los republicanos

ERC se queja por haber sido soslayada de la negociación

J. R.
BARCELONA

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Esquerra Republicana se borró ayer de la fotografía de la investidura de Artur Mas. Votó en contra porque, según su líder, Joan Puigcercós, CiU no le había aceptado tres de sus condiciones. Pero a los republicanos les molestó más el hecho de haber sido el último recurso de la federación nacionalista, que optó por priorizar el acuerdo con el PSC y el PPC. De hecho, en la tribuna, Mas se abrió a negociar esos tres puntos discordantes, pero el intento ya fue tardío e insuficiente para ERC.

Los independentistas deploraban votar en el mismo sentido que el PPC si este elegía finalmente la abstención. El no de los conservadores allanaba algo el camino, aunque no era menos jugoso dejar que se plasmase el acuerdo CiU-PSC y entonar el discurso del principio de la sociovergencia. «Nos hubiera gustado darle nuestro apoyo», llegó incluso a confesar Puigcercós a Mas.

Según ERC, CiU no aceptó crear una comisión parlamentaria para evaluar el concierto económico, desplegar el reglamento de aplicación de la ley del cine y desarrollar una ley para mejorar la transparencia de las administraciones. Mas replicó que esos escollos eran «matices» salvables, pero Puigcercós ya no aceptó.

El líder de Solidaritat Catalana, Joan Laporta, justificó su no porque a Mas «le falta liderazgo para llevar a Catalunya por la vía de la prosperidad», además de tener una «actitud derrotista». Culminó su arenga aconsejándole que sea más «humilde».