ELECCIONES ANDALUZAS

La ultraderecha irrumpe con 12 diputados y tiene la llave de la Junta

Rocío Monasterio, junto al secretario general de Vox, Javier Ortega, y el líder del partido en Andalucía, Francisco Serrano, el pasado 2 de diciembre, en Sevilla.

Rocío Monasterio, junto al secretario general de Vox, Javier Ortega, y el líder del partido en Andalucía, Francisco Serrano, el pasado 2 de diciembre, en Sevilla. / periodico

Daniel G. Sastre

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La extrema derecha cabalga de nuevo en España. Por primera vez desde las elecciones generales de 1979, que dieron un solitario escaño a Blas Piñar en el Congreso, una formación ultra tendrá representación en las instituciones. No solo eso: los 12 diputados de Vox en Andalucía dan la llave de la Junta a una formación que ha hecho una campaña populista y sin complejos contra la inmigración, el independentismo catalán o el feminismo. Gracias a ellos, la derecha podría gobernar en la comunidad tras 36 años de hegemonía socialista.

Vox ha conseguido representación en todas las provincias andaluzas, incluida Córdoba, feudo histórico de la izquierda. En Sevilla, Málaga, Cádiz y Almería ha logrado dos escaños. Y hay más detalles asombrosos: en Almería se ha convertido en tercera fuerza política, solo por detrás de PP y PSOE, y superando a Ciudadanos y Adelante Andalucía. Y en esa provincia Vox ha ganado en la localidad de El Ejido con casi un 30% de los votos.

Trump y Salvini, referentes

Las encuestas detectaban que el partido tenía opciones de entrar en el Parlamento autonómico, pero ni siquiera los pronósticos más optimistas del equipo de Santiago Abascal, líder nacional, contemplaban una campanada como la que dieron anoche. La extrema derecha sedujo a más del 10% de los votantes andaluces. Casi 400.000 ciudadanos -en el 2015 solo fueron 18.000- eligieron la papeleta de un partido de cuya mano entra en España el estilo de Donald Trump o de Matteo Salvini, dos de sus referentes.

La irrupción de la formación cambiará la política española. Al menos formalmente: dos apoderados de Vox ya se encararon con Susana Díaz cuando la presidenta andaluza iba a votar en su colegio electoral de Triana. “¡Se te acaba el chollo! ¡De aquí al paro!”, le gritaron. Y por la noche el partido impidió la entrada a varios medios de comunicación a su sede, entre ellos La Sexta, por “sus insultos y su falta de honestidad”.

Lo que esperan ahora los simpatizantes de la formación, que anoche ondeaban con euforia sus banderas españolas en el cuartel general de Vox en Sevilla, es que las elecciones andaluzas vuelvan a convertirse en un anticipo de lo que pasará después a escala española.

En el 2015, las autonómicas en la comunidad consagraron el multipartidismo y la categoría de actores nacionales de Podemos y Ciudadanos. Abascal y su lugarteniente Javier Ortega Smith –que calificó de “histórico” el resultado electoral- esperan que los 12 diputados andaluces les propulsen en los comicios autonómicos y municipales que se celebran en mayo. Y que ayuden a forzar a Pedro Sánchez a adelantar las generales. Tras conocer los resultados, el líder nacional dijo a modo de aperitivo de lo que viene: "El golpe de Estado ha cambiado de residencia: del Palacio de la Generalitat al Palacio de la Moncloa".

El partido de Abascal, que ocupó durante años cargos públicos representando al PP hasta que decidió encabezar una escisión por la derecha del partido, ha logrado llenar casi todos los recintos en los que ha participado en la campaña andaluza. Le han ayudado sus rivales: por un motivo o por otro, todos han agitado el espantajo de Vox, que acabó teniendo una referencia constante en los debates aunque no estuviera representado.

La "reconquista"

Abascal se siente cómodo en la polémica. Ha dicho, por ejemplo, que para él es “motivo de honra” que se califique a los militantes de Vox de “fachas, machistas o xenófobos”. O que quiere mandar a la Legión a “defender” la valla de Melilla de los inmigrantes. El candidato andaluz, Francisco Serrano, se definió anoche como "regenerador", pero también animó a los suyos a iniciar una "reconquista". 

Un mensaje en Twitter de Marine Le Pen da una idea de la trascendencia también internacional de esos 12 diputados ultras. “Mis cálidas felicitaciones a nuestros amigos de Vox, que sacan un resultado muy significativo para un movimiento joven y dinámico”, escribió la líder del Frente Nacional francés, que por primera vez tiene aliados con representación parlamentaria al sur de los Pirineos.