La resaca electoral

JxCat y CUP empiezan a marcar territorio ante la negociación con ERC

Los anticapitalistas no prevén abrir el debate interno sobre el nuevo Govern hasta el 27 de febrero

Junts quiere que el pacto de gobierno establezca una estrategia unitaria en el Congreso

Dolors Sabater.

Dolors Sabater. / CUP

Xabi Barrena
Fidel Masreal
Júlia Regué
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La llave de la gobernabilidad independentista vuelve a estar en manos de la CUP y los anticapitalistas, conscientes del privilegio que les otorgó el resultado electoral, actúan con cautela. No tienen prisa. Desdeñan que la urgencia pise el debate programático y esperan escuchar las ofertas de Esquerra antes de mover ficha.

Su obcecación es "condicionar al máximo" la 13ª legislatura, de cuya afirmación no puede extraerse por ahora que quieran aposentarse en el Govern. No a cualquier precio, repiten las filas 'cupaires'. La negociación poselectoral va para largo, el equipo negociador será "variable" y sus maniobras estarán sujetas a los ritmos del asamblearismo que les caracterizan. El 27 de febrero se celebrará un consejo político ordinario para tomar la temperatura a la militancia sobre la negociación poselectoral, pero no habrá decisiones sobre este asunto. Pere Aragonès tendrá que ser paciente y esperar.

Los anticapitalistas llegarán a su primer encuentro con los republicanos dispuestos a escuchar, con su programa electoral bajo el brazo. Su lectura del 14-F es que el independentismo sale reforzado por la izquierda, por lo que exigen políticas acompasadas a su interpretación. Esto es: "amnistía y fin de la represión" -léase que la Generalitat no recurra a supuestos de la 'ley mordaza' para encausar a manifestantes-, "autodeterminación vinculante" -un referéndum antes de 2025, cuando finaliza la legislatura-, "plan de choque de rescate social" -la CUP exige una renta básica universal de al menos 735 euros- y "transición ecológica".

"Vamos a buscar un cambio, un giro de 180 grados en las políticas de este país [...] Dijimos que no queríamos perder ni un minuto, pero las prisas no tienen que estar reñidas con hacer las cosas bien y pensando en el qué y el cómo", defendió Dolors Sabater en una comparecencia en la sede del partido. Y anunció que, paralelamente a los contactos para formar Govern, ponen en marcha una ronda de encuentros con entidades sociales para recoger sus propuestas en materia de vivienda, sanidad y educación.

Junts empieza a mostrar sus cartas

Junts prepara la negociación con ERC desde una posición de firmeza y exigencia. A la espera de la concreción de los planes, que se guardan con celo y discreción, el partido de Carles Puigdemont está empezando a mostrar sus cartas y estas pasan, en palabras de un destacado candidato, por reclamar a Esquerra que la hoja de ruta independentista esté más cercana a las tesis desobedientes de JxCat y la CUP, argumentando suman mayoría en el terreno secesionista.

De entrada, Junts va a reclamar un equilibrio con una cierta paridad en el Govern, pese a haber quedado por detrás de ERC en votos y en un escaño. En lo más inmediato, la composición de la Mesa del Parlament, es más que probable que reclamen la presidencia.

La negociación del Govern ha de pasar, según los posconvergentes, por no imponer ninguna hoja de ruta, pero el Consell per la República -que lideran Puigdemont y el 'exconseller' Toni Comín- ya ha emitido una nota en la que apuesta por un pacto independentista que culmine el 'procés' mediante el diálogo y negociación con el Estado, pero preparándose para un ejercicio exitoso de la unilateralidad. Más de un dirigente de Junts habla de plazos: unos meses para la negociación y, si no da fruto, empezar a implementar la vía unilateral.

Unidad en Madrid

Además, el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, reclamó este martes en Catalunya Ràdio que el pacto de gobierno incluya una estrategia compartida en el Congreso. Una misión harto difícil dado que hasta ahora las visiones han sido antagónicas.

En tanto, ERC se va acomodando a su nueva posición en el centro del tablero y de liderazgo de las negociaciones. Todo está medido. Que las negociaciones sean bilaterales, y no en conjunto, como mínimo las tres fuerzas independentistas, obedece, precisamente, a esa situación de mando de ERC. “Lideramos, así lo han querido las urnas. Y es evidente que la ronda de contactos, como mínimo al inicio, tiene que ser bilateral". 

La elección de empezar las negociaciones con la CUP remacha la misma idea. ERC y los otros. Y entre ‘los otros’, los republicanos empiezan “con quien compartimos más, en una situación definida por el 14-F en que se ha demostrado que el independentismo mayoritario es de izquierdas”. Junts espera turno. El primer cambio tras los comicios.

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