Cambio de Gobierno

Pilar Alegría: el fugaz ascenso de la socialista zaragozana

La nueva ministra de Educación llega al cargo tras año y medio como delegada del Gobierno en Aragón

Pilar Alegría, en el balcón de la Delegación del Gobierno, en la plaza del Pilar de Zaragoza.

Pilar Alegría, en el balcón de la Delegación del Gobierno, en la plaza del Pilar de Zaragoza. / JAIME GALINDO

Laura Carnicero

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La zaragozana Pilar Alegría Continente (La Zaida, Zaragoza, 1977) es uno de los nuevos rostros del Ejecutivo de Pedro Sánchez tras la remodelación de la práctica totalidad del Consejo de Ministros emprendido en el ecuador de la legislatura tras vivir la peor pandemia del último siglo.

Diplomada en Magisterio, especializada en Educación Primaria por la Universidad de Zaragoza, tiene un Máster en Estudios Avanzados en Educación Social por la Universidad Complutense y es madre de un hijo. Una socialista que ya ha ostentando cargos en las distintas administraciones, desde el ámbito local, hasta el Congreso de los Diputados, donde inició su trayectoria como diputada con solo 31 años, en 2008.

La hasta hoy delegada del Gobierno en Aragón, se encontraba este sábado en Madrid, donde tenía previsto, según fuentes cercanas, participar en reuniones internas de la preparación de la ponencia sobre Universidades que dirige en el 40 Congreso Federal del PSOE.

La socialista culmina con este nombramiento como ministra su fulgurante ascenso en la política nacional y se convierte en la primera mujer aragonesa en ocupar una cartera ministerial, después del oscense Sebastián Martín-Retortillo, adjunto al presidente Adolfo Suárez en la Transición, y Juan Alberto Belloch, de Mora de Rubielos, que fue ministro de Justicia e Interior con Felipe González.

Elecciones municipales

A día de hoy, Alegría no ocupa ningún cargo orgánico en la Ejecutiva federal ni en la aragonesa. Su nombramiento llega después de que en las pasadas elecciones municipales fuera la lista más votada en Zaragoza y se quedara a tan solo 300 votos de conseguir la Alcaldía de Zaragoza por el acuerdo cerrado entre PP y Ciudadanos que contó, a su vez, con el beneplácito de Vox. Una campaña electoral en la que recuperó buena parte del terreno perdido por el PSOE en la última cita electoral tras protagonizar en la precampaña un tenso pulso con el PSOE de Javier Lambán a cuenta de su lista electoral. Un pulso que resolvió Ferraz dándole la razón a Alegría, confirmando entonces la cercanía de la aragonesa a las tesis de Sánchez.

Apenas ocho meses después de las elecciones y tras medio año liderando la oposición en el Ayuntamiento de Zaragoza, en febrero de 2020, era nombrada por Pedro Sánchez delegada del Gobierno de España en Aragón, en sustitución de Carmen Sánchez. En ese tiempo, había declinado la oferta del ministro de Ciencia, Pedro Duque, de ser secretaria de Estado de Investigación.

La proximidad con Pedro Sánchez se ha tejido, no obstante, en los últimos años, pues Alegría apoyó a Susana Díaz en las encarnizadas primarias que enfrentaron a ambos y a Patxi López en 2017, y fue la mano derecha de Lambán ostentando la secretaría de Organización del PSOE de Aragón entre 2014 y 2017, además de asumir la titularidad de la consejería de Innovación y Universidad del Gobierno autonómico entre 2015 y 2019. Antes, entre 2008 y 2015, fue diputada por Zaragoza en el Congreso de los Diputados.

Entre sus logros como consejera, destacó la firma del Pacto por la Ciencia en Aragón, aunque su trayectoria reciente está muy marcada por su efímero paso por el Ayuntamiento de Zaragoza, en el que, tras no poder alcanzar la alcaldía, adoptó un perfil bajo en su labor como portavoz y líder de la oposición al equipo de Gobierno PP-Cs que dirige Jorge Azcón. En su etapa como delegada del Gobierno en Aragón le tocó volcarse de lleno en la cooperación institucional para gestionar la pandemia del coronavirus, y se ha mostrado vehemente en la lucha contra la violencia machista.

Desde el regreso de Sánchez y su llegada al Gobierno de España, Alegría se había acercado a sus postulados, una cercanía demostrada ya en febrero de 2020 al ser nombrada delegada del Gobierno en Aragón en sustitución de Carmen Sánchez. En ese momento, se justificó la decisión por la intención del presidente de darle un carácter más político a ese cargo. Ahora queda refrendada con su elección como nueva ministra de Educación y Formación Profesional en esta profunda remodelación del Consejo de Ministros más feminista, rejuvenecido y con una mayor presencia de políticos que han ostentado distintas responsabilidades municipales.