Duran afirma que dará «un paso atrás» si el domingo vence el 'no'

Espadaler y Ortega flanquean a Duran, ayer, en la sede de Unió.

Espadaler y Ortega flanquean a Duran, ayer, en la sede de Unió.

XABIER BARRENA / BARCELONA

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La cúpula de Unió -el líder, Josep Antoni Duran Lleida, y el secretario general, Ramon Espadaler- realizó ayer un doble movimiento táctico en la misma dirección, la de presentar el no a la pregunta de la consulta a la interna como un peligro contra la soberanía -y, por tanto, la continuidad- del partido y a los críticos, como quien dice, como caballos de Troya del enemigo para socavar los cimientos del partido desde dentro. El papel del líder fue darle un aire plebiscitario a la cita con las urnas. Anunció que «si gana el no», la dirección «dará un paso atrás». «Que otras personas dirijan Unió, las que ganen», añadióel jefe de filas de CiU en el Congreso. Eso sí, apuntó que un hipotético congreso extraordinario para relevar la dirección debería celebrarse, por cuestiones de calendario, después de las elecciones catalanas del 27 de septiembre.

La consulta como plebiscito sobre el liderazgo de Duran era algo que había sobrevolado el proceso interno democristiano. Y algo que los críticos habían tratado de evitar con mucho tiento: «Dicen que la propuesta es de Espadaler y, por tanto, nosotros apelamos a Espadaler. No queremos que nos atribuyan que lo que queremos es acabar con Duran», explicó a este diario un dirigente del sector crítico hace unas semanas. ¿Y por qué? Planteada la consulta como un plebiscito a la dirección de Unió, la cuestión de la hoja de ruta y el apoyo o no a la independencia pasa a ser algo meramente instrumental. Y es también una forma de doblar la apuesta por parte del líder de Unió. Decir que se va si pierde es invitar a los críticos a hacer lo mismo.

Núria de Gispert puntualizó que la campaña por el no que no plantea «modificar cargos ni cambiar sillas ni cambiar la dirección», sino que tiene que servir para que se conozca el posicionamiento de los militantes sobre el proceso soberanista. Con todo, calificó de «normal» el planteamiento de Duran.

Este compareció ayer ante los medios flanqueado por Espadaler y la vicepresidenta del comité de gobierno de Unió, Joana OrtegaJosep Maria Pelegrí no acudió por tener que atender asuntos urgentes de su conselleria, pero no hay dudas de su compromiso con Duran.

El líder de Unió no quiso pronunciarse, precisamente, sobre el papel de los tres cargos en el Govern de Artur Mas, si vence el : «Habrá que preguntarle a él [Mas]», señaló. Y sobre la continuidad de la federación, Duran apuntó que es algo que compete, por igual, a ambas partes.

El también conseller de Interior, por su parte, hizo un canto a la soberanía del partido y la opuso al verdadero objetivo de los críticos, según él, que no es otro que hacerse un hueco en la lista que Artur Mas prepara para las elecciones al Parlament de septiembre.

Al hilo de lo que el martes afirmó Núria de Gispert («votar no es ponerse al lado del president»), Espadaler agradeció a los críticos «que hubieren aclarado las cosas. «Empezaron diciendo que la consulta era un plebiscito sobre Duran [algo que no dijeron] y ahora sobre la lista» de Mas. «Unió no se puede limitar a poner personas en una lista, no puede renunciar a realizar aportaciones y aceptar acríticamente los postulados de otros», agregó. Todo ello llevó al número dos de Unió a señalar que la consulta, y el subsiguiente debate sobre la hoja de ruta, era un «acto de soberanía de Unió». «No estamos para diluir ninguna propuesta, pero sí tenemos derecho a decir nuestra opinión», sentenció.

Tras las continuas insinuaciones de los críticos ante un eventual pucherazo el próximo domingo, Espadaler puso «la mano en el fuego por la transparencia más absoluta del proceso». ««El escrutinio será abierto a todos los militantes, dijo.

El motivo formal de la comparecencia fue explicar cómo estaba discurriendo la campaña por el . Duran, antes de acudir al funeral del primer teniente de alcalde de Igualada, Josep Miserachs (un conocido militante independentista), se felicitó por el debate que se estaba viviendo entre la militancia. El líder de Unió calculó haber llegado ya a unas 2.000 afiliados, aunque negó disponer de mayor información de los afiliados que cualquier otro miembro del comité de gobierno.