El PSOE luce unidad ante el 26-J para combatir los malos pronósticos

Pedro Sánchez, junto a Ángel Gabilondo, José Luis Rodríguez Zapatero y César Luena, este domingo.

Pedro Sánchez, junto a Ángel Gabilondo, José Luis Rodríguez Zapatero y César Luena, este domingo. / jma

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Nada más comenzar su intervención en el acto de este domingo, programado para exhibir fortaleza, lucir unidad interna hasta los comicios del 26 de junio e insuflar ánimo en las decaídas filas socialistasPedro Sánchez dijo: “El PSOE sale a ganar estas elecciones”. La frase tenía como destinatario, entre otros, a Susana Díaz, presidenta de Andalucía, a quienes muchos en el partido ven como el más seguro recambio del actual líder si este no logra un buen resultado en las generales. Díaz se ha dedicado en los últimos tiempos a vincular la llegada a la Moncloa a la victoria en las urnas, exigiendo al PSOE que no caiga en el derrotismo y subrayando que todo lo que no sea quedar en primer lugar supondría un fracaso. Sánchez no llegó a anunciar que solo sería presidente si es el más votado, como le piden sectores de su partido, pero sí señaló que “si el PSOE no gana las elecciones, no habrá cambio en España”.

La palabra ‘cambio’, en el sentido de desalojar al PP y abrir una nueva etapa, es el gran talismán al que se agarra la dirección socialista. Los colaboradores de Sánchez que dirigirán los ministerios si este logra alcanzar el Ejecutivo se hacen llamar “el gobierno del cambio”. El lema de campaña es “un SÍ por el cambio”, con el que el candidato pretende convertir estas generales en un plebiscito sobre<strong> Mariano Rajoy</strong> y vehicular hacia el PSOE todos los votos contrarios a la continuidad del presidente en funciones, neutralizando así el avance de la coalición de Podemos e IU. “El cambio no necesita intermediarios”, insistió Sánchez en referencia a Pablo Iglesias, al que las últimas encuestas colocan por delante.

Ese es el fantasma al que se enfrentan los socialistas. El acto de este domingo, ante unas 2.000 personas, pretendía precisamente eso, conjurarse contra el peligro a través de una exhibición de lo que ha sido, es y puede ser el PSOE, un partido presuntamente bien cimentado frente a la amalgama de intereses y siglas que constituye Unidos Podemos. “Al paso que van, algunos se van a tener que presentar con papeletas apaisadas”, bromeó Sánchez, cuyo discurso apenas presentó novedades. Pero el contenido no era lo más importante de esta cita, sino la imagen. Allí estaban casi todos los barones, los miembros del “gobierno del cambio” y exsecretarios generales como Joaquín Almunia, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba.

PETICIÓN DE “LEALTAD”

Antes del candidato, el exministro Ángel Gabilondo, líder de los socialistas en la Asamblea de Madrid, argumentó que el principal fallo del PSOE era la ausencia de unidad en torno a Sánchez. “Se acabó el tacticismo de qué pasa con este PSOE y este candidato. ¿Qué es lo que nos falta? Equipo parece que tenemos. Candidato tenemos a Pedro Sánchez. Hay que ser leales a esa candidatura”, señaló. El partido mantendrá hasta las elecciones la actitud reclamada por Gabilondo. Después, todo está abierto.   

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