Las heridas abiertas del independentismo

Torra y Aragonès, durante la reunión que han mantenido este viernes en el Parlament.

Torra y Aragonès, durante la reunión que han mantenido este viernes en el Parlament. / TONI ALBIR

Fidel Masreal

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Dos días después de que la legislatura estuviera a punto de saltar por los aires, unos y otros en el Govern y en los dos grupos parlamentarios que lo apoyan, admiten que la preocupación por la estabilidad se mantiene. Y es que a medida que se van conociendo detalles de la maratoniana negociación del jueves 'in extremis' sobre la sustitución de los seis diputados independentistas procesados por el juez LlarenaLlarena, quedan al descubierto cuentas pendientes, división entre pactistas e irreductibles y, sobre todo, una divergencia estratégica respecto a si desobedecer o no. Esa es la cuestión.

"Nos hemos de preguntar todos si la estrategia del Govern efectivo [la de formar un Ejecutivo catalán que no pudiera ser impugnado como sí lo fueron los que se pretendía forjar con Carles PugdemontJordi Turull o Jordi Sànchez] está siendo la correcta, si después de hacerlo realidad y de la moción de censura a Rajoy estamos mejor o no", reflexiona un representante de JxCat. "No podemos estar unidos sólo en la renuncia y no en la confrontación; si no se quiere desobedecer, que se diga", añade.

Los partidarios del desafío al Estado, que llevaron al límite su apuesta para que los cuatro diputados de JxCAt (Puigdemont, Rull, Turull y Sànchez) no acataran sin más la interlocutoria de Llarena y se desmarcaran de Oriol Junqueras y Raül Romeva, creen que la gran lección de lo sucedido el jueves es la necesidad de plantear una estrategia conjunta de futuro... o constatar que no es posible tal unidad. Una unidad, asumen, que hoy no existe ni en la estrategia en Madrid, ni cara a las elecciones municipales y europeas. Esta demanda de un giro estratégico se resume en una idea: "No hemos venido a gobernar para ampliar la base, ya somos mayoría" para aplicar el mandato del 1-0. "Si no resolvemos el horizonte estratégico volveremos a encallar", añaden, y reclaman el concurso de la sociedad civil y del Consell de la República que liderará Puigdemont desde Waterloo.

La ANC presiona: o desobediencia o dimisiones

A esta estrategia de reconsideración contribuye la presión de la ANC. El secretariado nacional de la entidad soberanista se ha entablado este sábado en un cónclave extraordinario para aprobar un documento interno, al que tuvo acceso EL PERIÓDICO, en el que reclaman al Govern que se comprometa a "fijar una única y nítida estrategia de gobierno para la implantación de la República, antes del 21 de diciembre," o, de lo contrario, que den "un paso al lado".

Mientras, en el Govern se admite que hasta ahora unos y otros -posconvergentes y ERC- han gobernado dándose la espalda, sin funcionar como una coalición, sin intercambio fluido de información, salvo en algunas 'conselleries'. La intención a partir de ahora es poner mucho aceite en las bisagras e intensificar las reuniones.

Enfrentamiento a gritos

Las intensas negociaciones internas del pasado jueves también han hecho aflorar la existencia de dos sensibilidades distintas, en uno y otro espacio político. En JxCat hubo quien llegó a perder los papeles, gritando y golpeando la mesa con la mano en una reunión interna del Parlament, para manifestar su desacuerdo con el punto de vista de los letrados. Otros admiten en privado, tras digerir lo sucedido, que no se puede negociar tratando de imponerse por 10 a 0 a la otra parte. 

En posiitivo se destaca el papel del 'president' Torra y del vicepresidente Pere Aragonès, que negociaron el jueves hasta entrada la noche en el Parlament de forma discreta. Y siguieron haciéndolo este viernes. También se menciona la figura de la titular de Presidencia, Elsa Artadi. En paralelo, el resquemor de otros protagonistas era evidente. Por ejemplo, en el flanco de JxCat todavía este sábado se señalaba en negativo el papel del presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, al que culpan de causar las crisis y no implicarse más que durante unos minutos el jueves en una de las cumbres políticas de urgencia que se convocaron. Y también afea a ERC que los textos de renuncia de Junqueras y Romeva no fueran previamente comunicados.

En Esquerra, algunos portavoces de JxCat tampoco generan ninguna simpatía. La estrategia republicana es conocida: ampliar la base social del soberanismo y no dar motivos a la justicia española para generar más imputaciones. "Entonces, ¿Por qué hicimos el 27-0?", se preguntan en JxCat. "¿Asume ERC entonces que el nuestro es un parlamento autonómico como el de Murcia?", concluyen.