PULSO SOBERANISTA

El Govern admite que no tiene un plan concreto para lograr la independencia

Pere Aragonès y Quim Torra, este martes, en la reunión del Govern.

Pere Aragonès y Quim Torra, este martes, en la reunión del Govern. / DANNY CAMINAL

Daniel G. Sastre / Xabi Barrena

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Una vez superados los escollos que impedían que el Govern se pusiera en marcha, las formaciones que lo integran buscan ahora cómo cambiar el guion gradualmente. La legislatura pasada terminó de manera abrupta, con una declaración de independencia fallida y una destitución por decreto de todo el Ejecutivo catalán, y además Junts per Catalunya triunfó en las últimas elecciones prometiendo perseverar en el choque con el Estado. Pero lo cierto es que este martes la portavoz de la Generalitat admitió que no tienen una “hoja de ruta” concreta para llegar a la independencia, ni se han puesto ningún plazo. El plan es ahora más bien esperar al desarrollo de los acontecimientos y buscar la “ventana de oportunidad”.

Tras la reunión del Ejecutivo catalán, Elsa Artadi hizo malabarismos para mantener una cierta tensión dialéctica que satisfaga a la masa de votantes independentista y, a la vez, dejar claro que la situación es diferente a la de la legislatura que terminó con Carles Puigdemont esfumándose al extranjero con medio Govern y con el otro medio encarcelado.

Por un lado, Artadi aseguró que el Govern no se olvidará del referéndum del 1 de octubre, y que no "pasará página" de aquellos días, como le pidió este mismo martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

"Suponemos que no está pidiendo que dos millones de personas olviden que votaron, olviden la violencia, o que los catalanes deben abandonar el derecho a la autodeterminación", dijo. Pero al mismo tiempo no quiso llevar más lejos el pulso, a la espera de que el próximo 9 de julio Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, mantengan su primer encuentro oficial.

De hecho, Artadi suavizó las declaraciones del lunes de Torra en cuanto a que es necesario "crear otro 1-O". Según ella, el 'president' no se refería a organizar otro referéndum sin acuerdo con el Estado, sino a las "ventanas de oportunidad" que, asegurá, "surgirán" durante esta legislatura y las siguientes para "dar pasos adelante" en la "movilización". En todo caso, recordó que este Govern “intenta evitar las hojas de ruta y los plazos" con respecto a la independencia.

Sin embargo, el Ejecutivo catalán sigue hablando de "restitución", a pesar de que ni uno de los 'consellers' actuales lo eran en la etapa de Puigdemont. Es en el segundo nivel de la administración donde el Govern puede sacar algo de pecho. En este sentido, Artadi anunció que el exsocialista Ferran Mascarell, cesado en virtud de la aplicación del 155, será de nuevo el delegado de la Generalitat en Madrid.

El acomodo a la nueva situación alcanza también a ERC. Y eso que partían los republicanos de un discurso muy bien trabado que les servía para todo. Así, en los meses previos al 1-O no era raro escuchar a Oriol Junqueras decir que la solución al conflicto catalán vendría de la mano de una mesa “multilateral” donde no solo se sentaría el Estado español, sino también la UE, puesto que había asuntos graves, tipo la deuda del Reino de España, que le atañían.

En ese contexto, la unilateralidad era la palanca que debía promover la multilateralidad. En las semanas previas al referéndum, con todo, los propios republicanos fueron poniendo más énfasis en la primera parte, la unilateralidad, que en la segunda.

Pasado el mes de octubre, encarcelado Junqueras, los republicanos volvieron a retomar el discurso del líder para la campaña del 21-D. Pero haciendo hincapié en el diálogo o la solución acordada.

En ese contexto llega la conferencia nacional de ERC del próximo fin de semana, donde la dirección pretendía darle rango casi estatutario interno a esa vuelta de tuerca del pensamiento del líder encarcelado.

Con todo, las bases del partido, en concreto las más movilizadas por la independencia inmediata entendieron como una especie de traición que la unilateralidad quedara si no elidida, sí descolgada. Por ello plantearon varias enmiendas a este capítulo.

La dirección, temiendo el efecto bola de nieve, se avino a modular su ponencia política y añadir que en ningún caso “se renuncia a la unilateralidad”. Además, como quien no quiere la cosa, el líder de los republicanos en libertad, Pere Aragonés, ha ido señalando en los últimas días que, por una parte, no se renuncia a que haya una nueva ventana de oportunidad, un nuevo 1-O. Como idea, sin ninguna concreción. Y, segundo, que el diálogo entre Pedro Sánchez y Quim Torra debe abordar, sí o sí, la autodeterminación catalana si se pretende “resolver el problema de fondo”.

Gestos provocados por las voces del independentismo más ‘hiperventilado’ que han acusado, en las redes sociales, a ERC de haberse tornado “autonomista”.

JxCat y ERC ya saben que tendrán a la CUP vigilando sus pasos. Los antisistema promueven estos días una moción que recupera la declaración de soberanía que aprobó el Parlament en el 2015 y fue suspendida por el Tribunal Constitucional, informa Júlia Regué. “Hay que dar un paso en la construcción de la república”, dijo el diputado Vidal Aragonés.