ENTREVISTA A LA ALCALDESA DE BARCELONA

Ada Colau: "Por el referéndum del 1-O no pondré en peligro a los funcionarios"

ENRIC HERNÀNDEZ / BARCELONA

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En un paréntesis de su permiso maternal, Ada Colau traza los ejes del segundo tramo de su mandato como alcaldesa de Barcelona y aborda, cómo no, el papel que jugarán el ayuntamiento, Catalunya en Comú y ella misma ante el referéndum unilateral anunciado para el 1-O.

-El viernes Barcelona en Comú y PSC toparon en el pleno

-En ningún caso. Nuestro acuerdo se basa en Barcelona y explicita que en la cuestión nacional y en la del referéndum tenemos posiciones políticas diferentes.

-¿Cree que el 1-O servirá para resolver el conflicto catalán?

-Aún estamos a la expectativa de conocer los detalles, de saber si será un referéndum u otra cosa. El Govern, que es quien convoca, debe dar explicaciones y detalles, como parece que hará este martes. Eso sí, parece difícil que en tan poco tiempo se den todas las garantías para celebrar un buen referéndum: convocarlo con la suficiente antelación para que haya una buena campaña, que pueda participar todo el mundo, que haya debates serenos en igualdad de condiciones, con seguridad, con un censo… De hecho, la última noticia que tenemos es que ha quedado desierto el concurso para la compra de urnas, lo que no da mucha confianza.

-¿A estas alturas ve posible evitar un choque institucional entre la Generalitat y el Estado?

-El choque institucional siempre se puede evitar; es la responsabilidad de quien gobierna. Se gobierna para todos, no solo para los que te han votado, y eso te obliga a no hacer siempre lo que querrías, a buscar acuerdos y el máximo de consenso. El gran responsable del bloqueo es el inmovilismo del PP, que criminaliza la opción democrática del referéndum, pero el deber de todos los que gobiernan es evitar un choque institucional.

-Un centenar de personalidades

-Yo pediría prudencia, porque no hay ninguna convocatoria firmada ni hay nada por escrito. Es cierto que el Govern nos pide un acto de fe, pero pediría que nadie anticipase si será catastrófico o no hasta conocer los detalles. Ese pronunciamiento es precipitado.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/7\/7\/1499013740477.jpg","author":"JULIO CARB\u00d3","footer":"Ada Colau y el director de EL PERI\u00d3DICO, Enric Hern\u00e0ndez, durante la entrevista."}}-¿La fecha del 1-O, en forma de ultimátum, complica la salida?

-El gran consenso de país que nos debe movilizar es el referéndum, evidentemente efectivo, con garantías y al que todo el mundo se sienta llamado. Con un Gobierno del PP, inmovilista y autoritario, no es nada fácil. No engañemos a la población: el objetivo no es sencillo. Es irrenunciable, porque la crisis del modelo autonómico es irreversible, pero no se puede precipitar cuando no depende solo de ti. Hay que asumir la complejidad y que hay objetivos difíciles que necesitan más tiempo del que querrías. Entiendo la impaciencia de algunos, porque el bloqueo del PP es exasperante, pero tirar millas con el referéndum no es eficaz. Junts pel Sí tienen prisa porque no han cumplido su compromiso electoral de proclamar la independencia en 18 meses. Les pediría responsabilidad, que no se pongan en peligro los objetivos de país ni los grandes consensos. El 2 de octubre deberemos seguir trabajando por este referéndum.

-Los resultados de las últimas generales han dibujado unas mayorías parlamentarias nada propicias a un referéndum de independencia. ¿El soberanismo debería esperar a que estas cambiasen?

-Nunca. Cuando tienes objetivos tan ambiciosos como hacer este referéndum todo el mundo debe trabajar para hacerlo posible, también en el ámbito del Estado. Decir que España es irreformable, que no hay nada que hacer ni nadie con quien hablar, es una postura reaccionaria. Y los hechos nos dan la razón: aún hay mayorías reacias al derecho a decidir, pero en dos años las cosas han cambiado mucho: hay en el Congreso 70 diputados partidarios del un referéndum efectivo en Catalunya; la alcaldesa de Madrid defiende el derecho a decidir; y las bases del PSOE han elegido a un líder que habla de plurinacionalidad y aboga por una solución dialogada con Catalunya. Queda mucho camino por recorrer, pero el debate abierto en España sobre el proceso constituyente es el mejor aliado de Catalunya.

