 1.700 millones de euros, cuyo plazo de aceptación vencía a finales de septiembre

Así, según fuentes cercanas al 'president', lo que ha tratado de hacer Aragonès es situarse entre los planes del ministerio y de Aena, el mensaje del vicepresidente Jordi Puigneró (que en Catalunya Ràdio ha pronosticado que se logrará el "aeropuerto más verde de Europa"), y las voces que afean a este haber pactado a escondidas y sin consenso previo en Catalunya.

El jefe del Govern también ha recordado que la Comisión Europea ha "puesto deberes" desde hace años en cuanto a la protección del Delta del Llobregat, vinculados a incumplimientos de acuerdos de años precedentes sobre protección medioambiental. Todo ello, según ha admitido, en un equilibrio "no fácil" entre la voluntad de reducir emisiones y de no perder competitividad mediante vuelos intercontinentales que aporten valor añadido a la economía.

El 'president' también ha asegurado que el Govern está cohesionado en esta materia y ha templado gaitas felicitado tanto a Puigneró como a la titular de Acció Climàtica, Teresa Jordà, de ERC, mucho más crítica con el proyecto de ampliación.