Junqueras fulmina el #pressingERC: no renuncia a sumar con los 'comuns'

El encarcelamiento de los líderes del 'procés' ya había introducido variaciones tan interesantes como la entrevista en dos tiempos (formulario y breve charla con un metacrilato por en medio). Ahora hay que añadir el de la conferencia sin conferenciante. O mejor aún, el del conferenciante holograma. De esta guisa, un prodigio de técnica y riesgo, presentó este martes ERC a su líder, Oriol Junqueras, para dar cuenta de sus últimas reflexiones antes de que el viernes sea trasladado al Centro Penitenciario Madrid V.

Llegan las palabras de Junqueras, a través de la voz de su hermano, Roger, o de Empar Moliner, entre otros, después de un fin de semana de 'subidón' posconvergente, con la puesta de largo de la Crida Nacional per la República y, en paralelo, un aumento en la presión a los republicanos para que acepten listas conjuntas en las próximas elecciones municipales, singularmente en Barcelona. Y Junqueras, o su holograma, dio malas noticias a los posconvergentes: "No pensamos renunciar a extender la mano hacia esos espacios políticos diversos con los que compartimos altos ideales". En la forma vaticana de redactar del presidente de ERC, esa en la que parece que no dice nada y que hay que revisar varias veces hasta que uno cae en la cuenta, ese espacio político es el de los 'comuns'.

Es el espacio con el que se alcanzan las grandes mayorías, las del 80%. La del 3 de octubre, por ejemplo, el día de la huelga general en protesta de la brutalidad policial del 1-O. Las apelaciones posconvergentes a la lista conjunta se centraron, en las últimas horas, en la candidatura para la alcaldía de Barcelona, toda vez que el pacto de ERC con EH Bildu y el BNG para las europeasEH BilduBNG europeas había cerrado la puerta de esos segundos comicios a los de Carles Puigdemont y el PDECat.

Contra el autoritarismo

Sobre la capital catalana , y tras explicar que el espíritu del autoritarismo recorre Europa, Junqueras afirmó que la batalla por la capital catalana trasciende "las legítimas aspiraciones nacionales". "Se trata de la fuerza de la razón de la ciudadanía contra la razón de la fuerza del creciente autoritarismo", apuntó. "Barcelona", abundó, "tiene que ser, de nuevo, punta de lanza en la lucha contra la tiranía y eso pasará cuando la ciudad sea la capital de la república catalana".

La lucha contra la ultraderecha de "Bannon, Trump, Salvini y Bolsonaro" forma parte, pues, de esos "altos ideales" a los que aludió antes y que comparte con los 'comuns'. "Si la Europa democrática nos percibe a su lado, nos será más fácil hacerles ver que la defensa de la democracia en España es la defensa del derecho a la autodeterminación-señaló-. Los que más se oponen a la autodeterminación catalana son los referentes de Le Pen y Salvini".

¿Y la Crida? ¿Y la posconvergencia? Vino a decir Junqueras que mientras ERC aspira a ser la rótula que permita articular esa mayoría del 80%, hay otros, léase los posconvergentes, con los que coinciden en parte, que tienden a "reducir" el espacio al que ERC quiere llegar. "Tienen todo el derecho", apuntó el líder republicano.

El objetivo, obviamente, sigue siendo la independencia. Y la de forzar que el Estado se siente a dialogar. Y ante el escaso éxito, hasta la fecha, en conseguir algo parecido a un referéndum, Junqueras aseveró que no renuncia a acciones unilaterales, de resistencia pacífica y desobediencia civil. A lo Martin Luther King y Mahatma Gandhi.

La sentencia

Sobre el juicio que se avecina, Junqueras lo tiene claro. "No han resistido  la tentación de encarcelarnos y no resistirán la de sentenciarnos de manera dura. Si el Estado no viera que la victoria del independentismo es posible no lapidaría su prestigio en el extranjero", sentenció el republicano en boca, en esos momentos, de Diana Riba, la número dos de su lista en las europeas y esposa del 'exconseller' Raül Romeva.

"Somos el verdadero cambio de un Estado que sigue siendo el régimen del 78. Tienen que saber que no nos detendrán, que no nos rendiremos nunca hasta conseguirlo. Ya nos pueden meter en la cárcel, amenazarnos, perseguirnos... Este pueblo ha perdido el miedo y el fin del régimen es cuestión de tiempo", finalizó Junqueras.