elecciones generales 2019

Sánchez se volcará en Catalunya durante la campaña del 28-A

Iceta, Sánchez y Collboni en el acto de los socialistas en Tarragona.

Iceta, Sánchez y Collboni en el acto de los socialistas en Tarragona. / periodico

Juan Ruiz Sierra

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Nada más anunciar el adelanto electoral, tras fracasar en su intento de que ERC y el PDECat apoyaran la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, Pedro Sánchez comenzó a hacer actos por casi todas las provincias españolas. El presidente del Gobierno se desplazó a Jaén, León, Cáceres, Zamora y Logroño, entre otros municipios, apelando a la llamada España vacía y rural, donde están en juego cerca de 100 escaños, cruciales para el resultado del 28 de abril. Pero esa etapa está a punto de acabarse. Ahora, a las puertas de la campaña, los socialistas se centrarán en el voto urbano y sobre todo en el indeciso, un colectivo que según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) representa al 25,3% del electorado, con el jefe del Ejecutivo recorriendo 15.000 kilómetros para protagonizar 24 mítines en las próximas dos semanas.

Sánchez visitará todas las autonomías, pero en ninguna realizará tantos actos como en Catalunya. Serán cuatro. El jueves 18 de abril, el líder socialista estará en Lleida, Tarragona y Badalona. Una semana después, el 25 de abril, tendrá un mitin en Barcelona junto a la candidata del PSC, Meritxell Batet. Pese a que intenta que el conflicto territorial no ocupe apenas espacio en la mayoría de sus intervenciones, al contrario de lo que hacen Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, Sánchez quiere volcarse en tierras catalanas, de donde proceden 47 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados. Con el PSC en su mejor momento de los últimos años, situándose cerca de las posiciones de ERC, al que todas las encuestas colocan en primer lugar en Catalunya, los socialistas subrayan que gran parte del desenlace final se jugará allí.

Los otros dos territorios donde el líder del PSOE tendrá más presencia serán la Comunidad Valenciana y Andalucía. El primero también celebra elecciones autonómicas, y su actual presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, no tiene para nada asegurada la reelección, aunque cuenta con posibilidades, ya sea reeditando su pacto con Compromís y Podemos o bien intentando uno nuevo con Ciudadanos. Puig decidió adelantar sus comicios, que en principio deberían celebrarse el 26 de mayo, junto a las municipales y la mayor parte de las autonómicas, para intentar beneficiarse del efecto arrastre de Sánchez.

Andalucía, por último, sigue siendo el principal granero de votos para el PSOE. Sánchez quiere mejorar ampliamente el resultado que Susana Díaz obtuvo en las autonómicas del pasado diciembre, cuando ganó los comicios con un 27,95% de los votos pero se vio forzada a abandonar el poder, tras 36 años de gobierno socialista, debido al pacto entre el PP, Ciudadanos y Vox.

Temor al precedente andaluz

El gran miedo de los socialistas es que ahora se repita lo mismo que entonces. Ninguna encuesta colocaba a la derecha con posibilidades de derrocar al PSOE, pero eso es lo que acabó pasando. De ahí que toda la estrategia del partido se base en la necesidad de movilización de los votantes progresistas, en el marco de una campaña muy conservadora, en la que los socialistas buscan, sobre todo, no cometer errores que puedan comprometer su dominio electoral. "La situación está abierta –señaló este martes la vicesecretaria general, Adriana Lastra-. Dependerá de la movilización de quienes compartimos valores de igualdad, libertad y solidaridad".