Italia pide a España sumar fuerzas por una política de inmigración europea que no ponga la carga en el país de llegada

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El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Enzo Moavero, ha pedido este lunes en Madrid que España e Italia sumen fuerzas para conseguir una política de inmigración europea que no ponga toda la carga en los países de llegada. "Nuestros dos países, me permito decir nuestros dos gobiernos, tienen todas las razones para adoptar una línea común, tenemos que evitar la regla que pone toda la carga en los países de llegada", ha dicho.

Moavero se ha expresado así durante la inauguración del foro Hispano-italiano, en presencia del español Josep Borrell, que había intervenido poco antes que él y que, si bien no ha sido tan conciso, también ha apostado por una mayor coordinación. "Tenemos mucho que compartir porque nos enfrentamos al mismo problema aunque hayamos dado respuestas diferentes", ha afirmado, tras reconocer que en el ámbito de la inmigración, España está coordinando políticas mejor con países con los que no tiene tantos "intereses compartidos".

En un foro ante empresarios de los dos países, ambos han pasado de puntillas sobre las grandes diferencias políticas entre los dos Gobiernos. Moavero es hoy compañero en el Consejo de Ministros de Matteo Salvini, pero antes fue ministro de Asuntos Europeos con el Gobierno tecnocrático de Mario Monti y después con Enrico Letta.

Eso sí, ha defendido la toma de posición de su Gobierno al decir que "no es justo y además es aberrante que las decisiones de los traficantes de seres humanos" sean las que decidan donde desembarcan los inmigrantes. "Esa no es la UE", ha dicho, recalcando que Europa está demostrando que no es capaz de hacer frente al desafío de manera conjunta.

Lo que Europa "no quiere ver", ha proseguido, es que quienes emigran de África no pretenden llegar a una isla italiana, ni a la península italiana o española, sino al continente europeo, y la UE para eso tiene pocas reglas "en su mayoría pensadas para llegadas muy limitadas", que ponen toda la carga --de gestionar las demandas de asilo, hacerse responsable de los demandantes y repatriarlos en virtud de los acuerdos que tengan firmados-- en los países de acogida.

Se refería al llamado sistema de Dublín, que rige las peticiones de asilo y que está pendiente de reforma, pero atascado por las divergencias entre los países del centro de Europa y los fronterizos, como España e Italia, que no quieren que toda la gestión de los peticionarios de asilo caiga en ellos.

Moavero ha subrayado que Italia recibió grandes flujos de inmigrantes "y es impensable que un país solo pueda gestionar todo eso". A su modo de ver, en ese escenario "es normal que haya una reacción contraria de la población, y eso llega a las urnas y está en la base de las fuerzas políticas que llegan al Gobierno". "Hablamos de responsabilidad", ha subrayado.

Los dos ministros, que se han reunido en la sede del Ministerio de Exteriores, han apostado también por un plan "potente" de inversión en África para que los ciudadanos "puedan escoger y no estén casi obligados a emigrar". Moavero ha llamado a asegurar recursos en el Marco Financiero Plurianual de la UE y a financiar infraestructuras en África con emisiones de títulos.

Una política de defensa seria y un mejor funcionamiento del mercado único que no dañe el crecimiento han sido otros asuntos donde ha apostado por unir fuerzas. España e Italia, ha subrayado, tienen el mismo interés en que no se debiliten las políticas de cohesión y en una política agrícola común que tenga en cuenta la calidad de los productos. Es decir, ha advertido contra una política de etiquetado nutricional que suponga "marcar en rojo" un jamón o un queso italianos o españoles y "en verde" productos que puedan incorporar componentes sintéticos.

Borrell también se ha mostrado preocupado por la unión monetaria, porque "desgraciadamente los capitales no fluyen como deberían fluir", ya que "la desconfianza ha vuelto y los ahorradores alemanes no están tan dispuestos a financiar a los países del sur y buscan la colocación de sus ahorros allende los mares", cosa que, a su juicio, "debería preocupar mucho".

También ha dejado clara la apuesta por el pilar presupuestario y social, porque tanto España como Italia pueden llegar a tener dificultades para seguir perteneciendo a un proyecto como es la UEM si es solo "monetaria".