La incierta legislatura catalana nace con la incógnita del pacto entre CiU y ERC

La décima legislatura catalana arrancará este lunes con el freno de mano puesto. El motor soberanista queCiU y Esquerraestán dispuestos a alimentar juntos para llegar a la meta de laconsulta antes de dos años se ha calado de forma abrupta en el último minuto, aunque ambas partes garantizan que la avería es leve, fruto de la inexperiencia en la conducción conjunta del vehículo. Aunque los trabajos de reparación han continuado todo el fin de semana, lo cierto es que hoy, cuando se constituya el nuevo Parlament,Artur Mas todavía no dispondrá de la fuerza y la solidez que reclamaba para su segundo Govern.

Prueba de ello es que el líder de CiU haya amagado con retrasar suinvestidura pese a que ERC le ha asegurado su apoyo, precisamente para disimular que su debilidad es ahora mayor que antes de pasar por las urnas. Lo cierto es que tras cierta sensación dedesilusión, visible el sábado al inicio de los respectivos consejos nacionales, los contactos mantenidos el sábado por la tarde, han elevado el nivel de optimismo en ambas trincheras. Aunque sea posible que se trate más de una reafirmación mutua de querer llegar a un pacto que de haber encontrado el camino hacia el pacto.

Ni nacionalistas ni republicanos informaron ayer sobre nuevos avances lasnegociaciones. Pero fue más un día de sensaciones. Por ejemplo, de que los cónclaves de partido sentaron muy bien. El tono conciliador empleado por ambos frentes, singularmente por CDC y ERC, distendieron el ambiente creado tras el fracaso de la cumbre entre Mas y el líder republicano,Oriol Junqueras.

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