CUMBRE ESPAÑA-ALEMANIA

Sánchez deja claro a Torra que no permitirá otro 1-O

Juan Ruiz Sierra

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Sin abandonar el tono conciliador que emplea desde que llegó a la Moncloa, trasladando que son "muchos" los asuntos sobre los que el Gobierno central y la Generalitat pueden "hablar", Pedro Sánchez dejó claro este martes a Quim Torra que no piensa permitir un nuevo referéndum de autodeterminación en Catalunya. Un día después de que el 'president' defendiera la necesidad de "crear otro 1-0", el jefe del Ejecutivo subrayó desde Berlín, donde se reunió con la cancillera alemana, Angela Merkel, que hay que "pasar" la "página" de la convocatoria independentista.

"El Gobierno de España está dispuesto a dialogar y a normalizar las relaciones con el Gobierno de Catalunya. En los márgenes de la Constitución podemos hablar de muchas cosas. Pero lo que representó el 1 de octubre es una página que hay que pasar y a partir de ahí tener un tono constructivo", explicó Sánchez junto a Merkel, con quien se reunió para abordar la política migratoria europea ante el trascendental Consejo Europeo del jueves y el viernes.

En la Moncloa no conceden especial trascendencia a las palabras del 'president', que el lunes dijo que había que "llegar a la independencia y hacer efectiva la república". Fuentes del Ejecutivo consideran que se trata de una declaración básicamente retórica y creen poco probable que la Generalitat vaya a reeditar la vía unilateral. Las señales que recibe el Gobierno desde Catalunya van en un sentido distinto, una impresión que se vio reforzada por las palabras de Pablo Iglesias, líder de Podemos, que se vio con el 'president' el lunes, poco antes de que este abogara por un nuevo 1 de octubre. "Torra tiene claro que no es el momento de vías unilaterales", dijo Iglesias.

Todos los esfuerzos de Sánchez y su Gabinete, según las mismas fuentes, se dirigen a disminuir la tensión, como paso previo al encuentro que el presidente mantendrá con Torra el próximo 9 de julio. Los colaboradores del líder socialista no descartan que la cita sirva para activar iniciativas concretas, como el compromiso de evitar la continua litigiosidad ante el Tribunal Constitucional entre el Ejecutivo central y el autonómico. Pero anticipan que el mero hecho de que ambos mandatarios se encuentren, después de que las relaciones entre el Estado y el Govern se rompieran a raíz del referéndum de octubre, supondrá por sí mismo un "paso importante".

La fructífera cita con Urkullu

La reunión con Torra será la segunda de Sánchez dentro de su ronda con todos los presidentes autonómicos. La primera tuvo lugar el lunes con el lendakari, Iñigo Urkullu. Fue un encuentro muy fructífero, según las dos partes, en el que se habló de la España plurinacional, de un posible cambio del modelo territorial y del acercamiento a Euskadi de los presos de ETA. También se acordó crear equipos de trabajo bilaterales para abordar la cesión de 37 competencias pendientes recogidas en el Estatuto de Gernika. Entre otras, la gestión de la Seguridad Social. En la Moncloa creen que la cita servirá para mostrar al independentismo catalán que se puede avanzar dentro de un clima de pacto, no de confrontación, como hasta ahora. "Es muy importante que se restablezcan las relaciones entre los distintos gobiernos autonómicos y el central", dijo Sánchez en Berlín.

"Agradezco el tono, la disposición y la actitud del lendakari. El tono constructivo puede facilitar las transferencias", continuó el presidente del Gobierno. El intento de paralelismo con la situación de Catalunya fue evidente.

Así como se ha mostrado partidario de acercar a los políticos presos a cárceles catalanas cuando concluya la instrucción del juez Pablo Llarena, algo para lo que se supone que falta poco, Sánchez también aboga porque los reos de ETA sean trasladados a prisiones de Euskadi. Este martes, junto a Merkel, lo dijo con claridad. "ETA desapareció, la democracia derrotó a ETA. La política penitenciaria tiene que ser revisada. La realidad es completamente distinta", explicó el presidente del Gobierno, que también reclamó que "este no sea un asunto de división cuando la democracia derrotó a ETA". Su petición no fue atendida. Tanto el PP como Cs criticaron a Sánchez por otorgar "privilegios" a la banda terrorista. 

Sobre la cita con la canciller planeó, por último, la situación del 'expresident', Carles Puigdemont, que permanece en Alemania, pendiente de la solicitud de extradición española. Merkel abordó la cuestión con absoluta normalidad, rechazando la visión que el independentismo intenta trasladar sobre España. "Como los dos países somos estados de Derecho –dijo-, no nos incomoda en absoluto".  

La política migratoria

Esta es la tercera visita internacional de Sánchez como presidente del Gobierno, tras su encuentro el sábado en París con su homólogo francés, Emmanuel Macron, y la cumbre informal celebrada al día siguiente por varios estados miembros de la UE en Bruselas. Todas las reuniones han tenido la inmigración como principal asunto, casi el único, un problema en el que España se colocó en el centro del debate con la decisión del Ejecutivo de acoger al barco 'Aquarius', con más de 600 personas a bordo, la inmensa mayoría subsaharianos, que Italia no dejaba atracar en sus puertos.

Sánchez se encuentra aquí alineado con Francia y Alemania, que este jueves defenderán en el Consejo Europeo la necesidad de blindar las fronteras exteriores ampliando el control por parte de Frontex (la agencia comunitaria destinada a estas funciones), llegar a más acuerdos con terceros países y crear centros donde retener a los inmigrantes y estudiar sus solicitudes de asilo.

Sánchez y Merkel han exhibido su sintonía. Ambos son partidarios de que los estados con mayor relación con los países de origen de los inmigrantes (como el caso de España con Marruecos) puedan negociar con esos mismos países en nombre de toda la UE. "Es una excelente idea", dijo el jefe del Ejecutivo. La cancillera también defendió que España reciba más ayudas europeas para gestionar la oleada de inmigrantes, como antes obtuvo Grecia.

El complicado escenario alemán

El líder socialista puede abordar el problema desde una posición de tranquilidad. La iniciativa sobre el 'Aquarius' ha sido bien acogida por la sociedad española. A Merkel le ocurre lo contrario. La cancillera alemana pasa por uno de sus momentos más delicados, después del ultimátum de los conservadores bávaros de la CSU, que forman parte de su Gobierno y son partidarios de soluciones drásticas al estilo de Italia. La CSU ha dado a Merkel dos semanas de plazo, que se cumplen a principios de julio, para que pacte con los socios de la UE fórmulas más estrictas frente a la inmigración.

De no lograrlo, el ministro del Interior, el bávaro Horst Seehofer, ha amenazado con cerrar las fronteras de Alemania, que en los dos últimos años recibió cerca de un millón de solicitudes de asilo. La iniciativa, de llevarse a cabo, supondría la ruptura entre la CDU, el partido de Merkel, y la CSU, aliados desde hace décadas. "España es muy consciente del debate que tiene la opinión pública alemana", dijo Sánchez.