El conflicto vasco

«Esto tiene que salir bien»

Tema de conversación 8 Unos donostiarras conversan, ayer, en un bar de la parte vieja de San Sebastián.

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AITOR UBARRETXENA
SAN SEBASTIÁN

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«ETA ya se ha terminado, pero ahora hay que darle forma a ese final». La frase es de Ainhoa, una madre de 36 años. Igual que muchas de las personas entrevistadas, coincide en asumir la conferencia internacional como un paso necesario en ese camino, aunque no faltan quienes se muestran críticos con la cita, como Ignacio, un hombre de mediana edad, que se pregunta:«¿Quién paga los gastos de tantas dietas, viajes y comidas?».Con todo, la frase más repetida ayer fue:«Si es para conseguir la paz, me parece bien lo que se haga».

La búsqueda de ciudadanos de las tres provincias vascas que quieran hablar de la conferencia enseguida deja claro que no despierta pasiones, ni a favor ni en contra. Pero la mayoría de los consultados la ven positiva. Martina, una joven estudiante guipuzcoana, señala que le parece«bien, pero el paso definitivo es que ETA desaparezca para siempre». «Hasta entonces no me creo nada», añade. No le gusta que los expertos cobren dinero por participar, porque le hace pensar«que pueden ser manipulables según quién les pague».Imagina que«la izquierda aberzale está detrás de la organización del evento»,una circunstancia asumible«si al final se facilita el fin del terrorismo».

La televisión no ha dejado de hablar de la reunión. En un bar, un vizcaíno de unos 55 años afirmaba ante la pantalla:«Qué bonito sería, pero no me lo creo». Y un joven donostiarra se asombraba de que el exsecretario general de la ONU Kofi Annan estuviera en la ciudad:«Es gente muy potente, y con el apoyo internacional esto tiene que salir bien».Sin embargo, en la calle había muchas dudas. Una de las personas preguntadas desconocía incluso su objetivo:«¿Esa cita para qué es, para luchar contra la crisis?».

Una cara más humana

Pilar, un ama de casa de más de 60 años, involucrada en varias organizaciones feministas, cree que lo más importante es que«los políticos de aquí hagan caso a los expertos, porque son gente con mucha experiencia».Como pequeña pega, admite que le hubiera gustado que el enfoque«hubiera sido más humano que político, y que unos y otros pensaran en los que han sufrido, los que han perdido familiares, los que han sufrido torturas...».

Pilar dice entender que las víctimas guarden rencor y amargura, pero apunta que«hay que tirar para adelante». Y verbaliza su corazonada:«Todo esto puede ser un paso camuflado de la izquierda aberzale, pero no importa. No hay que estar siempre desconfiando».

Hay quien no acierta a entender por qué«unos partidos participan en la conferencia y otros no». Francisco es un emprendedor de 41 años nacido en Zaragoza, pero asentado desde hace años en Euskadi. Cree que«es un paso adecuado por mucho que unos y otros quieran instrumentalizarlo».De hecho, critica la ausencia del PP, que enmarca«en la confrontación política tan terrible que hay».

Endika es un asesor empresarial, experto en márketing, y observa la conferencia como un intento de hacer llegar a la sociedad«el mensaje de que habrá que dar pasos para el final de ETA»,como la flexibilización gradual de la política penitenciaria. En su opinión,«ahora se están creando mecanismos para que no quede una sensación de vencedores y vencidos, que es muy peligrosa porque algunos vencidos puedan buscar venganza por resentimiento».Respecto a la gestión y financiación de la cita, aventura que no le extrañaría«que Rubalcaba estuviera detrás».

Salida para los aberzales

Carlos es un autónomo que no creía necesaria la conferencia de paz, y la califica como«una salida digna para la izquierda aberzale, que de este modo limpia su imagen».Tampoco le convencen sus integrantes:«¿Qué sabe Annan de lo que pasa en Euskadi? Es todo un teatro, en tres horas de reunión no da tiempo a solucionar nada».

De igual forma, una mujer de unos 70 años se sorprendía de que la conferencia contara con la presencia del exsecretario general de la ONU, y lo interpretaba como que«los de Batasuna ya se han salido con la suya». «Con esto parece que les dan la razón»,concluía.

Evidentemente, quienes se mostraban más felices eran los seguidores de la izquierda aberzale. Endika, profesor de colegio, cree que el final de ETA pone muy nerviosos a los partidos españoles:«Solo falta un milímetro, pero es el más difícil, porque luego tendrán que atender las reivindicaciones de Euskal Herria y no tendrán la excusa de la violencia para negarlas».