Las izquierdas

El regreso del 'Tete'

X. B.
BARCELONA

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Referente del catalanismo, por linaje y por propia trayectoria, Ernest Maragall (Barcelona, 1943) asume ahora un nuevo reto. Tras su salida del PSC en octubre del 2012 y de fundar una nueva fuerza, Nova Esquerra Catalana (NEC), Maragall ha firmado un acuerdo de coalición con ERC que, en un primer efecto, incluye su entrada en la candidatura republicana de las elecciones europeas del 25 de mayo. Pero unos y otros pretenden que esta colaboración vaya mucho más allá. «Queremos construir una izquierda catalana que sea capaz de transformar y gobernar», explica el exconseller socialista.

Reconoce que existe una fragmentación de nuevas propuestas en el espectro de la izquierda (CUP, Plataforma Constituent y agrupaciones varias) cuyo reto es convertirse en «opciones reales de gobierno». De momento, muchos son movimientos de abajo a arriba cuya traslación en las urnas es, en la mayoría de casos, una incógnita.

Mano tendida

Cuando se le pregunta por el PSC no elude responder. Y evita, en lo posible, hurgar en las diferencias. «El PSC ha decidido una ubicación, y es muy respetable. Es obvio también desde el punto de vista del catalanismo político la aleja de ser una fuerza genuinamente catalanista. Eso sí, es una parte de nuestro país y estamos seguros que tenemos muchas cosas a compartir y a colaborar».  ¿Y qué deberían hacer los socialistas para que esa entente fuese algo más que un deseo? Maragall lo tiene claro pese a que no esconde su escepticismo: «Si en este camino decide volver a casa, hacia el catalanismo activo, más allá de la retórica, y abandona la obediencia a otras realidades, nosotros encantados. Eso parece poco probable a corto plazo, también lo sabemos. Nosotros queremos ser la referencia del socialismo democrático catalanista. Si hay otro socialismo, alineado con el socialismo español, muy bien. Es equiparable a lo que hace el PP o Ciutadans».

Maragall, el Tete para amigos y adversarios, no se ha declarado nunca independentista, pero ve en la secesión una salida positiva para resolver los anhelos de una parte importante de la sociedad catalana.

- ¿No le da al federalismo, entendido como una unión libre de pueblos, ninguna opción?

- Como concepto y en abstracto, sí. Lo que pasa es que ello reclama una activación y una movilización social en el resto de España de las mismas magnitudes que en Catalunya. Y eso no sucede. Ojalá, pero no sucede. Y debería ir acompañado también de una profunda renovación de nuestra sociedad democrática, incluyendo la cuestión importantísima de la Monarquía. En Catalunya estamos en una segunda transición, trabajando en tres ámbitos: en el impulso nacional, que se está haciendo; en la salida de la crisis, que no se está llevando a cabo y en la renovación democrática en la que se trabaja pero con poca efectividad.

¿La avanzadilla?

Enmarcado durante años en el llamado sector catalanista del PSC, ha sido el único que se ha atrevido a crear su propio partido. La duda es si alguien (Montserrat Tura, Antoni Castells, Marina Geli, Joaquim Nadal...) están dispuestos a seguir su ejemplo. «La cuestión de la reconstrucción del espacio socialista catalanista --dice-- está planteada de hace meses. Y la aspiración es que tome cuerpo en meses venideros, siempre respetando los tiempos y los caminos de cada uno. El hecho que NEC pueda mostrarse como referencia viva de este socialismo catalanista puede ser un estímulo para que otros decidan lo que tengan que decidir».

Maragall asegura no sentirse herido por que Pere Navarro interprete su fichaje por ERC como una noticia buena para el PSC: «Ojalá sea así. Yo creo que lo que nosotros representamos responde a una demanda de muchos ciudadanos que piden una referencia en el socialismo catalanista». Y a partir de aquí que cada uno venda su pescado. H