Aguirre se desmarca del inmovilismo de Rajoy

Esperanza Aguirre, ayer, en el Círculo Ecuestre de Barcelona.

Esperanza Aguirre, ayer, en el Círculo Ecuestre de Barcelona.

RAFA JULVE
BARCELONA

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Llevaba una hora hablando en el Círculo Ecuestre cuando dijo que no iba a criticar al presidente del Gobierno. «Rajoy hace lo que puede», sintetizó con una sonrisa. Pero lo cierto es que su intervención fue toda una acometida contra la estrategia del PP para frenar el independentismo. Un día después de que el jefe del Ejecutivo atacara al PSOE por pedir cambios constitucionales y se limitara a ofrecer diálogo a CiU, Esperanza Aguirre reclamó desde Barcelona «una revisión profunda del Estado autonómico» que permita mejorar el encaje de catalanes y vascos. Y no solo eso: también advirtió a sus correligionarios de que las amenazas económicas (la salida de la UE, el adiós a las pensiones, el fin de las inversiones...) no hacen más que espolear al soberanismo. Para ello, puso como ejemplo que cuanto más le dices a «un enamorado que su novia es pobre» y que «pasarán apreturas si se casan», más «enciendes su pasión amorosa».

Al final del acto, la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, defendió que su partido sí está por la labor de hacer cambios y recordó su intención de «mejorar el sistema de financiación». Sin embargo, no parece que eso le baste a la presidenta del PP madrileño. Tampoco significa que acepte una consulta de autodeterminación porque, dijo, «solo persigue la secesión, y la secesión está prohibida por la ley, en España y en todos los países occidentales».

La fórmula Aguirre para calmar el secesionismo pasaría por finiquitar el café para todos porque con este sistema «se puede comprender a los que dicen que así no se reconoce la especificidad de Catalunya» y a quienes se lamentan de que «autonomías creadas de la nada se igualan a la Generalitat». La solución, según ella, sería revisar el modelo para «acabar con las disfunciones y satisfacer las ambiciones legítimas». ¿Y el federalismo? «Eso es lo contrario de lo que quieren los independentistas» porque iguala a los territorios, avisó. ¿Y el federalismo asimétrico? «Que nos expliquen  qué es eso».

La dirigente popular se negó a aceptar que no hay vuelta atrás e hizo un llamamiento a «catalanizar España» para que Catalunya y sus señas de identidad sean más entendidas. Es decir, contraponer los lazos sentimentales e históricos al independentismo en lugar de recurrir a la estrategia del miedo. Todo ello sumado a que «una ERC como fuerza hegemónica» de la hipotética república catalana «no sería la más adecuada para afrontar la crisis y los retos militares y geoestratégicos».

«ADOCTRINAMIENTO» / Tampoco se achicó la lideresa al atribuir el auge independentista a cinco razones: el «adoctrinamiento» nacionalista en las aulas; el seguidismo que en su opinión hace la prensa de la causa soberanista («hay una situación anómala en lo que se refiere a la libertad de expresión», espetó); el apoyo de partidos de izquierdas; la falta de un «proyecto atractivo» de la derecha, y la «opacidad» de las balanzas fiscales».

Recordatorio: Aguirre fue quien tuvo que rectificar tras situar a Catalunya «fuera de territorio nacional» tras la opa de Gas Natural a Endesa.