Mas toma posesión tras ofrecer a Mascarell la cartera de Cultura

La guinda llamada a coronar el primer Ejecutivo de Artur Mas -esa selección de convergentes, democristianos e independientes que el líder nacionalista anunció durante la campaña con el título algo hiperbólico de Govern dels millors- tiene nombre y apellidos: Ferran Mascarell Canalda. Y no es ni convergente ni democristiano ni independiente, pues tiene, todavía, el carnet del PSC. Poco después de ser investido hoy a mediodía como 129º presidente de la Generalitat, Mas contactará con el exconseller socialista de Cultura para conocer su respuesta definitiva a la oferta que le hizo el viernes de volver a encabezar el departamento que ya dirigió fugazmente entre abril y noviembre del 2006, en los últimos meses del mandato de Pasqual Maragall.

Pese a la distancia que Mascarell mantiene en la actualidad con la dirección del PSC, su incorporación a un Govern de CiU caería como un jarro de agua helada sobre los socialistas catalanes, que en las últimas semanas han prodigado los gestos de aproximación a Mas hasta el punto de facilitarle la investidura tras suscribir un pacto por escrito.

Mas y Mascarell mantuvieron un encuentro el viernes por la tarde en un hotel del centro de Barcelona. No en un espacio reservado, sino en el mismo hall, expuestos a las miradas de todos los que pasaban. Y allí dio con ellos un fotógrafo del diario El País, que consiguió una prueba gráfica de la cita, ante la evidente incomodidad del president. Hacía apenas unas horas que todos los propósitos de Mas de mantener en secreto las gestiones llevadas a cabo para formar el Govern habían saltado por los aires con la publicación de las primeras listas más o menos confirmadas de los nuevos consellers.

El convergente y el socialista conversaron durante algo más de una hora y quedaron en mantener hoy un nuevo y definitivo contacto después de madurar la decisión a lo largo del fin de semana (decidido a preservar el carácter familiar de las fiestas, Mas interrumpió todas las conversaciones políticas en los días de Navidad y Sant Esteve).

Si Mascarell le diera finalmente el sí, el líder nacionalista obtendría un golpe de efecto similar a los que consiguió Nicolas Sarkozy con el fichaje de destacadas figuras del socialismo francés como Michel Rocard, Jack Lang, Martin Hinsch, Bernard Kouchner y Eric Besson. Fuentes del entorno del exconseller apuntaron ayer que, tras conocer la voluntad de Mas de incorporarlo a su Govern, Mascarell se puso en contacto con José Montilla y José Zaragoza a fin de explorar si aún tenía alguna posibilidad real de convertirse en el candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona, una aspiración que ha reconocido públicamente y en pos de la cual ha estado haciendo movimientos hasta el último momento. Según esas fuentes, la respuesta de los dirigentes del partido fue poco alentadora. Montilla y Zaragoza le advirtieron también de que no esperara la comprensión del PSC si finalmente optaba por aceptar la oferta de Mas.

CUATRO INCÓGNITAS / La Conselleria de Cultura es una de las cuatro que todavía no tienen un titular asignado. Las otras tres son Sanitat -el aspirante mejor situado es el independiente Boi Ruiz, presidente de la Unió Catalana d'Hospitals, aunque también se baraja la opción de Cristina Iniesta, exdirectora del Hospital del Mar, que ocupó el número 15 en la candidatura de CiU por Barcelona-, Justícia -entre los candidatos figuran la rectora de la Universitat Ramon Llull,

Esther Giménez-Salinas, y la diputada en el Congreso Mercè Pigem- y Empresa i Ocupació, una gran área que integrará las competencias de industria, trabajo, comercio, consumo, energía y turismo y para la que suenan nombres como el del exdelegado de la Agencia Tributaria en Catalunya Heribert Pedrol, el del exdirector general de Esade Carlos Losada y el del presidente de la patronal Cecot, Antoni Abad.

El deseo de Mas es cerrar todos los nombramientos hoy mismo, a fin de ahorrarse el trance de anunciar la composición de su primer Govern el Día de los Santos Inocentes.