Los entresijos de una restitución tras denuncias de abusos

El 'caso Eduard Pujol' revela un malestar interno contra el exportavoz de Junts

Fuentes del partido afirman que el caso no se limita a las presuntas conductas hacia dos mujeres

El entorno de Pujol replica que él fue la víctima de un acoso y de un linchamiento interno

Eduard Pujol y Elsa Artadi

Eduard Pujol y Elsa Artadi / periodico

Fidel Masreal

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Las informaciones sobre el presunto acoso sexual de Eduard Pujol eran, el 26 de octubre pasado, lo suficientemente "graves y urgentes" como para expulsarlo fulminantemente como militante y portavoz de Junts en el Parlament. ¿Qué ha pasado para que ocho meses después se le pida perdón y se le restituya? ¿Hay algo más allá de unas denuncias de acoso que finalmente no han llegado a los tribunales? Fuentes del partido consultadas confirman que en este caso ha influido también una batalla interna de poder respecto a Pujol, que ocupaba un destacado cargo de proyección mediática en la formación. En su entorno replican que él ha sido víctima de un acoso continuado desde marzo de 2019 y un linchamiento en Junts en octubre sin derecho a defenderse.

Según estas fuentes del partido, en la actuación contra el exdiputado influyó no solo la sensibilidad ante los abusos sexuales, sino este contexto interno enrarecido. Pujol actuó judicialmente al lado de un amigo personal en un caso de divorcio no amistoso, lo cual -según se explica en Junts- puso también a determinadas dirigentes en contra del diputado. Otras voces en cambio han mantenido en privado que la actuación contra Pujol era excesiva.

Un perfil cuestionado

Los críticos con Pujol le reprochan su falta de actividad diaria en el Parlament, y otros le describen como un político sin apoyos internos. En cambio, fuentes del entorno de Pujol replican que recorrió 70.000 kilómetros en un año en tareas de partido y que a trabajar no le ganaba nadie.

Pasados nueve meses, nadie se hace responsable de haber afirmado que las informaciones sobre Pujol eran "graves y urgentes". Hay quien afirma que se dijo por instrucción directa de la máxima dirección. Pero ni entonces ni ahora se inició una investigación, aduciendo que deben hablar los tribunales. Junts ha anunciado ahora que aprobará un código ético más allá de la legalidad.

Mientras, la pregunta que sigue en el aire es si esta restitución de Pujol llega por convicción o porque él ha emprendido acciones legales contra las dos mujeres que lo acusaron y que no llevaron el caso a los tribunales. La otra cuestión se le formuló este lunes al secretario general de Junts, Jordi Sànchez: ¿Al margen de que no tenga reflejo judicial, la presunta conducta de Pujol es compatible con los valores éticos de Junts? "Si hay comportamientos no lícitos han de ser los organismos correspondientes los que hagan estas actuaciones", respondió escuetamente Sànchez.

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