ENTREVISTA AL 'EXCONSELLER'

Romeva: "Sánchez ha asumido que no puede derrotarnos"

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zentauroepp52592037 grafcat2205 barcelona 02 03 2020 el exconseller de exter200313201341 / SUSANNA SAEZ

Xabi Barrena

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Una estrecha cancela, ideada para pasar hojas de papel, sirve, una vez abierto el cerrojo, para que la voz de Raül Romeva (Madrid, 1971) llegue al otro lado de los tres centímetros de metacrilato alta y fuerte. Siempre bajo la disciplina penitenciaria de tiempos y visitas, el ‘exconseller’ puntualizó en persona lo ya respondido en un cuestionario escrito.

¿Qué le supone poder salir unas horas algunos días para ir a trabajar?

No es un permiso. Es la aplicación del reglamento. En ningún caso es libertad. Salgo a trabajar unas horas, de forma totalmente restringida y limitada. A pesar de ello, me motiva mucho.

¿La reducción de la pena del delito de sedición es la manera pragmática de alcanzar la libertad de los presos?

Lo importante es la solución al conflicto político. La cárcel es solo una consecuencia. Siempre la he considerado una forma de seguir haciendo política y no voy a renunciar a ello, aunque haya quien nos quiera silenciados. Repito: poner el énfasis en la situación penitenciaria es perder de vista la verdadera dimensión del asunto. No se trata de resolver la situación de cárcel de unos cuantos, sino de acabar con la represión y poner sobre la mesa una solución política.

La petición de amnistía, dado que el Gobierno se opone a ella y que no está recogida en la Constitución, ¿es una exigencia baldía?

La amnistía sirve para afrontar problemas de naturaleza política. Si se acepta que este es un problema político, y que la judicialización y la cárcel han sido las consecuencias de este conflicto, hay que encontrar una solución política. Esto no va de leyes, sino de venganzas. El PP usó la justicia como su brazo ejecutor. 

¿Qué le parece que la UGT pida el indulto para Dolors Bassa y esta se muestre de acuerdo?

Es un planteamiento legítimo que ella crea que su papel es trabajar desde fuera de la cárcel. Pero la solución al problema no es el indulto.

¿Qué supondría la inhabilitación definitiva de Quim Torra?

A nivel jurídico, un abuso más. De nuevo, la pena impuesta no es proporcional ni se ajusta a los hechos. Es una sobreactuación más del poder judicial con relación al pensamiento independentista. Además, recordemos que la inhabilitación fue promovida por la Junta Electoral, dónde se ha demostrado que partidos como Cs y el PP tenían miembros a sueldo. En un país verdaderamente democrático, habría habido ceses y dimisiones.

Pese a las obvias malas relaciones entre ERC y JxCat, ¿lo más normal es que tras las próximas elecciones se dé un nuevo pacto entre ellos?

Como en todas las relaciones entre actores distintos, hay debates, incluso discrepancias de fondo y estratégicas. Es normal. Lo que no comparto es la magnificación que se hace de dichos debates. Es evidente que, a pesar de las discrepancias, las distintas almas del independentismo deben entenderse entre ellas. Referéndum y República son dos cosas en las que estas fuerzas mayoritarias están de acuerdo. Y no es un consenso menor. En cuanto a pactos, para mí es obvio que estos deben basarse en la voluntad compartida de avanzar hacia la república catalana.

¿En qué cambiaría una Generalitat presidida por ERC, con JxCat en el Govern, respecto a la actual?

ERC hace tiempo que ha establecido las coordenadas en su GPS político: la república catalana. Basarse en un GPS, en lugar de encadenarse a una hoja de ruta, tiene varias ventajas. Ante los imprevistos que aparecen continuamente en el camino, el GPS recalcula la ruta y permite seguir avanzando por rutas transitables. De lo que se trata es de llegar a destino, no de hacerlo, sí o sí, por una ruta predeterminada. ERC decidió que en lugar de quedarnos parados y lamentarnos debíamos continuar avanzando. Para ello debíamos construir nuevas vías. ERC tiene un proyecto claro y creíble. 

