COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN EN EL PARLAMENT

El cuñado de Pujol evita confirmar la versión del 'expresident'

Francesc Cabana, cuñado de Jordi Pujol, conversa con el presidente de la comisión de investigación, David Fernàndez, este lunes en el Parlament.

Francesc Cabana, cuñado de Jordi Pujol, conversa con el presidente de la comisión de investigación, David Fernàndez, este lunes en el Parlament. / periodico

RAFA JULVE / BARCELONA

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Francesc Cabana detalló ayer los estados de ánimo por los que pasó tras conocer que su cuñado Jordi Pujol había ocultado fondos en el extranjero durante 34 años. Primero le sobrevino la incredulidad: no daba crédito a lo que le acababa de revelar aquella persona con quien décadas atrás había fundado Banca Catalana. Después sintió indignación porque no entendía cómo podía ser que Pujol nunca se lo hubiera explicado. Y finalmente fue ganando algo de terreno la compasión. "Tiene la puerta de mi casa abierta. No se han roto las relaciones, pero no son unas visitas de cava", ha sentenciado este lunes en la comisión de investigación del Parlament. Es decir, algo de conmiseración sí que hay, pero también persiste el resquemor y la confianza ya no es ciega. Lo demuestra que a preguntas de los diputados evitara confirmar la versión de que aquel dinero que la familia Pujol Ferrusola escondió en Andorra procedía de un legado que dejó al expresidente de la Generalitat su padre, Florenci.

"No nos consta claramente que venga de un legado, ni de una 'deixa' ni de una herencia", subrayó Cabana, que no dejó de poner énfasis en ese plural "no nos consta" para evidenciar que hablaba también por boca de su esposa, Maria Pujol, hermana pequeña del exlíder de CiU. Tampoco quiso descartar rotundamente la tesis de su cuñado ("soy abogado y sé cómo va esto"), pero los comentarios aledaños desprendieron algo más que una decepción. "Ni nos lo olíamos", afirmó varias veces para insistir en que no se enteró de la existencia de aquel dinero hasta julio del año pasado. Se lo dijo el 'expresident' cuando visitó su casa "dos o tres días antes" de hacer pública una confesión que lo cambió todo.

PAPÁ NOEL

"El primer pujolista del país era yo... hasta el día de Sant Jaume (25 julio)", espetó Cabana. "Que alguien le hizo una 'deixa' por esos mundos de Dios... ¡A nosotros no nos la hicieron!". Ni si quiera "Papá Noel", agregó airado. "Hasta el día de Sant Jaume yo hubiera puesto las manos en el fuego [por Jordi Pujol] en cuestiones de dinero", reiteró. Para él, su cuñado era un claro  ejemplo de "austeridad" y nada le llevaba a pensar operaciones oscuras. Otra cosa eran sus sobrinos, especialmente el mayor, Jordi Pujol Ferrusola, de quien ya se temía "alguna acción poco clara" y a quien afeó el tren de vida que ha llevado en los últimos años. "No se puede ir por ahí en Ferrari cuando hay gente que pasa hambre", se lamentó.

EXCULPA A BANCA CATALANA

Inquerido una y otra vez por la oposición sobre el origen de los fondos de Andorra, Cabana no se movió de la tesis de que no tiene "ni idea" de dónde procede aquel dinero. Ahora bien, defendió a capa y espada que ese dinero no puede proceder de la venta de acciones de Banca Catalana --entidad de la que él fue directivo y conocía las cuentas-- y también negó que estuvieran vinculados con el dinero que su suegro obtuvo con el intercambio de divisas durante el franquismo. Menos rotundo se mostró sobre la posible relación de una parte de ese capital con lo recaudado por los Pujol en los laboratorios Fides.

A Cabana, que denunció la "putada" que ciertos poderes hicieron a Banca Catalana, le precedió el periodista Ernesto Ekaizer. Este criticó que el Gobierno del PP use la "guerra sucia" e investigue corrupción en CiU no por la corrupción en sí, sino para atacar al soberanismo.