...y Portabella busca un salvavidas

Consciente de las sombrías perspectivas que las encuestas dibujan para su partido cara a las elecciones municipales del mes de mayo, el presidente del grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, busca fórmulas para intentar salir más o menos indemne del temporal que amenaza con hacer naufragar la nave republicana. Si la semana pasada sugirió la posibilidad de llegar a un acuerdo con la Solidaritat Catalana de Joan Laporta para concurrir juntos a los comicios en una única candidatura independentista, ayer hizo extensivo el llamamiento a los representantes del denominado sector catalanista del PSC. De lo que se trata, como él mismo reconoció en declaraciones a Com Ràdio, es de presentarse «no solo en nombre de Esquerra».

Portabella aseguró que ya ha mantenido a tal fin algunos contactos con dirigentes socialistas -«el último, hace menos de 24 horas», precisó-, pero rehusó dar los nombres de sus interlocutores. «Todavía hay que ver cuál es su proceso a nivel de partido -apuntó-; podría perjudicar a las personas a las que siento más próximas y aquí de lo que se trata es de construir». También aclaró que con Solidaritat Catalana «ha habido contactos previos, pero no negociaciones abiertas».

MANCHA DE ACEITE / El concejal republicano explicó que su propuesta de alianza «multipartido» consiste en crear «un tercer espacio ubicado entre la izquierda nacional y la soberanista que nace en forma de mancha de aceite y que debe fortalecerse con gente que ahora está en el partido socialista y que no acaba de encontrar su encaje dentro del PSC-PSOE y con personas netamente independentistas». El objetivo, señaló, es formar una coalición electoral que le permita «doblar los resultados actuales» (ERC tiene cuatro concejales).

También habló Portabella sobre la situación interna de Esquerra tras el mazazo del 28-N. Descartó que pueda haber sorpresas en la reunión del consejo nacional del día 18 en la que Joan Puigcercós someterá a votación su continuidad al frente del partido -«nos conocemos todos», comentó- y pidió a la dirección que lleve a cabo un proceso de reflexión profunda: «Si hay humildad, se reconocen errores y se hacen propuestas integradoras para incorporar gente a la dirección, iremos en la buena línea; si hay cierre, nos encontraremos en una situación que ya hemos vivido y que siempre desemboca en un desajuste interno».