La abuela del 'sí'

XABIER BARRENA / MOLINS DE REI

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nació tres años y medio después de la revolución rusa, y tres años antes de que empezaran las emisiones de Ràdio Barcelona. Fue enfermera en la guerra civil, pasó hambre en la penuria y fue depurada por roja, se exilió y volvió tras pasar por Argentina y Perú. Es Conxita Herranz, de 94 años, la militante del PSC menos joven de Molins de Rei, la ciudad donde reside. Tal y como publicó 'El Mundo', Conxita se ha dado a conocer por acudir a la Festa de la Rosa de su partido y espetarle a Pedro Sánchez que iba a votar por el  a la independencia. Y por señalar que su político favorito, ahora, es Oriol Junqueras. El líder republicano fue ayer a tomar café ('ristretto' y sin azúcar, como manda el canon italianista) a su casa.

Conxita le recibió con una "hola, bona tarda". No es exagerado decir que aparenta 20 años menos y tiene una agilidad que para sí quisiera mas de uno en edad laboral. Cuando detecta la presencia de la prensa, resuelta, advierte: "No pienso hablar mal del PSC. Han sido muchos años mis compañeros y los quiero mucho".

Dicho esto, se dirige al comedor por el pasillo de su casa. Junqueras se detiene ante una imagen de la plaza de Catalunya de los años 30. "Cerca de ahí", le explica Conxita, "falleció mi madre, Teresa Burón, en el bombardeo de la aviación italiana. En esa bomba en la confluencia de Balmes con Gran Via que explotó encima de un camión con explosivos". En el mismo impacto murió Julia Gay, la madre del poeta José Agustín Goytisolo. "Mi madre era salmantina, y mi padre segoviano", detalla.

EL TESORO DE PAU CASALS

Ya sentados, Conxita enseña a Junqueras sus tesoros, entre ellos una respuesta autógrafa del músico Pau Casals a una felicitación, por el 90º cumpleaños, que ella le envió.

Conxita, tras trabajar como enfermera durante la guerra, no pudo volver a trabajar en lo suyo. "Pedían avales... ¿Y qué avales tenía yo? Era una roja", recuerda y completa: "Trabajé de cocinera en un domicilio particular".

"En casa éramos de izquierdas. Y de ERC", rememora esta barcelonesa que se fue a Molins en 1961, en búsqueda de un piso menos caro que en el centro de la urbe. "Cuando llegaron las tropas franquistas en casa guardamos en un doble fondo de un armario una larga bandera republicana. Ha ido pasando de generación en generación y ahora la tiene mi nieto", asevera emocionada.

Sobre el 27-S señala que ha meditado mucho su decisión de apoyar a Junts pel Sí. Que le ha costado mucho tomarla, porque el PSC es parte de su vida. Pero que ahora, el corazón le puede más y que no puede darle la espalda "a Catalunya. Hemos sufrido mucho. Escuché demasiadas veces el hable usted cristiano cuando oían que hablaba catalán". Se ríe jovialmente de su travesura del domingo y se da cuenta de que la hizo "gorda". Y se ofrece a Junqueras para ayudar en lo que sea. "¡Fícheme!", le dijo riendo.