El frente local
BCN lidera el tsunami municipal que apoya la consulta del 9-N
El alcalde barcelonés Xavier Trias insistió ayer en una idea que proclama a menudo, aunque esta vez lo hizo con un tono que pretendía ser mucho más solemne. Barcelona, y su enorme realidad metropolitana, es el motor económico de Catalunya y escaparate del país en el mundo y hasta en la modernidad. Por ello consideró que en estos acelerados tiempos que le toca vivir, la capital también se pone al frente de los centenares de ayuntamientos que entre este lunes, la mayoría, y el resto de la semana, suscriben una moción acordada por los partidos soberanistas para apoyar la consulta del 9 de noviembre. El texto compromete a la ciudad a poner «todos los recursos» para votar y da «pleno apoyo al Parlament, al Govern y su presidente».
Trias lleva casi tres años y medio de mandato con un gobierno en minoría que ha sufrido más de un traspiés al tener solo 14 de 41 concejales y ningún socio estable. La votación del pleno extraordinario de ayer, paradójicamente, dio una más que respetable mayoría aunque fuera por la doble e insólita protesta del PSC.
La declaración la promueven la Associació Catalana de Municipis, la Associació de Municipis per la Independència y los partidos soberanistas. Estas entidades destacaron ayer que ya tienen el apoyo de instituciones locales que suponen el 72% de la población. En Barcelona el texto tuvo 21 sí (CiU 14, ICV 5 y UpB 2) y 12 no (PP 9 y PSC 3). Lejos, por tanto, del ajustadísimo 21 a 20 que los dos bloques conforman. Otros siete ediles socialistas se ausentaron y se sentaron junto al alcaldable Jaume Coll-
boni en la tribuna del público.
Pero esta no fue una división al uso del PSC entre sensibilidades catalanistas distintas. Fue una curiosa protesta añadida a los tres noes formales de la dirección del grupo (los únicos que ocuparon sus puestos) porque la mayoría soberanista no quiso negociar la moción, que tildaron de simple «adhesión», para poner una opción «federal».
El líder municipal socialista Gabriel Colomé cargó con inusitada dureza y tensión contra «un derecho a decidir que no existe, la tiranía de la mayoría y una Catalunya virtual». Aspereza que poco antes esgrimió con similar intensidad el jefe de filas del PP, Alberto Fernández. Habló de «trampa, fractura» y hasta de «prevaricación» avanzando eventuales decisiones judiciales en firme.
PROGRESO SOCIAL / Trias quiso destacar de forma muy especial la presencia en la sesión de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, el coordinador del Pacte Nacional pel Dret a Decidir y expresidente de la Cámara, Joan Rigol, la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, el vicepresidente de Òmnium, Vicent Sanchís, y el presidente del Ateneu Barcelonès, Jordi Casassas, entre otros cualificados miembros de la sociedad civil. «Votar el 9-N es una herramienta para hacer más política social, para tener un país más justo y libre», dijo.
El ecosocialista Ricard Gomà pidió «superar el marco jurídico político actual a partir de la decisión de la gente». Mientras que el republicano Jordi Portabella reclamó el «derecho a la autodeterminación para garantizar el Estado del bienestar».
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