TRAS EL PRÓXIMO PLENO

Marta Pascal deja su escaño y aviva la crisis de la posconvergencia

Marta Pascal.

Marta Pascal. / periodico

Fidel Masreal

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Segundo paso a un lado de Marta Pascal. La que fue líder del PDECat y perdió el cargo defenestrada por el ‘expresident’ Carles Puigdemont, anunció ayer que deja su escaño como senadora de designación parlamentaria por el JxCat debido a las discrepancias ideológicas y estratégicas frontales que mantiene con su formación y en especial con la linea que marca Puigdemont desde Waterloo.

La decisión de Pascal -no habitual en política- supone un nuevo indicio de que los dirigentes más moderados del PDECat -algunos de los cuales ya purgados por Puigdemont en diferentes convocatorias electorales- ven imposible que el partido pueda ganar la batalla interna por un cambio de tendencia. Y, por tanto, estan en disposición de fundar una nueva organización que se aleje del unilateralismo de Puigdemont y reivindique la vía del diálogo desde una ideología de centro-derecha.

¿Nuevo partido?

Pascal anunció su decisión en una entrevista en TV-3 en la que explicó que había comunicado sus intenciones al propio Puigdemont, entre otros. Con el ‘expresident’, la senadora se reunió días atrás. Un encuentro del que salío constatando que las diferencias son insalvables entre ambos. No en vano, en la presentación de su libro «Perdre la por» («Perder el miedo»), Pascal ha afirmado que en el PDECat hay miedo a la discrepancia con el ‘expresident’».

Pascal, según fuentes de su entorno, considera casi inviable la opción de que su partido se enfrente a Puigdemont, pero está a la espera de si en las negociaciones entre el PDECat y los fieles a Puigdemont en la Crida y en JxCat, se produce una reacción de autoafirmación posconvergente. En caso contrario, se articularía una nueva formación política. La que actualmente se está anidando en la plataforma ‘El país de demà’, que en pocos días ratificará con toda probabilidad su decisión de convertirse en partido. 

Meses de tensión

La reacción del PDECat a la decisión de Pascal se movió en términos de correción política. «Es una decisión personal», «lógica y coherente que respetamos y ponemos en valor», afirmaron fuentes de la dirección. En cambio, el presidente del grupo de JxCat en el Parlament, Albert Batet tuiteó de forma crítica:«hubiera agradecido no enterarme de su renuncia a través de los medios de comunicación».

Mientras, la cúpula posconvergente trata de  hilvanar una solución salomónica entre el papel del partido (sus derechos electorales, implantación y espacio ideológico) y los intereses de Puigdemont. La integración a nivel organizativo se considera un objetivo dificil de alcanzar. La hipótesis más optimista consiste en lograr un reparto de puestos en la lista electoral y un candidato a ‘president’ también pactado, que pueda ser el número dos de una lista que encabece Puigdemont. Pero si no hay acuerdo no se descarta la fórmula de una coalición entre el PDECat  y la Crida, la organización creada por Puigdemont y Jordi Sánchez que pretendió unificar bajo su paraguas a todo el independentismo. La tensión interna lleva meses cociéndose sin avances. Solo el PDECat ha movido ficha proponiendo pasar a denominarse JxCat a todos los efectos pero sin disolverse como organización.