Una lista contra podemos y las encuestas

Las malas perspectivas que anunciaban las encuestas han sido determinantes para alcanzar un pacto que consagra una candidatura con políticos y personalidades independientes

JOSÉ ANTONIO SOROLLA

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Artur Mas se le ha dado tantas veces por muerto como las que ha resucitado. El acuerdo mediante el que CDC y ERC concurrirán juntos a las elecciones del 27-S significa un triunfo de Mas y una derrota de ERC y de su líder, Oriol Junqueras, que al final ha aceptado lo que el presidente de la Generalitat propuso hace ocho meses. Las encuestas, como tantas veces en politica, han sido determinantes para que unos y otros cedieran porque ambos partidos por separado se encaminaban al precipicio.

El acuerdo prevé una lista de los dos partidos y de personalidades de la sociedad civil independentista, encabezada por un independiente, pero con la presencia de ambos líderes y de otros dirigentes políticos. CDC se queda un 60% de los puestos políticos y ERC el restante 40%, aunque se prevé que las dos formaciones cedan lugares a miembros de Moviment d'Esquerres (MES) y de Demòcrates de Catalunya (DC), las escisiones soberanistas del PSC y de Unió, respectivamente.

Olvido de la lista sin políticos

Aunque ni Mas ni Junqueras encabezarán la lista (el president será cuarto, y el líder de ERC quinto), el pacto establece que el actual presidente de la Generalitat repita en el cargo si la coalición gana las elecciones. La elección del primero de la lista, el exeurodiputado de Iniciativa per Catalunya (ICV) Raül Romeva, confirma que CDC y ERC están convencidos de que la batalla principal se librará contra Podemos-ICV. Carme Forcadell, expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), será la número dos y Muriel Casals, presidenta de Òmnium Cultural y exmilitante del PSUC, irá en el tercer puesto.

Romeva abandonó hace unos meses ICV cuando esta formación, heredera del PSUC, se decantó en una consulta interna por defender el "Estado propio" para Catalunya, pero no la independencia, ya que en su seno conviven independentistas y federalistas. Desde entonces, Romeva presidía una asociación del ámbito independentista y ha sido un habitual de los debates de TV-3.

El principio de acuerdo se logró en una reunión de 11 horas, el lunes, en el Palau de la Generalitat, a la que asistieron representantes de CDC, ERC, la CUP, MES y DC y de las entidades soberanistas ANC, Òmnium Cultural y Associació de Municipis per la Independència (AMI). La presencia de estas organizaciones era ineludible porque no en vano tenían que desdecirse de sus acuerdos anteriores (en especial Òmnium) que propugnaban una lista única sin políticos, opción que Mas y Convergència nunca aceptaron, pese a algunas declaraciones contemporizadoras.

Una vez anulado el invento de la lista sin políticos, CDC y ERC se pusieron manos a la obra para pactar la lista única, de la que se descolgó la CUP porque, en una asamblea celebrada el fin de semana en Castellón, había ratificado que solo aceptaría la candidatura exclusivamente civil, sin políticos. Según diversas informaciones, Mas doblegó a Junqueras amenazándole con no convocar elecciones el 27-S si no aceptaba sus planteamientos. CDC y ERC pactaron también horas después en la Diputación de Barcelona, que presidirá la portavoz convergente, Mercè Conesa.

Quién gana y quién pierde

¿Quién gana y quién pierde con el acuerdo? Mas y CDC figuran entre los ganadores porque la lista es, con matices, la que propuso el president el 25 de noviembre de 2014 en su famosa conferencia en Barcelona, idea que Junqueras rechazó una semana más tarde. Mas logra además ocultar las siglas de su partido, muy desprestigiadas por la corrupción.

Junqueras y ERC pierden porque se descarta la lista sin políticos propuesta por Esquerra como maniobra contra Mas y porque renuncian al acuerdo firmado el 14 de enero en el que se establecían tres listas separadas con el punto común de la independencia.

En aquellos momentos, a principios de año, las encuestas otorgaban mejor resultado a las listas separadas que a la lista única -circunstancia que ahora ha cambiado-, pero Mas siempre defendió que la única posibilidad de que las elecciones fueran leídas como plebiscitarias residía en la candidatura unitaria.

