MOCIÓN DEL PSC

El Parlament exige a Torra que convoque elecciones

Quim Torra señala los escaños vacíos de los diputados suspendidos.

Quim Torra señala los escaños vacíos de los diputados suspendidos. / periodico

Daniel G. Sastre

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La “parálisis” del Govern unió a la oposición en torno a una moción del PSC que exigía a Quim Torra que se someta a una cuestión de confianza o, en su defecto, convoque elecciones. El Parlament aprobó este jueves el texto, que no va a tener consecuencias prácticas pero sí constituye un importante golpe político a la mayoría independentista. El presidente de la Generalitat ya ha dicho que piensa desoír a la Cámara: “Seguiremos gobernando”.

El PSC aprovechó el momento político para marcarse un tanto en pleno periodo preelectoral. Como hizo Pedro Sánchez en el Congreso el miércoles, el grupo de Miquel Iceta consiguió recabar los votos de partidos muy dispares. Beneficiándose de que JxCat y ERC han perdido la mayoría absoluta, y de que la CUP ha decidido no seguir dando apoyo a un Govern que ve “autonomista”, la Cámara aprobó un texto que constata “la inoperancia” del Ejecutivo de Torra y  “la falta de presupuestos para el año 2019”. Por estos motivos, reclama al presidente de la Generalitat que demuestre que tiene la confianza del Parlament o llame a los catalanes a las urnas.

La moción sumó los diputados de Ciutadans, Catalunya en Comú y PP a los del PSC. La CUP no participó, y el texto salió adelante por 62 votos contra los 61 de la mayoría parlamentaria. En privado, diputados de ERC lamentaban que la negativa de Junts per Catalunya a sustituir a sus cuatro diputados suspendidos –Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull- propiciara que la debilidad del Govern quedara de nuevo en evidencia.

Los posconvergentes se agarraron a esas ausencias para intentar trasladar a la opinión pública que, en el fondo, el Govern no había perdido la votación. Inmediatamente después de que se aprobara, el vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa, aseguró que si la Mesa presidida por Roger Torrent hubiera rechazado suspender a los cuatro diputados de su grupo la moción no habría prosperado. Pero, de haber sido así, el presidente de la Cámara habría entrado en enfrentamiento abierto con el Estado, y además con muy pocas opciones reales de victoria, que es el escenario que Oriol Junqueras ha ordenado evitar a toda costa.

El voto de Llarena

Torra, que como sus compañeros de grupo más afines a Puigdemont ha defendido en varias ocasiones el “mandato democrático” como guía de actuación por encima del ordenamiento legal, prefirió esta vez ahormar los hechos a su visión de las cosas. “La mayoría parlamentaria escogida el 21-D rechaza la moción de los socialistas. Cs, PSC, ‘comuns’, PP y el voto de calidad de Llarena [en referencia al juez que suspendió a cuatro diputados de JxCat] suman fuerzas para pedir que convoque elecciones. Continuamos gobernando con toda la convicción republicana intacta”, dijo el ‘president’ en Twitter, después de abandonar el Parlament custodiado por sus ‘consellers’ más fieles.

Pero, pese a esa lectura de la situación, la derrota del Govern y el llamamiento a convocar elecciones quedarán registrados en los documentos oficiales de la Cámara. La portavoz del PSC, Eva Granados, resumió el mensaje que querían mandar a Torra y a sus compañeros: “Si no gobiernan, si no respetan al Parlament, si no tienen mayoría y han renunciado a presentar presupuestos, váyanse. Estamos hartos de gestos y símbolos”.

Los discursos de toda la oposición fueron en la misma línea, aunque Lorena Roldán, que tomará las riendas del grupo de Ciutadans cuando Inés Arrimadas se marche al Congreso, reprochó a los socialistas que hayan “dado alas” al independentismo. En cuanto a la CUP, dijo que no participaba en la votación porque, aunque “el Govern no gobierna”, el PSC tiene el proyecto de “la prohibición, la prisión, el exilio y el chantaje permanente”.

Sin embargo, Torra no podía presumir este jueves ni de ese pequeño triunfo, porque la formación antisistema concretaba poco después en un comunicado que, pese a no participar en la votación, también exige al Govern que ponga fecha para unas elecciones catalanas.