La industria del deporte

¿Veremos el Clásico en Netflix?, por Marc Menchén

Araujo despeja el balón ante Vinicius

Araujo despeja el balón ante Vinicius / AP Photo/Manu Fernandez

Marc Menchén

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hoy quien más quien menos tiene entre una y tres suscripciones a la televisión de pago. Hemos interiorizados las OTT de una forma tan natural en nuestras vidas que hay quienes ya ni siquiera sintonizamos la TDT. No pidan a sus hijos, si estos tienen menos de 10 años, que entiendan el mensaje de “volvemos después de la publicidad” y tengan que pagar el peaje de cinco minutos de anuncios para seguir viendo sus dibujos. Y esto ha sido en un plazo de no más de cinco años. Así que la pregunta es pertinente, ¿cómo veremos el deporte en televisión en 2030? Porque los movimientos que ya se ven en Estados Unidos apuntan a una nueva transformación.

El primer punto es que las retransmisiones en abierto continuarán existiendo. Por un lado, está el compromiso de las cadenas públicas como RTVE o TV3 para dar visibilidad a deportes menos mediáticos, donde cubren los costes de producción y poco más. Por el otro, cada vez más las OTT deportivas -Dazn, LaLiga+ o la recién lanzada Gol Stadium de Mediapro- están reservando retransmisiones para ofrecerlas gratuitamente con la idea de generar registros y buscar el momento correcto para convertirnos a usuarios de pago con el contenido premium.

La recurrencia o la oportunidad

El segundo punto es que es importante que asumamos que nunca volverá aquello de tenerlo todo en un solo lugar, a no ser que plataformas como Movistar Plus+ acelere esa idea que lleva tiempo ejecutando de ser un agregador de plataformas y que podamos contratarlo todo en un solo lugar. En Estados Unidos va a haber un primer intento de explorar esta vía por parte de ESPN, FOX y Warner Bros.Discovery, con una suscripción que aúne todo su deporte. 

El tercer aspecto es qué primará más, si la recurrencia o la oportunidad. Y en ese equilibrio es donde uno puede preguntarse, ¿veremos algún día El Clásico en Netflix? La NFL le acaba de dar a la plataforma un partido al año por Navidad que antes tenían las teles. Y lo ha justificado alegando que estas ya disponen de una buena cantidad de partidos top durante todo el año y se las seguirá cuidando en exclusividad de franquicias, horarios y buenos duelos. 

La NFL ha aprovechado la necesidad de Netflix de contar con un producto que atraiga nuevas audiencias y masivas de forma simultánea, ahora que tiene una suscripción de pago más barata que funciona con publicidad. La iniciativa da margen al fútbol europeo de cara al próximo ciclo audiovisual, con tal de ver opciones. ¿Cuánto menos pagaría Telefónica por renunciar al Barça-Madrid si tener 38 jornadas ya asegura su base de suscriptores? ¿Cuánto más Apple, Netflix o Amazon por usarlo como una gran campaña anual de captación? Esos son los interrogantes a resolver que podrían hacer que un próximo ciclo que podría aventurarse plano finalmente vaya al alza.

El precio de convertirse en SAD, más alto

En los noventa, el Gobierno decidió obligar a todos los clubs de LaLiga y ACB a ser SAD si en ese momento no eran sostenibles. Por aquel entonces, sólo Real Madrid, FC Barcelona, Athletic Club y CA Osasuna se salvaron por ser los únicos que estaban al día en sus obligaciones tributarias. Casi 40 años después, el Ejecutivo asumió que el contexto era otro y que convertirse en sociedad anónima deportiva no podía ser una obligación para competir en el deporte profesional. Aun así, hay quien sí opta por ese tránsito desde la figura del club social a uno controlado por uno o más dueños para poder acelerar inversiones.

Y esos, hoy saben que la inyección inicial de recursos volverá a ser una vez más mayor que a la del año anterior. El CSD ha elevado un 7% el capital mínimo necesario de las SAD que compitan en baloncesto, hasta 2,27 millones de euros. Una cifra alta, aunque aún menos de la mitad de lo que se exige en el fútbol, donde el umbral ya está en torno a los 5 millones de euros. En Liga F son 269.306 euros.

¿La conclusión? Que el negocio cada vez es mayor, porque el cálculo se extrae a partir del 25% del gasto promedio de los equipos el año anterior.