Torra ataca a la justicia y coquetea con su inhabilitación: "Sí, desobedecí"

Fidel Masreal / J.G. Albalat

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El 'president' de la Generalitat, Quim Torra, ha convertido su juicio por desobediencia en un ataque y un desafío en toda regla al tribunal que lo ha juzgado, a la Junta Electoral Central (JEC) que le reclamó quitar los lazos amarillos y a la fiscalía. Torra ha admitido por la mañana que "sí, desobedecí" a la JEC, ha hablado de indefensión y en su alegato final vespertino ha amenazado a los magistrados que le juzgan -"La condena será vuestra condena"- en una soflama política que en ocasiones ha parecido dar por hecha ya la sentencia que puede despojarle de la presidencia de la Generalitat: "Si por defender derechos y libertades he de ser condenado, bienvenida la condena", ha proclamado.

"Este juicio político quiere alterar el panorama político catalán", ha denunciado ante Jesús Maria Barrientos, presidente del tribunal y del TSJC, de quien ha cuestionado su imparcialidad y con el que se ha enfrentado en dos ocasiones. Por la mañana, al llamar "franquista" a la acusación particular de Vox (Barrientos ha advertido que no permitiría "descalificaciones") y por la tarde por asegurar que la fiscalía está al servicio del Gobierno.

Todo ello envuelto en una argumentación soberanista que ha llevado a Torra a afirmaciones como que en la sociedad catalana existe "un gran consenso" a favor de la exhibición de lazos amarillos y 'estelades'. Es más, también la delegación del Gobierno español en Catalunya debería exhibirlos.

Los hechos

Más alla de las soflamas, durante el juicio se han recordado los hechos: Torra desobedeció la reiterada instrucción de la JEC de retirar lazos y pancarta del Palau de la Generalitat durante la campaña electoral del pasado mes de abril, pero finalmente accedió a ello tras la tercera advertencia. Según su abogado, Gonzalo Boye, no ha habido desobediencia porque la JEC no podía obligar a la Generalitat a nada -al no ser la Administración que convocaba los comicios- y no es superior jerárquico del 'president'.  Boye ha tratado sin éxito de introducir cuestiones prejudiciales a elevar al Tribunal de Justicia de la UE.

"No ordenaré nunca a nadie que retire un lazo o 'estelada' o cualquier otro símbolo que considere que ha de lucir en su edificio", ha afirmado Torra por la mañana, obviando que la cuestión generó no poca polémica interna en el Govern y sus servicios jurídicos. En cualquier caso, hoy centenares de personas han estado arropando al 'president', entre ellos el presidente del Parlament, Roger Torrent, los 'consellers' y numerosos diputados independentistas.

La fiscalía responde

El fiscal superior de Catalunya, Francisco Bañeras, ha resaltado en su informe final la actitud “renuente”,  de “desprecio y reproches continuados” de Torra a la hora de no retirar la pancarta con el lazo amarillo del Palau de la Generalitat, tal y como había ordenado la Junta Electoral Central (JEC). Bañeras ha calificado esta actitud como de “falta de respeto institucional” que fue intensificado. “Se vino arriba”, ha especificado.

La acusación pública ha detallado que la decisión de la JEC no era novedosa y ha citado otro caso sobre las 'esteladas', ratificada por el Tribunal Supremo, así como al condena de la alcaldesa de Berga por desobediencia al no retirar la bandera independentista. “¿Cuál ha sido el comportamiento del acusado? Por sus propias manifestaciones no ha ocultado  su nula disposición a acatar la orden” y con su conducta reiteraba una falta de consideración hacia la entidad de la que emanaba”, ha asegurado.

Hasta el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha recalcado el fiscal, sugirió al Ejecutivo catalán el cumplimiento de la orden de la JEC. Bañeras ha recordado que “es necesario que se cumplan las decisiones de la junta electoral para garantizar la limpieza de las elecciones” y ha afirmado que “el  lazo amarillo y la 'estelada' no son compartidos por una parte de la sociedad de Catalunya”.

El fiscal ha insistido que “la junta electoral está limitada al periodo electoral y es superior al presidente de la Generalitat y del Gobierno”, y ha reprochado que Torra aludiera a la imposibilidad de cumplir la orden de ese organismo, cuando el mismo comisario jefe de los Mossos en aquellas fechas [el comisario Miquel Esquius], ha puesto de relieve la simpleza con la que se suprimieron todos las pancartas con una mínima colaboración”.