IMPUTADA POR FALSEDAD Y COHECHO

Cifuentes alega migrañas para no ir a declarar ante la jueza del 'caso máster'

Cristina Cifuentes

Cristina Cifuentes

Ángeles Vázquez

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La expresidenta madrileña Cristina Cifuentes no quiere comparecer ante la magistrada que instruye la causa de su máster. Primero intentó posponer su declaración hasta que el caso sea asumido por el Tribunal Supremo, pretensión que fue rechazada sin contemplaciones por la jueza Carmen Rodríguez-Medel. Y este mismo martes, justo cuando se cumplía la hora de su citación, su defensa presentó un certificado médico en el que alegaba que no estaba en condiciones de declarar por sufrir una fuerte migraña.

La titular del juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, visiblemente contrariada con el imprevisto, según los presentes, ordenó que un médico forense se trasladara inmediatamente al domicilio de la expresidenta para comprobar su estado de salud, mientras dictaba una providencia para volverla a citar el próximo 23 de julio.

El malestar de la jueza era lógico teniendo en cuenta que Cifuentes ya había tratado de eludir su comparecencia como imputada por un delito de falsedad en documento público y cohecho, presumiendo que la causa terminará en el Supremo para poder investigar al candidato a presidir el PP Pablo Casado, que es aforado por su condición de diputado. Ello, pese a que Rodríguez-Medel ni siquiera ha elevado aún la imprescindible exposición razonada para que el alto tribunal decida si debe ser imputado y dando por sentado que, de hacerlo, ella no seguirá instruyendo lo relativo a los no aforados, entre ellos, la propia Cifuentes tras renunciar a su escaño en la Asamblea de Madrid.

Menos alumnos que aprobados

Los que sí comparecieron ante la magistrada fueron otros cuatro profesores de la Universidad Rey Juan Carlos: Jesús Primitivo González, Manuel Arenilla, Elena Pérez Martín y Esther González Hernández, que explicaron que ellos calificaron a entre 10 y 12 alumnos del máster de la expresidenta, pero en las actas aparecía un número superior de aprobados. Dos informáticos del centro llamados como testigos aseguraron que era imposible determinar quién hizo las actas web.