PROCESO AL 'PROCÉS'

Los presos del 1-O comparten café, misa y confidencias con Rato y Bárcenas

Jordi Sánchez, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Jordi Cuixart, Josep Rull y Raül Romeva posan dentro de la prisión de Lledoners.

Jordi Sánchez, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Jordi Cuixart, Josep Rull y Raül Romeva posan dentro de la prisión de Lledoners. / periodico

Luis Rendueles

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Los siete políticos y activistas catalanes presos en la cárcel de Soto del Real han "confraternizado" con otros dos reclusos vecinos, Luis Bárcenas y Rodrigo Rato, y pasan mucho tiempo con ellos, en el módulo 10 donde todos están encerrados, según confirmaron a EL PERIÓDICO fuentes penitenciarias. Oriol Junqueras, Raúl Romeva, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull ocupan desde su llegada a Madrid celdas en el primer piso del módulo 10.  Dos de ellos tienen como "vecinos" en las celdas que dan sobre sus cabezas a Luis Bárcenas y Rodrigo Rato, encarcelados allí por sendos casos de corrupción, según confirmaron trabajadores de la cárcel.

Funcionarios y trabajadores de Soto del Real consultados por EL PERIÓDICO explicaron que desde que llegaron al módulo 10, los siete procesados por el procès han hecho "buenas migas" con los dos ex dirigentes del PP. "Coinciden en la biblioteca, en la sala de ordenadores. Muchas tardes se sientan juntos en la zona común a la hora del café. Los domingos, todos van a misa", explican.

Cómo van los procesos

Junqueras, Romeva y el resto de politicos catalanes, para quienes se pide hasta 25 años de prisión por un delito de rebelión, hablan con Rato y Bárcenas, ambos ya condenados, según quienes han estado presentes, de "cómo van sus procesos judiciales, cómo es el tribunal, qué tal ha ido el día...".

La cárcel es un sitio duro y a veces hace falta destensar el ambiente. Así que los políticos catalanes encarcelados y los otrora poderosos hombres del gobierno Aznar y el PP tienen animadas charlas sobre otro asunto menos trascendente para sus futuros: "se pican mucho unos a otros con temas deportivos, sobre todo con la rivalidad Barça-Madrid", explica un trabajador de la cárcel, que recuerda el "caliente, pero sano" debate ocurrido cuando todos vieron juntos la final de la copa del Rey de baloncesto, concluida con un final polémico y el triunfo del F.C.Barcelona frente al Real Madrid.

Un funcionario consultado por EL PERIÓDICO entiende la relación que se ha trabado entre los políticos de signo y acusaciones tan diferentes. "Todas estas personas, de Junqueras a Rato, son gente culta, formada, con un buen nivel de conversación e inquietudes distintas a la mayoría de los reclusos. Están casi físicamente juntos porque sus celdas están unas encima de las otras; es natural que hablen y tengan una relación fluida".

Los Jordis, "algo distantes"

Todos los políticos catalanes, tanto los siete hombres encarcelados en Soto como Dolors Bassa y Carme Forcadell, recluidas en la prisión de Meco, tienen un "buen trato" con los funcionarios, especialmente Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, que ya pasaron meses en la prisión antes de ser trasladados a cárceles catalanas con el cambio de gobierno en España. Fuentes de la cárcel de Soto confirmaron que sus celdas fueron pintadas y se les puso colchones nuevos una semana antes de que llegaran. También, que los dos Jordis parecen "algo alejados y distantes" entre ellos respecto a la primera vez que estuvieron en esa misma prisión.

Desde el pasado fin de semana, los políticos catalanes tienen un nuevo compañero de módulo, el ex presidente del Barça, Sandro Rosell, trasladado como ellos  a una cárcel madrileña para afrontar su juicio en la Audiencia Nacional. La fiscalía pide para él 11 años de prisión por supuestos  delitos de blanqueo de dinero y pertenencia a una organización criminal. En el mismo módulo 10 están encarcelados varios condenados por las tarjetas Black de CajaMadrid y los dos máximos responsables de las clínicas iDental, además del que fuera viceministro de Energía con Hugo Chávez en Venezuela, Nervis Villalobos.

El módulo 10 es uno de los cinco espacios "de respeto" que hay en la cárcel de Soto del Real. Eso significa que las celdas, por ejemplo, se dejan abiertas. Tiene un piso bajo de zonas comunes y dos pisos superiores con celdas. Los presos son quienes se encargan de establecer los turnos de limpieza, regular la vida diaria allí y hacer que todos cumplan las normas. Una comisión de esos mismos reclusos vigila los posibles incumplimientos por parte de los compañeros. Solo si hay un conflicto grave, intervienen los funcionarios. No suele ocurrir, porque el preso que lo protagoniza vuelve a los módulos normales, mucho más conflictivos, masificados e incómodos.