DESPEDIDA DE UN SÍMBOLO DEL SOBERANISMO

Miles de personas homenajean a Muriel Casals frente al Parlament

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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Nadie se ha querido perder el adiós a Muriel Casals. Personalidades de la política y también de muchos otros ámbitos, famosos y anónimos, familiares, amigos y gente que sin conocerla la apreciaba se han citado dentro y, sobre todo, fuera del Parlament, donde miles de personas han llenado el corazón del Parc de la Ciutadella para despedir a una diputada que despertaba simpatías por encima de las siglas. 

"El mejor homenaje que podemos hacerte, cumplir tu sueño", ha sentenciado Carles Puigdemont, cuyo Govern concedió el martes a Casals la Medalla d'Or, la máxima distinción de la Generalitat. El 'president' ha querido destacar que "el nuevo país llevará también tu nombre y el de todas las 'muriels' que inspiran una sociedad mejor". Compañeros en Junts pel Sí, Puigdemont ha explicado que "el hilo conductor de la vida de Muriel era el interés por los otros". 

Todas las intervenciones han incidido en su sonrisa y capacidad de generar consensos. Algo que muchos descubrieron a partir del 27-S, después de que fuera elegida diputada, pero que en Òmnium Cultural ya conocían desde hacía tiempo. "Los 'murielistas' ya sabíamos de su compromiso, tenacidad para buscar consensos para dialogar y su vehemencia", ha reconocido Jordi Cuixart, presidente de la entidad en la que Casals se volcó desde el 2010 hasta que aceptó integrarse como independiente en las filas de Junts pel Sí. Cuixart está seguro que esa capacidad para tender puentes de esa "maestra de vida, ciudadana razonable, buena persona y mujer libre" habrían sido muy apreciadas en la comisión que presidía, la del 'procés'. 

Carme Forcadell, que como Cuixart ha señalado formaba un tándem inseparable con Muriel, se ha vuelto a emocionar al hablar de Casals, como ya le ocurrió al pedir un minuto de silencio por la fallecida el miércoles en el emotivo primer pleno tras su muerte. "Es doloroso asumir su perdida y hablar de ella en pasado", reconocía la presidenta del Parlament. Tras haber compartido mil y una historias en el último lustro, ha apuntado que "era firme en sus principios pero tenía un respeto absoluto por los de las otras personas" y que la mejor enseñanza que dejaba era "que demostró que se pueden liderar grandes cambios con una sonrisa". "Adiós compañera, adiós maestra, adiós querida amiga", ha concluído ante la mirada de los 'expresidents' Pasqual Maragall, José Montilla, Artur Mas y Jordi Pujol. Este último, en su primer acto público desde que fue imputado por blanqueo de dinero, se ha marchado tras el acto oficial. 

EMOTIVA DESPEDIDA POPULAR

Pero la parte más emotiva del homenaje se ha vivido en la calle. "Llegó al Parlament para ser voz de todos y su despedida de honor solo puede ser en la 

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calle, para que el Parlament no olvide nunca que es de la calle, es de todos. Venid, por favor, que nos abrazaremos", ha invitado Cuixart. En un paseo dels Til·lers lleno de gente de todas las edades, Arcadi Oliveres, junto al que Muriel daba clases de Economía en la universidad, ha reconocido que era su "amor platónico", la cocinera Ada Parellada ha recordado las reuniones con Muriel en el grupo de Dones amb Davantal y Xavier Sala-i-Martin a aquella profesora de Economía que con una "mirada noble y tierna y curiosa" conminaba a los jóvenes universitarios a cuestionarlo todo. "Una marxista que nos hacía que nos cuestionáramos todo lo que nos dijeron todos los otros profesores de la carrera". Cuixart y los expresidentes de Òmnium Jordi Porta y Quim Torra prometieron ser fieles a los valores de Muriel. "Era la sonrisa de la revuelta", ha rematado Forcadell. Y, después de que se proyectara un fragmento del célebre discurso de Muriel en el que reclamaba "no buscar el sueño, nosotros somos el sueño", Lluís Llach ha subido al escenario para cerrar el acto cantando 'a capella' 'Abril 74' cuyo último verso, "'quan guanyem el combat'", se ha fundido con los gritos de "'independència'".