Para vestir sus renuncias, Junqueras y ERC aseguran que, a cambio, se ha pactado una hoja de ruta más precisa que la acordada el 30 de marzo, con precisiones sobre cuándo se declarará unilateralmente la independencia (de 18 meses se pasa a entre seis y ocho), y se ha acordado que si la lista única gana las elecciones se formará un Gobierno CDC-ERC, como pedía Esquerra, hasta ahora con el nombre de Gobierno de concentración, que, al final, solo concentra a dos.

ERC puede presumir con razón de que en los pactos de enero y marzo logró imponer a Mas una cuestión capital en este proceso, la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), pero en la fase actual su sometimiento a Mas y CDC es meridiano.

Encuestas a la baja

¿Por qué? Para entenderlo, basta acudir a las encuestas. La última, publicada el domingo pasado por La VanguardiaLa Vanguardia, otorgaba a ERC 22 escaños (solo uno más que ahora), igual que Podemos-ICV y Ciutadans (C's), con lo que el partido de Junqueras podía llegar a convertirse en la cuarta fuerza política del Parlament. ERC había llegado a dar el sorpasso demoscópico a CiU hace tan solo unos meses. 

Mas y CDC tampoco salían bien parados del sondeo, ya que perdían ocho puntos y hasta 18 escaños (ahora, con Unió, tienen 50). Solo la lista única independentista (con la CUP) aseguraba la mayoría absoluta (entre 68 y 72 diputados de 135), aunque, en ningún caso, las tres fuerzas independentistas alcanzaban el 50% del voto popular (se quedaban, juntos, en el 46,7%). Mas y Junqueras han asegurado, contra toda lógica democrática si se trata de declarar la independencia, que bastará con la mayoría absoluta de los escaños y no de los votos.

Este sondeo se unía a otros, el del CEO (el CIS catalán) y el último de El Periódico de Catalunya, que habían desatado ya las alarmas. En el del CEO, que solo medía la intención directa de voto, CiU y ERC empataban (13,3%), pero eran sobrepasadas por la suma de Podemos (10,8%) e ICV (3,5%).

La amenaza de Podemos-ICV, que se puede denominar Catalunya en Comú, a semejanza de la Barcelona en Comú de Ada Colau, era aún más explícita en la encuesta del GESOP para El Periódico. Esa coalición de la izquierda alternativa sumaba 30-31 escaños, pisando los talones a la llamada "lista del president" (33-35), ERC quedaba en tercer o cuarto lugar empatada con C's a 19-20 escaños.

Nada está decidido

Ante esta perspectiva, la opción de la lista única, sin la CUP, se ha impuesto. El desmarque de la izquierda radical independentista de la CUP no tiene que ser necesariamente malo para el soberanismo, ya que una candidatura CDC-ERC-CUP, con la izquierda haciéndole el juego a Mas, hubiera significado probablemente un mayor ascenso de Podemos-ICV. Ahora, el voto radical puede repartirse mejor.

Pero todos estos cálculos hechos por el bloque soberanista olvidan a la otra mitad de Cataluña. Y no está nada claro que el independentismo tenga asegurada la victoria. Puede ocurrir que la suma reste, que votantes radicales de ERC, por ejemplo, se nieguen a apoyar una lista con Mas, aunque no la encabece, y se vayan a la CUP o a Podemos-ICV. Y que electores moderados de CDC no quieran respaldar una candidatura única con Esquerra. Esto último puede favorecer el voto al partido de Josep Antoni Duran Lleida. Según el sondeo de La Vanguardia, el bloque no independentista (PSC, PP, Podemos-ICV y C's) rozaba el 50% de los votos.

Nada está decidido porque el partido aún no se ha jugado. Pero si gana la lista única independentista, y sus promotores aplican la hoja de ruta y proclaman la independencia unilateralmente, lo que está asegurado es un escenario de confrontación, porque el Gobierno central, como ha venido haciendo, va a impugnar todos los actos que considere inconstitucionales.

Este post ha sido publicado en Zoomnews