SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE BARCELONA

Un año y nueve meses de prisión por el cerco al Parlament

Enfrentamientos entre Mossos y manifestantes en una de las entradas al parque de la Ciutadella

Los manifestantes que pretendían acceder al parque de la Ciutadella se enfrentaron a los Mossos.   / periodico

J. G. Albalat

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a un año y nueve meses de prisión a Josep Maria Rosas Creu por desórdenes públicos y resistencia a la autoridad por los incidentes ocurridos el 30 de enero del 2018 en el Parque de la Ciutadella en la concentración apoyo a la investidura fallida de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat y cuyo pleno en el Parlament tuvo que ser suspendido.

La sentencia sostiene que ese día diversas entidades independentistas convocaron una manifestación  través de las redes sociales en las inmediaciones del parque de la Ciutadella. Desde las 13:30 horas centenares de personas, que desde las 16 horas llegaron a ser más de miles, consiguieron acceder al interior del parque  con la intención de dirigirse al Parlament, forzando previamente las cadenas que los Mossos habían colocado.

Los manifestantes no consiguieron llegar al edificio de la Cámara catalana porque, mediante de unas vallas metálicas y una línea de agentes, los Mossos dispusieron además un segundo perímetro de seguridad, lo que no impidió que se lanzaran objetos a los miembros de la policía de la Generalitat y que éstos fueran empujados e insultados. Esta situación generó "una gran tensión y desorden”, relata la sentencia, por cuyo motivo se suspendió pleno del Parlament. Los agentes cargaron contra los  congregados para impedir que rebasaran el segundo perímetro de seguriad

A martillazos con el candado

El tribunal  de la Sección 21 sostiene que Josep María Rosas Creu participaba en dicha concentración y llevaba puestos un casco integral, un buf y protecciones en los brazos, piernas y el tronco. La resolucuón detalla que, “aprovechando la presencia de otros cuatro o cinco” manifestantes en el interior del parque y mientras otro grupo le jaleaba desde el exterior, el imputado golpeó  el candado de una  puerta de acceso con un martillo con la intención de romperlo.

Dos mossos que controlaban otra puerta se aproximaron y gritaron: “¡Alto, policía!”. Pese a ello, Josep María Rosas siguió golpeando con el martillo, por lo que un agente se situó frente a él y volvió a requerirle diciendo: “¡para! ¡que soy policía!”. El acusado contestó: “¿Ah sí? ¿Sois policías?”. Acto seguido, el imputado empujó “con fuerza” a uno de los policías, a la vez que le propinó una pequeña patada, consiguiendo desplazarle hacia atrás "para darse a la fuga", sin que el agente cayera al suelo. Recorrió solo unos metros, porque otro mosso le puso la zancadilla y cayó al suelo de bruces, siendo reducido "tras un breve forcejeo", inide el tribunal.

Los magistrados han dado credibilidad a la versión de la policía y no al del acusado, que se declaró inocente. La sentencia subraya que "los actos violentos" que alteran la paz pública pueden atentar contra el derecho fundamental de reunión y manifestación de los demás partícipes que acuden a la convocatoria y "en un contexto de pluralidad de personas pueden suponer un mayor riesgo para la integridad física de éstas”. Y en el caso concreto, indice, no solo se “incrementó el riesgo para la seguridad de los manifestantes”, sino también “el ejercicio de las funciones de los representantes parlamentarios”.

El acusado explicó en el juicio que entró al parque desde el paseo Lluís Companys cuando la puerta ya estaba abierta. Después, fue hacia otro acceso, más cerca de la calle Wellington, y vio en el suelo un martillo, que le llamó la atención y lo hizo servir para picar la cadena que impedía la entrada, pero no el candado. Al le dio cabo de un rato, añadió, le dio el martillo a otra persona y fue esta quien golpeó el candado. Fue entonces cuando unos hombres se acercaron a él y dijeron que eran policía, pero no le enseñaron la placa, aseguró.  Tras ello, lo cogieron por los brazos, le hicieron caer al suelo y lo detuvieron.