¿Es imposible un pacto con el PSC? 

Pere Aragonès y Marta Rovira ya han dicho que un gobierno con ellos es un escenario imposible. El PSC sabe bien que el referéndum es la solución que pone de acuerdo al 80% de la población en Catalunya, como hasta hace poco también defendían, especialmente Miquel Iceta. Un Iceta al que recordamos delante del TC en esa foto con PP y Cs. Mientras el PSOE ha sido un poco más valiente, el PSC, promotor también del 155, arrastra los pies. 

¿El acto de Perpinyà demuestra que la solución al conflicto ha de pasar, también, por Carles Puigdemont?

Aquí no sobra nadie. Esta causa es demasiado importante como para ir prescindiendo de capital humano a base de confrontaciones estériles. Esto no va de una lucha entre dos partidos. 

En la dimisión de Alfred Bosch, ¿ha habido electoralismo por parte de sus socios?

Si alguien hace partidismo de un tema tan serio como este, ya se lo encontrará. La decisión de Bosch le honra porque no antepuso su salvación personal. Y ERC ha puesto el listón en la exigencia máxima.

¿Debería tomar nota JxCat por la imputación de Laura Borràs por malversación?

JxCat debe de decidir si está al mismo nivel de autoexigencia que ERC. No se puede pedir a los otros la autoexigencia que uno no tiene. Me gustará ver lo que hacen otros partidos.

¿Son ustedes el 'poli bueno del separatismo' en Madrid?

En democracia, hay que hacer política. ERC siempre ha defendido el diálogo y la negociación como prioridad. El problema es que hasta ahora no ha habido nadie al otro lado de la mesa. Le toca a Pedro Sánchez demostrar si tiene el coraje y el liderazgo necesarios para abandonar la vía judicial y represiva, y para avanzar. Eso sí, que nadie pretenda que olvidemos lo ocurrido en estos años: las porras, la persecución judicial, las manipulaciones mediáticas… 

¿La mesa de negociación es una "engañifa"?

Es una oportunidad que, por cierto, ha costado mucho, y a la que se ha llegado por la constancia y la perseverancia de ERC. Sin el 1-O no habría esta mesa. Sólo el hecho de que exista, ya es una enorme victoria. Como también lo es que, por primera vez, se reconozca la naturaleza política del conflicto. Claro que puede fracasar. Pero si esto pasa continuaremos trabajando, porque tenemos claro el objetivo. Nunca el soberanismo había llegado tan lejos. Sánchez se ha sentado a negociar por la fuerza, la de los votos. Lo importante es que pase, aunque sea forzado. 

¿Tiene opciones de ser eficaz cualquier acuerdo que no incluya al PP?

El problema de la derecha en España es que es la menos europea, moderna y democrática que existe. El PP se ha situado en el españolismo hipercentralista y uniformista que promovió Cs y que propició el crecimiento de Vox. Y a pesar de todo ello, es evidente que en algún momento esta derecha deberá asumir que el proyecto republicano en Catalunya no desaparecerá. Viene de lejos, y va todavía más lejos.

¿Cree que se debe de aceptar la consulta que proponga el Gobierno, que a buen seguro no será sobre la autodeterminación, ni que sea para votar que no, como dijo Gabriel Rufián?

No sabemos cuál será el resultado de la mesa. Nosotros acudimos sin renunciar a nada, y con nuestra posición clara. El problema entre el Estado español y Catalunya es de reconocimiento mutuo. En Catalunya hay una mayoría constante y creciente a favor de resolver la cuestión votando, a través de un referéndum. Negarlo solo puede demorar su llegada. De hecho, la exigencia del referéndum ya es, en sí misma, una cesión. Estamos dispuestos a perder, porque somos demócratas. Pero no estamos dispuestos a que se nos diga que no podemos votar porque no es cierto que el derecho internacional prohíba el derecho a la autodeterminación. Creo que Sánchez ha asumido que no puede derrotarnos y que nadie se ha impuesto a nadie, que hay un empate técnico. Y eso señala que hay que hablar.