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Dinero y lengua

VICENÇ Villatoro

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No soy de los que creen que en las elecciones del 28-N decidiremos si Catalunya será independiente pasado mañana. Pero sí que creo que en la próxima legislatura pasarán cosas muy importantes en las relaciones entre Catalunya y España. Sobre todo si los resultados confirman una corriente de fondo que desde hace tiempo se adivina en la sociedad política, económica y cultural catalana: una decepción creciente por las soluciones autonomistas y un aumento de la temperatura reivindicativa del catalanismo, que no le hace perder perímetro, sino ganarlo.

Hay una razón principal para pensar que en las relaciones Catalunya-España cambiarán algunas cosas: que no se pueden quedar como están. O mejor dicho, que a nadie parece interesarle que se queden como están. Desde Catalunya, CiU propone ir hacia el concierto económico, y ERC -que primero se reía, como si fuera un eufemismo ablandado de la independencia- se ha dado cuenta que este puede ser un punto de encuentro de muchos catalanes, catalanistas o no. Al lado de eso, el independentismo es una opción plenamente integrada en el paisaje, plenamente legitimada.

Pero ¿y al otro lado? ¿Dónde están los defensores del statu quo en España? Casi no hay. No hace falta escuchar tertulias en las televisiones digitales por la noche. El gobernador del Banco de España,Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en el punto de confluencia entre el PSOE y el PP

-el Estado-, dice que se tiene que recortar el gasto de las autonomías. El PP balear anuncia que derogará la ley de política lingüística. El PSOE y el PP pactan una renovación del Constitucional que refuerza la visión más unitarista, centralizadora y uniformista, que es la que ya inspiró la sentencia contra el Estatut.

No es que haya unos que quieren romper la relación Catalunya-España y otros que defienden la situación actual. Es que hay algunos que quieren avanzar y unos que quieren retroceder, porque la situación no satisface a nadie, es insostenible. La defiende el PSC, pero con la boca pequeña y sin el apoyo del PSOE.

No, no creo que las elecciones sean un referendo sobre la independencia. Pero en la próxima legislatura habrá movimiento en dos frentes esenciales de las relaciones entre Catalunya y España: la lengua y el dinero. DesdeMAFO hasta el PP balear, pasando por el TC, son los dos temas en los que se nos advierte con una posibilidad de retroceso. Desde Catalunya, será en los que se intentará ir un paso más allá. Dinero y lengua. Como hace un siglo. Como siempre. No se decidirá en las elecciones del 28-N, pero los resultados marcarán el desarrollo de la partida.