Lliures propone una coalición electoral del catalansimo de centro

El líder de Lliures, Antoni Fernández Teixidó, exdiputado y 'exconseller' de CDC.

El líder de Lliures, Antoni Fernández Teixidó, exdiputado y 'exconseller' de CDC. / periodico

Fidel Masreal

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Lliures, el partido catalanista no independentista y de perfil liberal impulsado entre otros por el exdiputado y 'exconseller' convergente Antoni Fernández Teixidó, propone una coalición electoral catalanista para hacer frente en las urnas al independentismo. Esta es la principal propuesta del documento "Por la refundación del catalanismo y el impulso de sus partidos" y que será acordada en una conferencia el próximo 4 de octubre.

En el documento, Lliures afirma que "la acción conjunta de los partidos catalanistas de centro, de centro-izquierda y de la sociedad civil es el instrumento imprescindible para sacar a Catalunya del callejón sin salida en el que se encuentra. Optamos, por tanto, por intentar ir juntos en las próximas elecciones, sean las elecciones municipales, sean unas elecciones al Parlament avanzadas". El partido argumenta que "sólo desde esta unión de las diferentes fuerzas del catalansimo de centro se puede derrotar al independentismo y desbloquear la actual situación política".

La coalición

El texto hace un análisis muy crítico del proceso soberanista para concluir que "no lleva a ninguna parte" y reclama un programa de mínimos y "liderazgos compartidos". El dilema, según este partido, es entre "una Catalunya Autónoma plena o la revolución". La propuesta pasa por un acuerdo fiscal, el reconocimiento de "la identidad nacional" de los catalanes respecto a la lengua y la cultura y el blindaje de ciertas competencias, así como un pacto de Estado Catalunya-España y una adenda constitucional que recoja estas reivindicaciones. 

Crítica a las élites

La propuesta de Lliures critica el proceso soberanista y el independentismo y también la reacción del Estado. Respecto al soberanismo, afirma que "el coste más importante de todo este 'procés' es el social. Es el precio intangible pero manfiestamente evidente del enfrentamiento civil y la división social". Sobre el anterior Gobierno del PP, se le acusa de haber sido "responsable por inacción durante mucho tiempo y, finalmente, por acción el fatídico 1 de octubre en que ordenó unas cargas policiales contra una inmensa ciudadanía convencida de que estaban ejerciendo un derecho democrático".

El documento también critica el papel de las élites catalanas. "Durante todo este tiempo, las élites sociales, económicas, mediáticas y culturales del país han renunciado a tomar partido y a intervenir y ya no digamos a liderar el debate públic catalán para reconducir el actual escenario político. Su tacticismo, su miedo y la defensa de unos intereses mal entendidos y a corto plazo les ha llevado muchas veces a callar o incluso a contradecir en público lo que decían en privado".