-¿Qué efecto ejercen sobre Catalunya en Comú las críticas que reciben del independentismo por su supuesta ambigüedad en el 'procés'?

-Me hace gracia. Insisten en que nos definamos porque no les gusta nuestra respuesta, pero estamos más definidos que nadie. Siempre hemos dicho lo mismo: que apoyamos el derecho a decidir y estamos orgullosos de nuestra pluralidad. Tenemos independentistas, no independentistas, federalistas, confederalistas, gente que no considera prioritario este asunto… Y todos estamos de acuerdo en hacer un referéndum. Siempre hemos estado perfectamente definidos, mientras otros pasaban de una pantalla a otra: primero el referéndum estaba superado; luego, las plebiscitarias; como el resultado no les satisfizo volvieron al referéndum; ahora no sabemos qué referéndum defienden…

-Puigdemont asegura que lo que hará vinculante el referéndum será el resultado. ¿Coincide?

-Está perfectamente definido cuáles deben ser las garantías y cómo obtener el reconocimiento internacional. Lo más importante es que la mayoría de la ciudadanía catalana y todas las opciones se sientan igualmente llamadas a participar. No nos hagamos trampas: si se trata de movilizar solo a una opción, esto ya lo vimos el 9-N. Sería una movilización legítima, y nosotros nunca seríamos un obstáculo para hacer tantas como quieran, pero sería la movilización de una opción.

-¿Colaborará el ayuntamiento con el 1-O mediante sus funcionarios o cediendo locales municipales?

-Antes de responder el Govern debe aclarar si tendrá censo, urnas y equipamientos. Entiendo que cuando lo ponga negro sobre blanco comunicará a los ayuntamientos qué espera de nosotros. Pero como alcaldesa no pondré en peligro a la institución ni a un solo funcionario que pueda hallarse en una situación de riesgo o de compromiso. Puedo decir firmemente que eso no se producirá; una cosa son las opciones políticas y otra mi responsabilidad como alcaldesa. El ayuntamiento estará encantado de facilitar la participación, en un referéndum o en otras movilizaciones, pero si hay inseguridad o incertidumbre jamás pediré a ningún funcionario público que se ponga en una situación comprometida.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/2\/9\/1499012625092.jpg","author":"JULIO CARB\u00d3","footer":"Ada Colau, en el terrado de la sede del distrito de Horta-Guinard\u00f3, en Barcelona."}}-¿Considera, como afirman algunos portavoces independentistas, que quien no apoye el 1-O no puede ser considerado un demócrata?

-Debemos cuidar la pluralidad de Catalunya, que es un activo, Ni independentistas, ni soberanistas, ni federalistas debemos arrogarnos la condición de demócratas. Otra cosa es afirmar que el PP no respeta las bases de la democracia al negar cualquier negociación.

-¿La ciudadana Colau votará el 1-O, si al final hay urnas?

-Nadie puede dudar de mis convicciones y de mi trayectoria: siempre he estado a favor de la participación y de votar, como hice el 9-N. Mi predisposición a participar es notoria. Ahora, sin conocer los detalles nuestro espacio político no puede valorar de qué estamos hablando el 1 de octubre.

-¿Y votaría si al final la convocatoria fuera otro 9-N?

-Un 9-N exactamente no se producirá. Han pasado muchas cosas y será diferente.

-Usted votó 'sí-sí' el 9-N…

-No soy ni nacionalista ni independentista. Mi 'sí-sí' iba contra el inmovilismo del PP y exigía otra relación política con el Estado. Como el mío hubo muchos otros 'sí-sí'. El independentismo no debe olvidar que gran parte del voto del 9-N, incluido el 'sí-sí', no era nacionalista ni independentista.

-¿A partir del 2 de octubre serían deseables pactos de gobierno más transversales, integrados por fuerzas que sean independentistas y otras que no lo sean?

-Catalunya no puede seguir esperando a cambiar la relación con el Estado para abordar otras cuestiones urgentes. La corrupción no afecta solo al PP, también a Convergència, hoy PDECat. La fiscalidad, el turismo, la vivienda y la lucha contra la contaminación son temas secundarios para el actual Govern, pero afectan a todos los catalanes. Por eso hacen falta un nuevo Govern, que si me pregunta a mí le diré que debería ser de izquierdas pero que esté abierto a alcanzar pactos transversales sobre temas concretos que beneficien a todos los catalanes.