PP y Ciudadanos se salvaguardan de la moción de censura de Vox

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Miguel Ángel Rodríguez

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Desde la tribuna del Congreso y por sorpresa, Santiago Abascal anunció hace poco menos de un mes una moción de censura al Gobierno. El líder ultra avisó de que en septiembre pondrá en marcha los mecanismos para echar a Pedro Sánchez de la Moncloa. La iniciativa no llegará a buen puerto, salvo sorpresa de última hora, pero da la sensación de que el presidente de Vox tampoco tiene entre sus objetivos que la moción prospere sino obligar a PP y a Cs a retratarse. Aunque el partido de extrema derecha todavía no ha informado de la fecha en la que registrará la medida -está por ver que finalmente lo hagan-, populares y naranjas se han cargado estos días de argumentos para no apoyar la propuesta y proteger su imagen. Aunque cada uno por cuestiones diferentes. 

"Nunca durante la democracia española hubo más motivos ahora para presentar una moción de censura contra el gobierno", sentenció Abascal el pasado martes en Twitter incrementando la presión sobre los de Pablo Casado e Inés Arrimadas para que voten a favor de forzar la dimisión del Ejecutivo y situarse como precursor de este movimiento contra el Ejecutivo. Sin embargo, ni aún así parece que PP Cs vayan a apoyar la moción de censura. Los conservadores, regresando a la moderación, no pueden permitir ir a rebufo de la tercera fuerza política y los liberales, tras unos meses de diálogo con Sánchez, no quieren frustrar una posible negociación presupuestaria que les devuelva al foco mediático. 

Regreso a la moderación

El giro que Casado ha imprimido esta semana en el PP es una declaración en toda regla contra la estrategia radical de los últimos meses que había adoptado para taponar la fuga de votos hacia Vox. Redoblar las promesas y mensajes extremos del partido de Abascal no le ha dado buen resultado al líder conservador que, el pasado jueves, defendió que su partido "no tiene vocación de minoría indomable, tiene vocación de mayoría imbatible". Así, los populares parecen dispuestos a alejarse de los ultras y a no refrendar sus planteamientos para no darles protagonismo. 

El pasado viernes, el recién nombrado portavoz nacional popular y 'número tres' del partido, Jose Luis Martínez-Almeida, sostuvo que deben permanecer al margen de las estrategias "tacticistas" de Vox. "No podemos mirar a la izquierda ni a la derecha, tenemos un proyecto propio, un rumbo propio, con los españoles como horizonte", sentenció, dejando claro que son ellos los que deben marcar la agenda política de la oposición y no Abascal.

El precio

Mucho más tajantes se han mostrado en Cs en su rechazo a la iniciativa de Vox. "Va a costar dinero a todos los españoles, se va a perder más de una semana de trabajo en el Congreso de los Diputados cuando estamos con una crisis económica y social encima de la mesa y, además, le va a costar credibilidad a nivel internacional a nuestro país", sostuvo la portavoz de la Ejecutiva Nacional naranja, Melisa Rodríguez a comienzos de semana. 

Los de Arrimadas, que han alcanzado cierto entendimiento con el sector socialista del Gobierno en los últimos meses, no quieren estropear su nueva relación y tachan la moción de censura de "campaña de marketing puro y duro" para crear un "show" en el que Abascal se beneficie de la "polarización. Motivos más que suficientes para también negar su 'sí' a los ultras. 

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