Cerrada la minicrisis de los socios
Sánchez enfría la subida fiscal

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Miguel Ángel Rodríguez
Miguel Ángel RodríguezPeriodista político, especializado en la información parlamentaria del Congreso y el Senado

Juanma Romero
Juanma RomeroPeriodista
Madrid, 1981. Redactor de Política de 'El Periódico' desde agosto de 2020. Antes, en 'El Confidencial', 'infoLibre', RTVE, 'Público', Telemadrid e 'Interviú'.
Juanma Romero / Miguel Ángel Rodríguez
La negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se encarrila. Pedro Sánchez da por removido el último obstáculo antes de entrar en harina: el inicial veto de Unidas Podemos a Ciudadanos. Pablo Iglesias levanta el pie, pero a cambio logra dos de sus objetivos: pactar el borrador del proyecto de ley con Hacienda –algo que el PSOE aceptaba de entrada– y sentarse en la mesa con los otros grupos. Eso sí, la subida fiscal que recogía el programa de la coalición queda, por ahora, congelada, lo que permitirá al Gobierno tender puentes con Inés Arrimadas más fácilmente. Un consenso que pone fin, por ahora, al último episodio de tensión que ha agitado a los socios.
Y es que ya no queda duda de que Cs es el socio elegido por Sánchez para sus primeros Presupuestos, a la vista de que ERC "no tiene margen" para acercarse al Ejecutivo por su pronta pugna electoral con JxCat. Este martes no hubo ropajes. En una entrevista en la SER, el presidente sostuvo que "no ha habido veto" a Cs. Y evidenció el pacto interno alcanzado la víspera, en una reunión que él mismo mantuvo con Iglesias: "UP y el PSOE somos conscientes de que tenemos que aprobar unos Presupuestos, de que tendrán que ser progresistas y de que no pueden ser unos PGE excluyentes. No podemos excluir a ningún grupo político de esa interlocución". Pero los interlocutores, a su vez –o sea, Cs–, deberán asumir que el Gobierno "no es monocolor, sino de coalición".
En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, dejó aún más claro el marco del consenso interno: las cuentas "son del Gobierno, no de Hacienda", y las dos formaciones se tienen que sentir "razonablemente cómodas" con él. Un entendimiento entre los socios que prevé "rápido".
Justo este martes, para mostrar esa distensión y el cierre de la minicrisis, la Moncloa avanzó a primera hora de la mañana que Montero se reuniría por la tarde con el responsable económico morado y secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Ambos pilotarán el diálogo con los grupos, según acordaron en su encuentro. Los siguientes despachos entre los dos dirigentes ya no serán publicitados, pero desde el PSOE asumen que su socio necesitaba tener visibilidad, que se supiera que no es "convidado de piedra".
PSOE y Podemos pactan que Montero y Nacho Álvarez sean los negociadores de los Presupuestos
Serán unos PGE "progresistas, feministas, ecológicos" y que velarán por la "cohesión" social y territorial, pero el borrador no estará blindado. Se redactarán unas cuentas, dijo Montero, que permitan pactar con partidos que "no pertenecen al mismo espectro ideológico". Y por si no había quedado claro, agregó: "Lo importante es que el proyecto que podamos consensuar entre el Gobierno y Cs se abra camino a la mayor brevedad posible" para atar apoyos con el resto de grupos y lograr llevar los PGE al Congreso este mes. Pero esa fecha es orientativa. Hacienda será "flexible" si ello le da más margen para amarrar los números. El objetivo de la ministra sigue siendo acudir a la Cámara baja con los respaldos cerrados.
No ser "ciegos"
Sánchez, a primeros de agosto, ya había advertido de que la reforma fiscal debería esperar para primar la recuperación: "Cuando lleguemos a ese momento en el que hayamos consolidado la recuperación económica, tengamos unos niveles de crecimiento económico como los que teníamos antes de la pandemia, tendremos ya las garantías para abordar una necesaria reforma estructural".
Ese mensaje ayer fue más explícito: la subida impositiva pactada con Podemos en diciembre de 2019 (alza del IRPF para las rentas más altas y tributación mínima del 15% en sociedades para las grandes corporaciones) "se tendrá que modular". "No podemos ser ciegos a la situación económica. Tenemos a lo largo de la legislatura toda una agenda para una reforma fiscal progresiva". Es decir, que llegará más adelante, para no crear más inseguridad a las empresas en un momento de devastación por el covid-19, pero también, admitían fuentes de Hacienda, para acercarse a los liberales.
La puerta no está cerrada del todo a ERC y, de hecho, tanto Sánchez como Montero incidieron en que el Gobierno no pone pegas para retomar la mesa de diálogo con el Govern, aunque agregaron que quien no quiere es Quim Torra. La ministra, de hecho, ironizó con que primero los republicanos deberían convencer al 'president', o a Carles Puigdemont, en velada alusión a la implosión del espacio posconvergente.
Podemos ve Cs como última vía y Arrimadas aspira a unos PGE con la "menor ideología" morada
Pero el objetivo del Ejecutivo es Arrimadas. Con ella se reúne el presidente este miércoles, después de recibir a Pablo Casado. El encuentro que genera más expectativas es, de hecho, el que mantendrá con la dirigente naranja, porque con el líder del PP ni siquiera se ve posible el acercamiento para la renovación institucional, pese al apremio constante de Sánchez y su Gobierno.
Los guiños de la parte socialista del Ejecutivo hacia Cs no terminan de encajar con la visión de los morados. Los de Iglesias se han abierto a intentar una negociación con los naranjas, aunque siempre como última opción y tras haber agotado todas las demás. Su intención sigue siendo revalidar la mayoría de la investidura para aprobar las cuentas de 2021 porque ven imposible encajar el programa de la coalición con las pretensiones de los liberales. Además, defienden que sumar los diez escaños de los liberales pueden ahuyentar a otras formaciones minoritarias pero necesarias para cuadrar el complicado círculo parlamentario.
No obstante, a Arrimadas parece no importarle la posición de los morados. La líder de Cs dejó claro ayer que los PGE se negocian con el Ministerio de Hacienda, en manos de Montero y, por lo tanto, del PSOE. En una entrevista en Onda Cero, sostuvo que busca un proyecto "sensato y moderado" con "la menor ideología de Podemos posible". "Estos no van a ser los Presupuestos de Iglesias, van a ser los de España para recibir 140.000 millones de Europa", sentenció.
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